Desde algunos países de America del Sur y Europa, 25 voluntarias de 17 a 30 años, han dejado en pausa sus estudios, o los continúan de manera virtual. Unas han renunciado a la seguridad de sus trabajos en sus ciudades y otras han vendido todo para poder entregar uno o hasta tres meses de sus vidas para la preparación espiritual y logística del encuentro de la Juventud Femenina de Schoenstatt. Esto, con el fin de poder recibir a las 900 peregrinas que llegarán la última semana de julio para dicho Encuentro previo a la JMJ.
Las voluntarias María de los Ángeles Herrera e María del Rosario Plass, de Chile, cuentan cómo ha sido su experiencia a lo largo de este periodo:
Durante estos meses, matrimonios del Santuario de Lisboa nos acogen en sus casas y en sus familias con el corazón abierto. Nos hemos encontrado con personas profundamente acogedoras y preocupadas por recibirnos, como si fuéramos sus hijas. El cariño que hemos sentido nos ha hecho difícil extrañar las casas que dejamos en nuestros países, ya que verdaderamente han sido familias para nosotras. Nos han mostrado lo hermoso que es su país, lo rica que es su cultura y lo deliciosa que es su cocina.