Santuario
Schoenstatt se fundó por invitación: Los participantes terrenales ofrecieron su lucha por la santidad, y a la participante celestial, María, se le pidió que viniera y habitara activamente en el santuario como Madre y Educadora.

Dios habita en todos lados
Aunque Dios está en todas partes, a menudo elige determinados lugares para manifestar su presencia y su acción, principalmente, y con frecuencia, a través de María y de los santos. Estos lugares se denominan lugares de gracia, lugares de peregrinación o santuarios.
Un auténtico lugar de Gracia
Dios quiere establecer una relación personal de alianza con cada persona. Observar cómo actúa Dios (como en el Antiguo Testamento) deja claro que no se contenta con llamarnos de forma general, sino que nos llama a comprometernos a través de tiempos y lugares privilegiados.
Aunque Dios está en todas partes, a menudo elige determinados lugares para manifestar su presencia y su acción, principalmente, y con frecuencia, a través de María y de los santos. Estos lugares se denominan lugares de gracia, lugares de peregrinación o santuarios.
Fundado en un acto de invitación
Desde 1914, muchos han observado repetidamente que el santuario es verdaderamente un lugar de gracias, especialmente en lo que se refiere a sus tres gracias: la gracia del hogar, la transformación interior y la fecundidad apostólica
Schoenstatt se fundó por invitación: Los participantes terrenales ofrecieron su esfuerzo por la santidad, y a la participante celestial, María, se le pidió que viniera y habitara activamente en el santuario como Madre y Educadora. Esto se conoce precisamente como la Alianza de Amor sobre la que se fundó Schoenstatt. La vida del santuario depende enteramente de esta alianza. La consagración mariana propia de Schoenstatt es inseparable del santuario y de sus gracias. Toda alianza de amor con la MTA está vinculada al santuario, al menos espiritualmente, y el santuario se nutre de la alianza de amor de todos los vinculados a él.
¡Es bueno estar aquí!
Gracias de Peregrinación
Las tres gracias de peregrinación son las gracias, entre otras, que todo peregrino recibe en el Santuario de Schoenstatt.
En la gracia del cobijamiento se percibe la presencia maternal de María que acepta a cada persona tal como es.
Ella también nos anima a convertirnos en discípulos de Cristo, transformados interiormente
Le capacita para ser un instrumento eficaz de Dios, permitiéndole alcanzar un alto grado de fecundidad apostólica.
La gracia del hogar
La gracia de la transformación interior
La Gracia de la fecundidad apostólica
Las dos primeras gracias de peregrinación culminan en la tercera: la gracia de la fecundidad apostólica. Cuando el alma se siente completamente en casa y se sabe totalmente aceptada y profundamente transformada -libre de las muchas cosas que la hacen temerosa y vacilante para difundir el Evangelio- puede ser más plenamente eficaz como instrumento de Dios, lo que le permite alcanzar un alto grado de fecundidad apostólica.
