"Haz, oh Dios mío, que todos los espíritus estén unidos en la verdad y todos los corazones en el amor”. Esta fue la oración que el Padre Kentenich eligió para su ordenación sacerdotal, que tuvo lugar el 8 de julio de 1910, en la capilla de la Misericordia de Limburgo, Alemania. José Kentenich y siete cohermanos recibieron la ordenación sacerdotal de manos de Mons. Henrique Vieter, obispo de Camerún.