El miércoles 4 de junio, en la audiencia general, el Papa León XIV recibió como regalo una Cruz de la Unidad. Cecilia y Javier Carbonere, de la Federación de Familias Argentina, acompañados por el P. Ludovico Tedeschi, tuvieron la ocasión de hacerlo. Primero Cecilia agradeció en castellano al Santo Padre por su «sí» al llamado de Dios a ser sucesor de Pedro. Javier agregó que la Cruz de la Unidad era muy significativa para el Movimiento de Schoenstatt y deseaban regalársela.
Juntos rezaron la parte de la oración que se reza cuando la Cruz de la Unidad peregrina en la Familia de Schoenstatt de distintos países. El Santo Padre agradeció tomándola en sus manos y comentando «que linda Cruz». Al hacer Cecilia y Javier el gesto de retirarse, el Santo Padre dijo sonriendo «ahora vamos a sacar la foto» y se colocó de forma que los fotógrafos pudiesen sacar la foto de frente.
Al ser el primer encuentro público de miembros del Movimiento con el Papa León, la foto se viralizó rápidamente en las redes. Cecilia y Javier tomaron en el 2020 la iniciativa de hacer peregrinar la Cruz de la Unidad por distintos países.

La cruz regalada al Papa fue bendecida y enviada desde el santuario original de Schoenstatt, como cuenta Javier en una entrevista:
¿Cómo fue posible encontrarse con el Papa?
El P. Ludovico Tedeschi es nuestro asesor en la Federación de Familias de Schoenstatt. Somos miembros del curso 29 de la Federación de Familias de Argentina. Conocemos al Padre hace varios años y generamos un vínculo muy estrecho con él.
A mediados del 2020 nació una corriente de vida llamada “Cruz de la nueva unidad”.
En este contexto y teniendo en cuenta que íbamos a estar en Europa por el Jubileo de los 75 años de la Federación de Familias, al P. Ludovico se le ocurrió que era una buena idea invitarnos a un encuentro con el Santo Padre y en esa oportunidad llevarle de regalo la Cruz de la Unidad.
Fue un día de Cielo. Muchísima emoción. Algo que jamás en mi vida, ni en la de mi esposa, se nos hubiera ocurrido. ¿Saludar personalmente a un Papa? ¿Estrechar su mano? Pero mucho menos pensamos que algún día íbamos a poder entregarle en mano este símbolo tan querido de Schoenstatt, la Cruz de la Unidad, que es un regalo para la iglesia y el mundo.

¿De qué trata esta corriente de vida?
Con el tiempo dentro de esta corriente de vida surgieron dos vertientes. La primera fue la de la Cruz de la Unidad peregrina. En 2022 encargamos una Cruz de la Unidad a una Señora de Schoenstatt y esa Cruz viajó al Santuario Original, donde fue bendecida y enviada por el P. Pablo Pol para peregrinar en la Argentina, y así visitó santuarios, parroquias, escuelas, hospitales, familias a lo largo y a lo ancho de todo el país recorriendo más de 20.000 kms. En esta tarea nos ayudó mucho el P. Pablo Pérez. Luego Argentina le regaló una Cruz de la Unidad a Ecuador, luego Ecuador hizo lo propio con Colombia, Colombia con Alemania, Alemania con Estados Unidos y recientemente este último con Canadá. Y así cada país que recibía una Cruz regalaba otra. Y en cada lugar donde llega la Cruz comienza a peregrinar, siempre traspasando las fronteras de Schoenstatt. Todas las cruces peregrinas se bendicen y se envían desde el santuario original.
La segunda vertiente de la corriente nació a fines del 2024 y se trata de la Consagración a Cristo y a María en la Cruz de la Unidad. Cómo preparación se desarrolló una novena de Consagración a Cristo y a María que en esta Pascua se rezó en varios santuarios. En esta etapa nueva también nos está dando una mano el P. Santiago Ferrero, director nacional del Movimiento en la Argentina.
¿Por qué decidieron regalar la Cruz de la Unidad al Papa?
En la corriente entendemos que la Cruz de la Unidad es un tesoro. Pero no un tesoro para guardar sino para compartir. Es la Cruz victoriosa dónde Cristo y María nos regalan la salvación. Es la Cruz en la que Dios nos confirma que El siempre de un mal obtiene un bien mayor.
Cómo dice el P. Benjamín Pereira, es la Cruz de los vínculos. En cuatro planos muy concretos:
– El vínculo de Jesús con Dios Padre. Ese hijo que por amor está dispuesto a cumplir la voluntad de su Padre.
– El vínculo de Cristo con su madre que desde el vientre a la Cruz lo acompaña fielmente en el plan de la redención.
– Es el vínculo entre lo natural y lo sobrenatural. Entre el cielo y la tierra.
– Por último, representa el vínculo entre los hombres que, unidos en Cristo y María, se reconocen hijos de un mismo Padre.
En fin, por esto y mucho más sentimos que la Cruz de la Unidad es un regalo de Schoenstatt para la Iglesia y el mundo. Nos arde la misión de llevar a Cristo y a María en la Cruz de la Unidad a cada rincón, a los marginados, a los que sufren, los que están enfermos, los que están solos, a los niños, jóvenes y ancianos, a las familias.
Cuando surgió la posibilidad de la visita al Santo Padre de inmediato nos pusimos en contacto con Tere Quiroz de Ecuador, una gran colaboradora de la corriente, para encargarle una Cruz de la Unidad. Luego Priscila Loor viajó al santuario original y allí el P. Felipe Ríos hizo la bendición y envío de la Cruz que se le regaló al Santo Padre.

¿Cómo fue el encuentro con el Papa? ¿Pudieron conversar?
El encuentro con el Santo Padre fue un momento de Cielo. Muchísima emoción. Nos saludó personalmente a cada uno. Nos estrechó la mano y con una expresión de cariño nos miró cada uno finamente a los ojos. Le dije que le habíamos traído un regalo en nombre de la familia de Schoenstatt. Que era la Cruz de la Unidad, y que era un símbolo muy importante para nosotros. Rezamos una estrofa de la oración de la corriente que dice: «te suplico, enséñame a ser uno con todos, a buscar la paz, y a ser instrumento de esperanza».
El P. Ludovico le dijo que éramos un matrimonio de Schoenstatt de Argentina.
Luego Ceci le comentó que le daba gracias por su Sí, que lo encomendaba a la virgen María, y que rezábamos por él. El Santo Padre le agradeció.
Acto seguido Ceci le entregó la Cruz de la Unidad de regalo.
Por último, León XIV le pidió al fotógrafo oficial de Vaticano que nos saque una foto a los cuatro donde se nos ve a todos muy felices y al Santo Padre recibiendo el regalo de Schoenstatt para la iglesia. Rezamos, y les pedimos a todos sus oraciones, especialmente por los frutos de este encuentro.