Hemma Strutz conoció al P. Kentenich a través de personas y testigos contemporáneos, «en los que él brillaba».

Especialmente formativos para Hemma fueron los testimonios de los testigos contemporáneos en Milwaukee,USA donde hizo una peregrinación: «Pudimos experimentar a un matrimonio donde la mujer ya quería separarse de su marido, estaba muy amargada. Me impresionó mucho escuchar de ellos cómo el Padre Kentenich los volvió a unir a través de su escucha y sus preguntas. Cuando yo escuché su testimonio ambos ya eran muy mayores, pero fue súper bonito ver cómo al marido se le llenaban los ojos de lágrimas con la narración de su mujer».

El objetivo de Hemma no era conocer mejor al Padre Kentenich; «simplemente ocurrió». Al igual que pasa con las amistades que cuando se conoce a la gente, simplemente sucede. Y detrás está la Santísima Madre que mueve los hilos».

 

 

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