María nos mueve a la acción
«Todo se da como de costumbre en María, y es lo que debe saber todo aliado a la Virgen: debe ser ahora», nos comparte David, padre de familia que se encargó de colocar la mayólica de la Virgen ese día. Y es así, cuando se ama profundamente a alguien, se está atento a cumplir rápidamente sus más mínimos deseos. Uno de los sacerdotes lo llamó para decirle: «llamalo a Diego, Hilda avisó que se puede colocar al mayólica en el taller mecánico de Calderón de la Barca y Nueva York, es justo en la esquina». Y un par de horas después, estaban ahí con todo lo necesario. Sin duda, este era «un día en el cual nuestra Mater tenía destinado hacernos pasear», continúa David. Y es que, como dicen muchos en la parroquia: «esta Virgen tiene algo que no te podés quedar quieto, enseguida tenés que hacer algo».
María conquista corazones
La Reina de los Ángeles es capaz de poner en movimiento Cielo y tierra. Mientras todavía estaban colocando la imagen, donada por las hermanas Alejandra y Florencia Villarroel, «se acercaron los operarios del taller, y comenzaron a preguntar qué Virgen era y no paraban de exclamar: ¡Qué hermosa es!». Es imposible, con las palabras de David, no recordar esa Antífona de la Virgen que dice: «¿Quién es Esta que va subiendo cual aurora naciente, bella como la luna, brillante como el sol, terrible como un ejército formado en batalla?». «Ahí –continúa David– es cuando nuestra lengua, ya consagrada (a ella), comienza a hacer su trabajo, contando una y otra vez la historia tan increíble de Schoenstatt». ¿A quién no le dan ganas de contar que la Virgen se deja conquistar por sus hijos, que pone su Trono de gracias ahí donde le hacen sitio y donde le demuestran con hechos que realmente la aman?Somos instrumentos en las manos de María
«Ya colocada la mayólica –sigue–, rezamos tres Avemarías y un Gloria. Los trabajadores sacaron fotos y junto a los vecinos que se acercaron a verla, hablaban de lo hermosa que era. Entonces comprendí por qué ella es “Peregrina” y nosotros sus “instrumentos”. Es porque ella tiene el plan Perfecto entre sus brazos de Madre: el Divino Niño Jesús.»


Imposible no sumarnos a estas últimas palabras: «¡Gracias Madre por hacernos parte de la Alianza perfecta de Amor!»