Franz Reinisch

Es el único sacerdote católico ejecutado en tiempos del “Tercer Reich”. Como una decisión sobre una cuestión de conciencia, luego de haber sido reclutado por el ejército, se negó a jurar lealtad a Hitler. Fue encarcelado, sentenciado a muerte y decapitado el 21 de agosto de 1942.

«Apostol de Schoenstatt en vida y muerte»

El Padre Reinisch, sacerdote pallotino nacido en Austria, tuvo su primera experiencia personal de Schoenstatt el día en que los restos mortales de los congregantes héroes, los primeros schoenstattianos que perdieron su vida en la Primera Guerra Mundial, fueron repatriados de Francia a Schoenstatt en 1934.

Trabajó activamente en el Movimiento de Schoenstatt, especialmente con las ramas masculinas. Su decisión de negarse a jurar lealtad lo enfrentó con el dilema de todo cristiano radical – su decisión implicaba perder la vida y él lo sabía; causando dolor a sus padres, familiares, comunidad.

También ponía en peligro a Schoenstatt y su propia comunidad pallotina y pondría en tela de juicio a cada uno de los otros sacerdotes y cristianos que habían prestado juramento. Aun así, como resultado de muchas luchas interiores, Reinisch se sintió llamado a cumplir con su vocación especial y dar ejemplo de fidelidad a su conciencia e Ideal Personal en un asunto de vida o muerte.

Bajo la protección de María

Bajo la protección de María comenzó a ponerla en práctica: jamás jurará fidelidad a Hitler. Se presenta intencionadamente con un día de retraso al cuartel. Todos intentan disuadirle de su actitud, ya que muchísimos sacerdotes han prestado anteriormente su juramento a la bandera. El Padre Reinisch se da cuenta de que su posición no coincide con la actitud asumida por representantes de la Iglesia. En prisión pasa horas terribles en que lo asaltan serias dudas de conciencia; tampoco faltan el miedo y la angustia frente a la muerte. La Santísima Virgen no le abandona en esas circunstancias y él lucha por la santidad en esos días llevando a cabo su horario espiritual.

Su Ideal Personal

Así, reformuló su ideal personal: “Quiero vivir y morir en ardiente amor, como un apóstol de Schoenstatt”. En esos días la Iglesia entra en una lucha decisiva, de esta batalla debe surgir una comunidad acrisolada, férreamente unida y compuesta de personalidades purificadas en duras pruebas. El Padre Reinisch quiere cooperar en esta tarea de salvar la personalidad. Se da cuenta que esa es la misión que le ha encomendado la Mater, coloca su vida en sus manos como una ofrenda para la renovación de la personalidad y del mundo en Cristo.

Él sabe que de este modo contribuye a que Dios haga surgir grandes santos en la Iglesia. “Mi sacrificio de vida debe ser un gran cántico a la dignidad del hombre: libertad interior, madurando hasta la libertad de los hijos de Dios”. Fue sentenciado a muerte y decapitado el 21 de Agosto de 1942. El Padre Reinisch nos llama a luchar: “¡Obra siempre según la voluntad de Dios y nada más que según ella! Esa voluntad te la da a conocer la voz de tu conciencia, formada según los eternos principios católicos. ¡Sé una personalidad libre y fuerte! ¡Inconmovible como las montañas de mi patria!

Fuente: Schoenstatt Chile

Con motivo de los 80 años de la muerte del Padre Franz Reinisch, y para conocerlo y poderlo imitar mejor, estaremos publicando pequeños videos sobre su vida y su persona con diferentes testimonios.