El título de esta noticia utiliza la palabra “despedida”, pero ciertamente no es la mejor expresión para definir la presencia de los schoenstattianos en las celebraciones litúrgicas del funeral del Papa Francisco. Con el adiós al Santo Padre surge un nuevo ENTUSIASMO para llevar adelante su legado y la herencia que dejó al Movimiento y a toda la Iglesia.
Varios miembros del Movimiento Apostólico de Schoenstatt estuvieron en Roma y participaron de la solemne ceremonia del funeral del Papa este sábado, 26 de abril. El arzobispo Mons. Ignazio Sanna, presidente de la Pontificia Academia de Teología y miembro del Instituto de Sacerdotes Diocesanos de Schoenstatt, comenta sobre los últimos días vividos: “El mensaje de Francisco es muy rico. Entre sus muchas palabras, las que más escuchamos en estos días fueron: Iglesia en misión, misericordia infinita de Dios, bien supremo de la paz, testigos de la esperanza.”
Para Mons. Sanna, a partir del fallecimiento del Papa renace el sentimiento de fidelidad y amor a la Iglesia: “Pienso que Schoenstatt debe permanecer fiel a su programa de amor a la Iglesia. Iglesia en salida, Iglesia como hospital de campaña, Iglesia abierta a todos. Esta es la Iglesia posconciliar de las nuevas periferias.”

Un momento de tristeza y de gratitud
El P. Alexandre Awi Mello, presidente de la Presidencia Internacional de Schoenstatt, dijo que estos días fueron vividos «con mucha gratitud en el corazón y también con tristeza por su partida».
En una entrevista a Vatican News (redacción de lengua portuguesa), mencionó sus últimas palabras dirigidas al Papa:
“Es difícil. Simplemente, muchas gracias. Y creo que eso lo dice toda la Iglesia. Y no solo la Iglesia: ese ‘muchas gracias’ es de toda la humanidad. Estos días me escribió un amigo ateo y me dijo: ‘sabes que soy ateo, pero estoy triste, porque el mundo necesita personas como el Papa Francisco’. Y, de hecho, el mundo entero en este momento agradece. Gracias, Papa Francisco, por creer en la humanidad.”

Vimos una Iglesia joven y viva en Roma
La Hna. M. Lisianne Braunbeck, miembro de la Dirección General de las Hermanas de María, comenta sus impresiones sobre la vivencia en Roma: “Fue impresionante ver a tantos jóvenes presentes y participando en este evento. Vimos una Iglesia joven y viva. Y, a pesar de la gran multitud, se percibía una atmósfera religiosa palpable. Los diferentes gestos fueron muy expresivos, por ejemplo, el hecho de que todos los jefes de Estado se despidieran frente al féretro, que los cardenales formaran una guardia de honor al final, en la Basílica de San Pedro… En una pancarta que llevaban algunos jóvenes, se podía leer: ‘¡Gracias, Papa Francisco! ¡No dejaremos que nos roben la esperanza!’ Creo que esto resume bien el ambiente.”
Las comunidades representadas
Es imposible mencionar a todos los schoenstattianos que participaron en la solemnidad en la Plaza de San Pedro, pero aquí reunimos los nombres de los representantes que enviaron algunas comunidades. Además de ellos, varios integrantes de la Liga Apostólica y de los Peregrinos de Schoenstatt también estuvieron en Roma.

Los Padres de Schoenstatt estuvieron presentes con su superior general, el P. Alexandre Awi Mello, junto a los sacerdotes que actualmente viven en Italia: el P. Pablo Pérez, el P. Pablo Martínez, el P. Beltrán Gómez, el P. Andrés Rodríguez, y dos sacerdotes que están estudiando en Roma: el P. Felipe Pérez y el P. Miguel Rocha.
El Instituto de Sacerdotes Diocesanos fue representado por Mons. Ignazio Sanna, arzobispo emérito de Oristano.
Por la Federación de Sacerdotes, participó el obispo auxiliar de la Arquidiócesis de La Plata, Mons. Jorge González.
Las Hermanas de María enviaron a dos integrantes de la Dirección General: la Hna. Andra-Maria Lingscheid y la Hna. M. Lisianne Braunbeck. También fueron a Roma dos Hermanas de María de Argentina: la Hna. María del Milagro Figueroa y la Hna. María de los Ángeles. Junto a ellas estuvieron todas las Hermanas de María que viven en Roma.
El Instituto de Familias de Schoenstatt estuvo representado por la familia de Arnulf y Mariette Rausch, de Alemania, y dos familias de España: Jordi y Casilda Pares, Iñaqui y Macarena Laguna.
Varios miembros del Movimiento de Schoenstatt en Italia también estuvieron presentes. En este día de despedida, dispersos en distintos lugares de Roma, en todos resonaba el mismo sentimiento de gratitud y el deseo de mantener vivo el espíritu del Papa Francisco para incendiar el mundo en los próximos años.
Traducción: Hna. M. Lourdes Macías