Si Roma es el centro de la Iglesia universal, el Movimiento de Schoenstatt no podía dejar de tener allí su lugar, ¿verdad?. Sin embargo, además de su proximidad al Papa, este lugar tiene muchas otras peculiaridades.
El santuario Matri Ecclesiae y el centro Belmonte marcaron una nueva era para el movimiento de Schoenstatt ya que fueron un regalo de toda la familia de Schoenstatt para el fundador, el P. José Kentenich, al final de su exilio. Es precisamente por este motivo que este santuario es considerado un centro internacional.
El lugar está bajo la responsabilidad del Instituto de Sacerdotes Diocesanos de Schoenstatt y el rector de Belmonte, el P. Marcelo Cervi, explica algunos detalles.