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News

enero 18, 2021 By Sr. M. Cacilda Becker

El año Familia Amoris Laetitia

El año Familia Amoris Laetitia

Al cumplirse un lustro de la publicación de Amoris laetitia, el Papa Francisco hace un llamado desde la visión apostólica, basada en dicha exhortación: el año de la “Familia Amoris laetitia”, cuyo inicio tendrá lugar en la misma fiesta de San José, el 19 de marzo 2021, y que se da en el marco de experiencias recientes que han permitido revalorizar el sentido de la familia.

18 de enero de 2021. Pablo Arias

Al cumplirse un lustro de la publicación de Amoris laetitia, el Papa Francisco hace un llamado desde la visión apostólica, basada en dicha exhortación: el año de la “Familia Amoris laetitia”, cuyo inicio tendrá lugar en la misma fiesta de San José, el 19 de marzo 2021, y que se da en el marco de experiencias recientes que han permitido revalorizar el sentido de la familia.

La organización de dicha tarea fue confiada por el Papa Francisco al Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida, cuyo secretario es el P. Alexandre Awi Mello, quien en su amplia experiencia en el aporte de Schoenstatt, ofrecerá una visión de la familia cristiana desde un mundo orgánico, en el que la pedagogía, los procesos humanos y espirituales juegan un rol fundamental. 

En diálogo con Vatican News el P. Awi mencionó que establecerá varias iniciativas para que las familias puedan dejarse reencantar por el mensaje del Papa, ya que desde la perspectiva bíblica y evangélica, el mensaje ahonda en la realidad y los desafíos de la familia en la actualidad, y a su vez, a la luz de la palabra nos permite mirar la configuración de Jesús en la vocación de la familia: que debe “transfigurarse en anuncio de amor y ternura, para no convertirse en una mera defensa de una doctrina fría y sin vida”. (AL59) 

Amoris laetitia nos habla del amor que se manifiesta primeramente en el matrimonio y que, posteriormente se vuelve fecundo en la familia, en los hijos; e incluso, toca lo más profundo de las situaciones difíciles que hoy en día resultan comunes y prevalentes: el divorcio, la separación, el abandono; pues incluso en ello, el rostro de Cristo se hace vivo y pide que acojamos con mayor amor a los que sufren el duelo de dichas realidades; y más allá de los juicios, hacer ver y “sentir a cada persona que es parte de la comunidad eclesial, para que, con acompañamiento, se promueva su participación en la vida de la comunidad.” (AL 243)

Otro de los puntos en el mensaje del Papa, está relacionado con la educación y el acompañamiento de los hijos, incluso en situaciones de separación, y recalca que la gracia de Dios obra también en la vida que se ha oscurecido, siempre que “se reconozca y se deje iluminar por la mirada de Jesucristo.” (AL291) “Un discernimiento particular es indispensable para acompañar pastoralmente a los separados, divorciados y abandonados” (AL242) de tal modo que, gradualmente, puedan abrir el corazón de las personas a “alcanzar la plenitud del designio de Dios para ellos.” (AL297)

En el marco de este mensaje, el P. Alexandre Awi comentó que este nuevo tiempo permitirá que “las familias del mundo entero, sus parroquias, como Iglesia doméstica, conferencias episcopales y movimientos familiares, puedan tomar de nuevo en sus manos la exhortación apostólica. Es importante sumergirse en la riqueza de dichas palabras, la belleza del amor familiar, en todos sus aspectos bíblicos, teológicos y pastorales; y volver a dejarse encantar por el mensaje del Papa para las familias del mundo actual. “ enfatizó. 

El P. Awi propuso de muchas maneras la participación en parroquias, diócesis y movimientos familiares, ofreciendo la ayuda a los párrocos y agentes de pastoral familiar, de tal manera que la labor sea realizada con “ardor, dedicación y partiendo de las mismas familias” expresó, y continuó: “Las familias son justamente las protagonistas, sujetos de la evangelización, especialmente convocados por el Papa”. 

“Como esta Exhortación ha sido aplicada en los diferentes países, un sinfín de iniciativas han surgido y resurgirán; como ha sido la preparación de los matrimonios y el acompañamiento de matrimonios, revitalizado a partir del documento”, remarcó el P. Alexandre. “Y además, queremos producir material como videos explicativos con las propias palabras del Papa, que nos va a ayudar a profundizar en cada uno de los nueve capítulos de la Exhortación. Es una manera de que podamos así, aprender mejor aquello a lo que el Santo Padre nos invita a vivir como familia” concluyó. 

Filed Under: News Tagged With: Amoris Laetitia, familia, Laicos, papa Francisco, vocación de la familia

enero 15, 2021 By Sr. M. Cacilda Becker

EL CONFLICTO EN TORNO DEL P. KENTENICH

EL CONFLICTO EN TORNO DEL P. KENTENICH

Recientemente se abrieron los archivos de la Congregación para la Fe (ex Santo Oficio) relativos al pontificado de Pío XII. Las publicaciones de hallazgos hechos en ellos dieron pie a un intenso debate dentro y fuera del Movimiento de Schoenstatt sobre qué es lo que
realmente aconteciera hace ahora setenta años.

15 de enero de 2021 - P. Joachim Schmiedl

Más allá de toda la buena voluntad, apertura y transparencia, se puso rápidamente en evidencia que no basta con la publicaciónde algunas cartas. En los archivos de las comunidades de Schoenstatt, de los palotinos, de los obispados alemanes (sobre todo Tréveris y Limburgo), así como en los archivos romanos, se encuentran miles de páginas de material para cuya comprensión son
necesarios ingentes estudios. En las páginas que seguirán se intentará trazar algunas líneas
para aclarar contextos. Al hacerlo se hará un discernimiento de fases que se superponen y
en cuyo punto central se hallan sin duda ambas visitaciones de las HH. de María, la de 1949
y la de 1951-1953, las que, a su vez, presentan una historia previa y una posterior.

Leer el texto

Filed Under: News, Textos importantes, wichtige Texten Tagged With: Heiliges Offizium, P. Kentenich, Santo Oficio, Schönstatt, Visitaciones

enero 14, 2021 By Sr. M. Cacilda Becker

El examen filial – Un tema controvertido con muchas malinterpretaciones

El examen filial – Un tema controvertido con muchas malinterpretaciones

Desde mediados de 2020 circula por los medios ligados a la Iglesia un término que se ha convertido en blanco de verdadera controversia. Se sacó a luz un ritual que en la comunidad de las Hermanas de María de Schoenstatt se solía realizar con el P. Kentenich en situaciones especiales. Pero se lo publicó sin una correcta consideración de los contextos. Una visión puramente formal del así llamado “examen filial” derivó en interpretaciones arbitrarias que habían de exponer al P. Kentenich a ojos de todo el mundo como una figura de padre dominante, indigno y engreído.

15 de enero de 2021 - Press Office Schoenstatt International
¿De qué se trata realmente?

En la comunidad de las Hermanas de María se generó una forma original de expresar la realidad de ser niños ante Dios. El P. Kentenich tenía el objetivo pedagógico y espiritual de lograr un sano desarrollo integral del ser humano. Las experiencias cosechadas en su intensa labor de acompañamiento espiritual le hicieron ver que ese objetivo sólo se alcanzaría realmente en la medida en que el hombre se sintiera amparado como un niño en Dios.

Desde el punto de vista psicológico, en la base de esa convicción se halla la percepción de que en todo ser humano subyacen necesidades fundamentales como, por ejemplo, ser reconocido, protegido, poder confiar, y además el anhelo  de pertenecer a otros, de ser importante para los demás, de ser valorado por los demás. En casos favorables esas necesidades fundamentales son satisfechas por los padres, y también por otras personas con que el hombre se relaciona y que él elige por sí mismo. Pero la fragilidad de las relaciones humanas lo lleva a reconocer que el amparo último e inquebrantable sólo puede encontrarse en Dios. He aquí pues la visión de tales necesidades fundamentales desde el punto de vista de la fe.

El examen filial se convirtió en una posibilidad de ejercitar espiritualmente ese ser niño ante Dios. Consiste en cuatro preguntas centrales que por entonces sólo podían ser planteadas por el P. Kentenich, y hoy sólo por la superiora general o el sacerdote responsable de la comunidad. 

Significado de las cuatro preguntas: 

¿A quién pertenece la hija? Respuesta: Al padre.

  • Con esta pregunta y respuesta se expresa la profunda experiencia, hecha en el amor, de que yo también quiero pertenecer a aquél a quien amo.

A ello apunta también la segunda pregunta: ¿Qué puede hacer el padre con la hija? Respuesta: Todo.

-También esto sólo lo dice quien, sin temor, se sabe comportado por el amor. 

La tercera pregunta: ¿Qué es el padre para la hija? Respuesta: Todo.

-Se plantea esta pregunta para asegurarse de que realmente es a Dios a quien se ama en primer lugar.

La cuarta pregunta: ¿Qué es la hija para el padre? Respuesta: Su pequeña nada y por eso su todo.

-Esta pregunta y su respuesta sólo resulta comprensible cuando el hombre compara su condición humana con la grandeza de Dios. Frente a esa grandeza él es, por decirlo así, “una nada”. Pero eso no significa escasa valoración del ser humano de parte de Dios o la estimación de que el hombre en sí mismo sea una nada. Más bien se acentúa la grandeza del hombre justamente en su pequeñez (cf. Sal 8: “¿Quién es el hombre para que te acuerdes de él…?”). Al compararse con Dios, el hombre sólo puede ofrecer lo que él es en cuanto creatura; sin embargo ante Dios es muy grande y muy amado: es “su todo”.

Entrega a Dios

En este ritual, cuya realización quedaba librada al libre albedrío de la persona y sólo fue cumplido por algunas Hermanas ante el fundador y con el fundador, se trata por lo tanto de una profundización de la relación con Dios. Con “padre” se alude a Dios en cuanto padre, el padre de Jesucristo y el padre de todos los hombres. Lo que en la espiritualidad de Schoenstatt se da a entender con “Poder en Blanco” e “Inscriptio”, vale decir, la conformación consciente con la voluntad de Dios, se personaliza en este acto en la figura de Dios en cuanto padre.

En el examen filial se focaliza la necesidad de pertenencia, de confiar sin condiciones, y a la vez la experiencia de la propia fragilidad y precariedad. Todo eso es depositado en las manos de Dios. Se lo hace en alas de la fe en que Dios se apiada, lleno de amor, justamente de la pequeñez y debilidad del ser humano.

En este acto tan personal es necesaria la presencia de la persona que, por decirlo así, formule las preguntas en nombre de Dios. Así pues interviene una persona concreta que plantea dichas preguntas. Lógicamente el diálogo puede realizarse y se realiza también en el marco de la oración personal. No obstante la “mediación” que lleva a cabo otra persona allí presente puede intensificar la vivencia personal. 

Experiencias

Tales rituales en modo “pregunta-respuesta” nos son familiares en las celebraciones cristianas y en el Año Litúrgico. Por ejemplo, en el bautismo se les pregunta sobre la fe a los padres y padrinos, quienes responden en representación del bautizando. El niño o bien el adulto, si se trata de un bautismo de adulto, ha de ser incorporado a la comunidad de los fieles como hijo de Dios. Ese ritual se repite durante la celebración de la primera comunión, en la confirmación y, en versión modificada, en las preguntas que se formulan en una ordenación sacerdotal o en la celebración de un matrimonio. Con ese mismo esquema de pregunta-respuesta se pregunta en la vigilia pascual a los cristianos católicos sobre su fe.

Resulta natural hacer la comparación con aquel pasaje del evangelio de san Juan (21, 15ss.) que el mismo P. Kentenich solía citar con frecuencia. En él Jesús le hace una serie de preguntas a Pedro; le pregunta tres veces si lo amaba. Y en tres veces, con un tono que se va intensificando gradualmente, Pedro confirma su amor al Señor. Jesús le encomienda entonces que “apaciente sus ovejas”. Como en este pasaje del evangelio, el examen filial apunta a liberar al hombre para que cumpla su vocación, a ayudarlo a crecer para entregarse por completo al amor de Dios.

Interpretaciones

Si no se tiene en cuenta esa relación “orgánica” entre Dios en cuanto padre y el vicario terrenal, se puede caer inevitablemente en interpretaciones erróneas del examen filial. Así pues una consideración puramente formal del examen filial puede dar lugar a que se lo interprete, por ejemplo, como un método de sometimiento de parte de un hombre manipulador o arrogante. Una tal falsa visión se generó, por ejemplo, durante la visitación del P. Tromp. Y hoy nuevamente, en publicaciones sobre el tema, se aprecia una similar miopía e incomprensión. 

Ahora bien, se podría preguntar con razón si el ritual del examen filial no se presta a generar esos malentendidos, justamente teniendo en cuenta la manera de ver las cosas del hombre de hoy. ¿No se corre demasiado peligro de que las personas que realizan el examen filial no logren asumir el contenido o la forma del ritual? El que pregunta, ¿no podría haber evaluado erróneamente la disposición de quien es preguntado y de ese modo exigirlo por encima de sus fuerzas? 

Aquí se plantea un problema que básicamente tiene que ver con la fragilidad de la relación entre Dios y el hombre. En este punto sirve como ejemplo el concepto “padre”, que es precisamente el que está en el centro del examen filial.

Las asociaciones que hace la persona con el concepto “padre” se derivan de las experiencias que ha tenido con su padre en la infancia. En efecto, las connotaciones de ese concepto se originan en la figura de padre que se ha experimentado concretamente, quedan marcadas por esas vivencias y sólo con dificultad se las puede rectificar. 

En el padrenuestro, la oración central de la fe cristiana, se transfiere espontáneamente a Dios el concepto de padre que el orante ha desarrollado individualmente en su vida. Si un hombre ha tenido un padre carnal amoroso, no le resultará difícil encontrar un acceso positivo a Dios en cuanto padre. Si por el contrario ha tenido una experiencia dolorosa de padre o bien no tuvo padre, difícilmente se podrá convencer a ese hombre de que Dios es un padre amoroso, por más elevadas que sean las reflexiones que se haga desde lo religioso y pedagógico. En relación con la oración principal del cristianismo se plantea por ende la cuestión de si en razón de una posible malinterpretación habría que suprimir el padrenuestro o reformularlo. Cargando las tintas podría plantearse incluso la siguiente pregunta: la invitación a rezar el padrenuestro que hace el sacerdote en la misa, ¿es un instrumento institucionalizado de poder para exhortar a la feligresía a adherir a un infantilismo colectivo?

Este ejemplo señala hasta qué punto una perspectiva a la que se le ha dado una determinada orientación, es capaz de interpretar y de hacer aparecer como sumamente sospechosos un acto litúrgico realizado de buena fe o un proceso de vida como el examen filial.

Más reflexiones sobre el examen filial se hallan en el artículo “Das Ewige im Menschen  – es ist die Kindlichkeit”, en: Cuaderno 1 “Regnum. Schönstatt International – Reflexion und Dialog” 2021 (7, 50 €), que puede encargarse en la siguiente dirección: bestellen@patris-verlag.de 

Aportes para una visión más amplia de la causa Kentenich

 

Por encargo de la Presidencia General de la Obra internacional de Schoenstatt y en cooperación con diferentes personas del Movimiento de Schoenstatt, se abordarán temas que conciernen al P. José Kentenich, fundador del Movimiento, y sobre los que hoy se solicita información. Este abordaje se realiza en razón del actual conocimiento de documentos y escritos a los que se tiene acceso. Los resultados de las investigaciones y diálogos pueden leerse en los respectivos artículos temáticos. Usted puede enviar sus propuestas de temas para nuevos artículos a: communication@schoenstatt.com

 

 

Oficina de Prensa Schoenstatt Internacional

 

La Comisión de Medios es la responsable de los textos que se publican a continuación. Dicha comisión está integrada por la Hna. M. Cacilda Becker, Coordinación Internacional del Movimiento de Schoenstatt;  Hna. Dra. M. Lisianne Braunbeck, Dirección General de las Hermanas de María de Schoenstatt; Heinrich Brehm, Oficina de Prensa de Schoenstatt; Michael Defrancesco, Federación de Familias de Schoenstatt; P. Ludwig Güthlein, Director del Movimiento de Schoenstatt de Alemania; Dra. Gertrud Pollak, Superiora general del Instituto Ntra. Sra. de Schoenstatt; Hna. M. Veronika Riechel, Hermanas de María de Schoenstatt; P. Heinrich Walter, Coordinación Internacional del Movimiento de Schoenstatt. Los textos surgen de diferentes grupos de autores (de la Comisión de Medios, del Prof. Dr. Hubertus Brantzen, P. Heinrich Hug, Prof. Dr. Joachim Söder, Hna. Dra. M. Nurit Stosiek) o de investigaciones realizadas por otras personas particulares. 

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enero 6, 2021 By Magdalena Rosario Lira

¡Adiós año viejo, feliz hombre nuevo!

¡Adiós año viejo, feliz hombre nuevo!

Con cada remada del 2021, haremos una nueva ofrenda para el capital de gracias, con la certeza de que Dios permanece con nosotros y tiene el timón en sus manos.

Padre Vitor Possetti - 2 de enero, 2021

Una imagen impactante del año 2020 fue ver al Papa Francisco en a la plaza de San Pedro vacía, el 27 de marzo, donde comparó nuestra experiencia de la pandemia con la de los discípulos del Evangelio (Mc. 4), cuando fueron “sorprendidos por una tempestad furiosa e inesperada”, según sus palabras.

Nos dimos cuenta de que estábamos en el mismo barco, frágiles y desorientados, pero al mismo tiempo, de aquello que es lo importante y necesario: todos estamos llamados a remar juntos. Esto de alguna manera “desenmascaró nuestra vulnerabilidad y dejó al descubierto las seguridades falsas y superfluas”, resaltó el papa. De hecho, muchas de estas vulnerabilidades fueron agravadas este año por el Covid-19, con diversos síntomas de egoísmo e indiferencia.

Por otro lado, experimentamos experiencias significativas de solidaridad, corresponsabilidad y cuidado en diferentes niveles, además del despertar de la creatividad y tantas innovaciones en el ámbito del trabajo, los servicios y las relaciones en general.

Ciertamente un año muy especial, que quedará fijado en nuestra memoria. Grandes fueron los desafíos y aún mayores serán las gracias.

Por mucho que experimentemos el tiempo entre lo cíclico o lo lineal (hubo un comienzo y habrá un fin), cruzar las puertas hacia el 2021, más que cambiar una página del calendario, podría significar dar un paso adelante hacia el sentido de Dios en la historia. Para Él, mil años son como un día (2 Pedro 3), y el verdadero progreso nos trae un toque de eternidad.

Este año puede ser, sobre todo, un llamado a la conversión. “Tiempo de reajustar la ruta de la vida rumbo a nuestro Señor y los demás”, afirmó el Papa Francisco. Y continuó: “En medio de nuestra tormenta, el Señor nos invita a despertar y ser activos en la solidaridad y esperanza”.

El Padre Kentenich, en medio de las pruebas del campo de concentración, rezaba: “Dame Padre la conversión total… Contigo atravesaré noches y tinieblas, porque tu amor siempre
velará por mí”.

Es así, que después del 2020, no solo se trata de cruzar el umbral hacia el nuevo año, sino más bien de la invitación de avanzar en vista a un mundo nuevo donde seamos personas nuevas. La expectativa, en varias ocasiones, ha sido que luego de este año seamos más humanos, más solidarios y que tantos dolores y luchas no hayan sido en vano.

En alianza, sabemos que el Tabor puede ayudar a cambiar realidades, que muchas veces han sido marcadas por situaciones que desfiguran los rostros. Queremos ser colaboradores en esa travesía. Este 2021 vamos a seguir remando juntos, libremente, a partir de nuestros santuarios,
grupos y hogares. Con cada remada haremos una ofrenda para el capital de gracias, con la certeza de que Dios permanece con nosotros, con el timón en sus manos.

Donde hay un corazón que se consagra a María, que confía en el Padre y se abre a los hermanos,allí viviremos un nuevo Tabor para transformar nuestra realidad.

Adiós año viejo, bienvenido 2021, compañero y amigo en la búsqueda de un mundo nuevo.

Nunca es demasiado tarde para volver a comenzar.

Adiós año viejo, bienvenido 2021, mar y camino para la ruta del hombre nuevo.

Que sea un año de fe, conversión, esperanza y solidaridad.

Filed Under: News Tagged With: Año nuevo, Conversión, Corresponsabilidad, Covid-19, Esperanza, Hombre nuevo, PANDEMIA, Solidaridad

enero 5, 2021 By Sr. M. Cacilda Becker

Hemos visto su estrella y hemos venido a adorarle

Hemos visto su estrella y hemos venido a adorarle

"Hemos visto su estrella y hemos venido a adorarle", fue el mensaje de los Magos de Oriente ante la corte de Herodes, lo cual generó un gran revuelo en toda Jerusalén. Tan cerca y no lo reconocieron. "La luz vino a los que eran suyos y no lo recibieron", nos dice San Juan en el primer capítulo de su Evangelio.

Autor: Pe. Francisco J. Lemes Gonçalves
6 de enero de 2021
Archiv Schoenstatt International

Herodes llegó a sentirse amenazado en su poder temporal pasajero. Ni siquiera los que entendían la Ley lo reconocieron, estaba escrito en las Escrituras…, pero la imagen que tenían del Mesías no se compatibilizaba con el Niño envuelto en pañales, acostado en un pesebre y con padres pobres. Por esta razón no lo reconocieron, y aún hoy no lo reconocen.

Pero los Reyes Magos siguieron con alegría la estrella que bajó donde ellos estaban y vieron al Niño con María, su madre, y lo adoraron. Vinieron de tierras lejanas y ante ese niño, como tantos en sus propias tierras, vieron en él algo que sólo los que tienen fe y se vacían y se dejan sorprender por Dios son capaces de ver en este pequeño Dios hecho hombre.

Quien se preocupa por las cosas del mundo no puede ver las señales que Dios nos envía para ir hacia María y encontrar a Jesús en sus brazos. Uno va mucho por ahí, o inventa demasiadas excusas, o está demasiado justificado queriendo pruebas o garantías científicas. Mirad estos hombres: vinieron de lejos, guiados por una estrella; no eran judíos practicantes. Según relata la tradición, eran, astrólogos,  filósofos. Lo dejaron todo, partieron, arriesgándose, y dejándose sorprender por Dios, fueron recompensados. Cuando vieron a Jesús, lo adoraron, porque encontraron la razón de sus vidas.

Llevaron regalos al Niño,  en el simbolismo del oro, el incienso y la mirra. Oro de las buenas acciones y un deseo de santidad que se conquista cada día. Incienso, reconociéndolo como Dios verdadero, al que hay que adorar. La Virgen así le dijo a Juan Diego en México: «Soy la Madre del Dios verdadero al que hay que adorar”. Y en la mirra, nuestra humanidad contenida en el niño de Belén que se hizo humano y levantó su tienda entre nosotros.

¿Qué regalos le daremos a Jesús hoy? ¿Qué oro le ofrecerás? ¿Con qué incienso le adorarás? ¿Qué mirra de tus limitaciones, cruces y felicidades le ofrecerás?

Nuestros santuarios de Schoenstatt son esta casa en la que, al entrar, vemos a María como la vieron los Reyes Magos: con Jesús. Ella nos invita a adorarlo, en sus brazos, en el tabernáculo, en la Palabra anunciada y explicada. Aquí en su santuario siempre encontraremos a Jesús con ella; nunca, nunca, separados. Dios siempre tendrá su estrella en nuestro cielo, que a veces estará medio nublado, oscuro. Miremos hacia arriba y veamos la estrella, sigámosla, porque se detendrá en nuestro Santuario y allí encontraremos a Jesús, y podremos decir como los Reyes Magos: «¡Hemos llegado a tu estrella y te hemos amado!”

Traducción: Hna M. Cacilda Becker

Fuente: www.schoenstatt.org.br

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