Hace algunos meses se creó la Liga Apostólica Femenina de Schoenstatt en Roma (Italia), formada por jóvenes mujeres que, animadas por la devoción a María y acompañadas por la Hna. M. Carol Etchegaray, realizan su compromiso apostólico principalmente en el mundo del trabajo. El 13 de julio se reunieron en el Santuario Cor Ecclesiae para un nuevo encuentro, profundizando en el tema del carácter, en particular según el estudio caracterológico de René Le Senne. Una valiosa oportunidad para conocerse mejor, a la luz de la fe y la autoeducación de Schoenstatt.
¿Cómo surgió este grupo?
La Liga Femenina nació en Roma por el deseo de 12 mujeres de crecer espiritualmente bajo la orientación amorosa y la protección de la Madre de Schoenstatt. La aspiración es comprometerse en un camino de formación para crecer en la conciencia de la propia identidad, resaltando los valores propios de la mujer para convertirse en mujeres “nuevas” (Colosenses 3,9-10) que, siguiendo el ejemplo de María, colaboran con Cristo en la obra de redención del mundo.

Entrevista sobre la Liga Femenina de Roma
Para entender mejor cómo surgió y se está desarrollando esta aventura en esta rama femenina, hicimos algunas preguntas a Rossella Minici, una de las integrantes del grupo, quien amablemente respondió:
¿Cómo surgió la Liga Femenina de Roma?
La Liga Femenina nació en Roma de forma simple, casi natural, del deseo común de algunas mujeres de encontrar un espacio donde pudieran crecer en la fe, vivir relaciones auténticas y sentirse acogidas. Fue un camino que no tuvo una estructura rígida al principio, al contrario, se desarrolló mediante invitaciones personales y la intuición común de querer algo más profundo y estable. El Movimiento de Schoenstatt nos ofreció un marco espiritual, y el corazón de la experiencia fue y es el encuentro: entre nosotras, con la Madre de Dios y con Dios.
¿Cómo fue la experiencia en los primeros encuentros?
Comenzamos con mucha sencillez, cada encuentro fue rico y cuidadosamente preparado. Hasta ahora nos hemos reunido cuatro o cinco veces, y cada vez seguimos un ritmo que ya consideramos nuestro: comenzamos con la Santa Misa, preparada con atención y cuidado por todas nosotras, para que cada parte de la liturgia sea sentida y participada. En los primeros encuentros fuimos acompañadas por el P. Andrés Rodríguez y, en el último, por el P. Pablo Pérez (actual director de Schoenstatt en Italia). Después de la misa, nos reunimos para una merienda, con un dulce casero, café o té; es un momento precioso para conocernos mejor, conversar de forma relajada, romper el hielo y crear esa atmósfera de confianza y sinceridad que nos acompaña durante el resto del encuentro.
Luego, la Hna. M. Carol nos guía en un momento de formación: hasta ahora hemos abordado temas relacionados con la autoeducación y el autoconocimiento. Un momento muy especial fue cuando hicimos juntas el examen de los temperamentos, que nos ayudó a descubrir las características personales de cada una, encontrar puntos en común y también diferencias, siempre en un ambiente de respeto y apertura. Fue una experiencia intensa y profunda.
¿Qué consideran como lo más importante en esta experiencia?
Sin duda, lo más importante para nosotras es compartir la fe, vivida en un entorno acogedor, donde podamos sentirnos realmente como en casa. El Santuario Cor Ecclesiae es nuestro punto de referencia: allí la presencia de la Madre de Dios es tangible y nos ayuda a abrir el corazón. Ella es para nosotras guía, ejemplo y presencia concreta: nos acompaña en los momentos de luz y nos sostiene en los momentos de sombra. A través de ella nos acercamos a Jesús, y eso es el corazón de nuestra experiencia.
Nuestro grupo es un espacio donde cada una puede ser acogida tal como es, construir lazos sinceros de amistad y profundizar su espiritualidad en un ambiente sereno y auténtico. Para nosotras, esto es mucho más que un encuentro mensual: es un camino compartido de gracia, hecho de escucha, fe y presencia recíproca.

Profundización en las propiedades constitutivas del carácter
En la última reunión, como se mencionó, se realizó un test de carácter, utilizado en el ámbito de la formación pedagógica de Schoenstatt, basado en una clasificación psicológica de los temperamentos humanos (cf. René Le Senne, Tratado de caracterología, Turín, Società Editrice Internazionale, 1960; Giacomo Lorenzini, Lineamientos de caracterología y tipología aplicadas a la educación, Colección pedagógica “D. Bosco”, Serie I-IV, Turín, 1952), y utilizado con fines educativos, vocacionales o espirituales; concebido para ayudar a la persona a conocerse mejor y crecer interiormente.
Traducción: Hna. M. Lourdes Macías