Rangel Pereira Lima cuenta: «Cuando conocí lo que es la Alianza de Amor con María, comprendí que eso era lo que quería para mi vida. Recé y le pregunté a la Virgen María si esto era lo que quería de mí. La respuesta la obtuve cuando me llegó la invitación para inscribirme en la formación de la Alianza de Amor. Para mí, sellar la Alianza de Amor con María Santísima es confirmar que es con Ella con quien quiero seguir los caminos de Cristo«.

Cada día de formación, más alegría

Rangel Pereira continúa compartiendo: «Todas las reuniones de preparación a la Alianza de Amor fueron hermosas, conmovedoras y con cada reunión sentía más alegría. La formación me ayudó a convencerme de que este era el camino correcto.

La preparación fue online y conducida con mucho cuidado y cariño por Eurico y Márcia Paiva, de la Liga de la Familia. Tanto la preparación como la dirección y la conclusión del curso fueron excelentes y les estoy muy agradecido.

Después de meses de preparación, con formación, oración, propósitos y dedicación, llegó el tan esperado día.”

sellaron la Alianza

Somos parte de la gran Familia de Schoenstatt

El 6 de noviembre a las 16 horas fue la Misa de la Alianza de Amor en la Iglesia de Nuestra Señora del Carmen en Ciudad Velha. La ceremonia fue presidida por el Padre Argemiro Ferracioli, Asesor del Rosario de Hombres de la Región Norte y Nordeste.

«En su homilía, el Padre Ferracioli nos condujo hasta ese momento de la Alianza de Amor, reforzando la belleza y la grandeza de la decisión que habíamos tomado. Lo que destacó fue que había que recordar que se trataba de un día muy especial por ser la Solemnidad de Todos los Santos y que ellos eran testigos de nuestra Alianza de Amor con María Santísima.

También recordó que a partir de ese momento, nos uníamos a la gran Familia de Schoenstatt y nos convertíamos en hijos del Padre José Kentenich, nuestro maestro, padre y fundador del Movimiento de Schoenstatt», recordó Rangel.

Una Alianza comprometida con el anuncio del Evangelio

Antônio Guilherme Soares Campos dijo:

«Para mí, sellar la Alianza de Amor con María es comprometerme a vivir mi bautismo en la vida cotidiana. Es confiarme totalmente y entregarme como instrumento en las manos de María. Es estar íntimamente ligado a ella y al Santuario de Schoenstatt, asumiendo la misión de llevar el Evangelio a mis hermanos expresando y garantizando la Alianza con nuestra Madre y con Jesucristo»

Con esto, el Rosario de Hombres, Madre y Reina, en la Arquidiócesis de Belém profundiza en la espiritualidad de Schoenstatt y se fortalece para ayudar a transformar la realidad desde donde cada uno actúa.

“Haciendo con alegría y amor la parte que a cada uno nos corresponde ayudamos a la renovación de la sociedad y hacemos que Brasil sea un poco más Tabor.”