Poco después de la muerte del P. José Kentenich -15 de septiembre de 1968-, surgió espontáneamente una idea: "Voy a rezar por su intercesión". No pocos pensaron lo mismo. Muchos empezaron a confiarle sus intenciones y se convirtieron en "amigos espirituales" del fundador de Schoenstatt. Esto, unido a su fama de santidad, llevó a la apertura del proceso de beatificación y a la creación del Secretariado Internacional P. José Kentenich.