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Estamos aquí en el Santuario Original, el lugar de la Alianza, el lugar donde, el 18 de octubre de 1914, comenzó una historia de transformación de corazones juveniles y de transformación de la sociedad.

Creemos en el poder de esta Alianza, especialmente hoy. Especialmente para una época que está marcada, desgraciadamente y una y otra vez, por las guerras. Guerras por todas partes, falta de seguridad. Guerras incluso en nuestro propio país, en nuestras propias ciudades, guerras en nuestros propios corazones.

Pero también es un tiempo en el que la Iglesia mira al futuro con esperanza. El tiempo del Sínodo. Creemos que, de hecho, estamos llamados a construir juntos, en alianza, esta cultura de alianza que es para nosotros, la Familia de Schoenstatt, pero que es para el mundo entero y para cada sociedad. Construir juntos una Iglesia y un mundo mejores. Esto es lo que espera el Papa, la participación de todos en el Sínodo y en la transformación de la Iglesia y de nuestros corazones.

Así que renovemos la Alianza de Amor aquí, en nuestro Santuario. Comprometámonos con nuestro Capital de Gracias, con nuestra parte, entregando a María todas nuestras intenciones, pero también todo el esfuerzo que hagamos para hacer de este mundo un lugar mejor.

En tiempos de Sínodo, en tiempos de guerra, en tiempos de lucha por la vida, por todas las vidas, queremos renovar una vez más nuestra Alianza de Amor.

¡Que todos seamos bendecidos desde el Santuario Original!

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.