«Quizá necesitemos sentirnos vacíos para darnos cuenta de que no podemos hacerlo todo nosotros mismos«, expresó Mons. Leo Wagener, auxiliar de la Arquidiócesis de Luxemburgo, al final de la celebración de la Alianza de Amor del Movimiento internacional de Schoenstatt en el Santuario Original de Schoenstatt, Vallendar. Con estas palabras se refirió a la asombrosa historia de Schoenstatt en Luxemburgo, que ya había comenzado en los años 30. No tuvo allí casi desarrollo por décadas, y con la Campaña de la Virgen Peregrina ha tomado un importante impulso en los últimos años.

En más de 140 círculos de peregrinos, Jesús y su madre María visitan todos los meses a sus hijos a través de la imagen de la Madre Tres Veces Admirable de Schoenstatt en el pequeño país de Luxemburgo. En la celebración del Día de Schoenstatt, con el que el Movimiento de Schoenstatt internacional conmemora cada año su día de fundación el 18 de octubre, Luxemburgo participó a la par de Alemania, en forma presencial en torno al Santuario Original.

El cristiano aislado se convertirá en un pájaro para el gato de la secularización

Día de Schoenstatt
Las candidatas de las Hermanas de María de Schoenstatt se encargaron de la música de la Misa. (Foto: Brehm)

El Día de Schoenstatt 2022 comenzó por la mañana con una Santa Misa organizada internacionalmente en la Iglesia de Peregrinos, en la que la Hna. M. Tabea Platzer y las candidatas de las Hermanas de María de Schoenstatt dieron un lugar especial a los cantos y textos en francés. El P. Lothar Herter, director de peregrinación en Schoenstatt, saludó a los 250 peregrinos presentes, mencionando especialmente a Luxemburgo, la comunidad de peregrinos más numerosa.

Monseñor Wagener: «El camino de la Iglesia solo puede abrirse escuchando juntos a Dios. (Foto: Brehm)

El obispo Leo Wagener, auxiliar de la arquidiócesis de Luxemburgo, presidió la celebración eucarística. En su homilía retomó el lema anual del Movimiento de Schoenstatt en Alemania: «Escuchar juntos a Dios». No se trata solo de escuchar a Dios como individuos, sino como comunidad. Es un hecho que ser cristiano en el futuro solo será posible en la convivencia. «El cristiano aislado se convertirá en un pájaro para el gato de la secularización«, expresó wagener. Sin embargo, escuchar a Dios con los demás es más exigente, «porque solo funciona si cada uno es oyente de Dios para sí mismo primero«. Cuanto menos se escuche al individuo, más difícil será escuchar a Dios juntos.

María, un ejemplo de escucha de Dios

Escuchar juntos a Dios es también el centro del proceso sinodal mundial iniciado por el Papa Francisco y recientemente prorrogado hasta octubre de 2024. Wegener comentó que todavía no tenía claro adónde llevaría este proceso. Sin embargo, una cosa es segura: «El proceso acabará en una debacle si pensamos que la dirección debe ser dada por los que más gritan. El camino de la Iglesia solo puede revelarse escuchando a Dios juntos». De lo contrario, el camino de la Iglesia se convierte en «un campo de batalla de posiciones opuestas».

Para aprender a escuchar a Dios, vale la pena observar a María. «María habla poco y escucha mucho«, dijo el obispo Leo. María es oyente «porque se aleja de sí misma». No está apegada a sí misma, sino al Señor. «Se deshace de todo egocentrismo y dice con total libertad: hágase en mí lo que has dicho«. De este modo, es una maestra para «escuchar a Dios comunitariamente» y responder a la voluntad de Dios.

Schönstatt en Luxemburgo – María llega lejos

Capilla de Schoenstatt en Diekirch, Luxemburgo (Foto: Robby – Obra propia, CC BY-SA 4.0, commons.wikimedia.org)

El resto del Día de Schoenstatt incluyó un programa alternativo por la tarde. Se pudo elegir entre una charla sobre la Alianza de Amor, una meditación en el Santuario Original, la posibilidad de recibir la bendición individual, un rezo del rosario meditado, el sacramento de la Reconciliación y “una milla de Schoenstatt” con diversos proyectos en la plaza cercana a la Casa de Peregrinos.

El punto central de la Hora de la Alianza fue el encuentro con Schoenstatt de Luxemburgo. Fue el profesor de religión, Aloys Dühr, quien entró en contacto con el fundador de Schoenstatt, el P. José Kentenich, en los años 30, y conoció la espiritualidad y la pedagogía de Schoenstatt. Sus experiencias personales en el Santuario de Nuestra Señora de Schoenstatt le impulsaron a construir una capilla mariana en su ciudad natal de Diekirch, en Luxemburgo, que fue consagrada en 1938, poco antes del comienzo de la Segunda Guerra Mundial.

Durante la guerra la capilla se convirtió en un refugio para numerosas madres que sufrieron mucho y tuvieron que renunciar a sus hijos o incluso perderlos. Después de la guerra, una empleada doméstica de Aloys Dühr y más tarde otra mujer se hicieron cargo de la capilla. Schoenstatt no se desarrolló por mucho tiempo, y a partir del año 2000 las Hermanas de Santa Isabel asumieron la responsabilidad de la capilla. También en el año 2000 se produjeron los primeros contactos de la Campaña de la Virgen Peregrina con Luxemburgo, pero «recién años después, a partir de noviembre de 2011, la Madre Tres Veces Admirable de Schoenstatt volvió a encontrar su camino a Luxemburgo», expresó la Hermana M. Isabel Machado en un testimonio grabado en vídeo. Unos 1.000 hogares están actualmente conectados a través de la visita regular de la Virgen Peregrina de Schoenstatt. Se agradeció este desarrollo en el camino procesional hacia el Santuario Original.

Crear un oasis, todos podemos hacerlo

Después de que todo el día estuviera muy nublado y parcialmente lluvioso, durante la renovación de la Alianza de Amor las nubes se abrieron y el sol brilló sobre las hojas otoñales (foto: Brehm)

Durante la celebración de la renovación de la Alianza de Amor, toda la tensa situación mundial con la guerra y la crisis climática, los efectos de las pandemias, la soledad, los miedos y las inseguridades fueron llevados a la oración y entregada a María en el Santuario. La palabra de esperanza del Padre Kentenich al final de la celebración se convirtió en  aliento para muchos:

«Fuera ese pesimismo… ¡Cómo nos cansa! Por lo tanto, ¡fuera esta estrechez de miras! Está fuera de lugar ante las necesidades de los tiempos y el cambio de tendencia. Debemos crear un oasis, y todos podemos hacerlo».