En 2021 era una invitación dinámica, un movimiento impulsado por el deber ético-profesional de llegar en persona, desgastando las suelas de los zapatos, a lo que se quería contar. Para el próximo año, el verbo cambia: de «Ven y mira» a un imperativo, «¡Escucha!». Porque esto es lo que Francisco «pide al mundo de la comunicación», «reaprender a escuchar».
La nota recuerda que en el Evangelio el mismo Jesús «pide que prestemos atención a cómo escuchamos». También porque, observa, «para poder verdaderamente escuchar necesitamos valor, necesitamos un corazón libre y abierto, sin prejuicios». La conclusión interpela a la comunidad eclesial en su conjunto, en un momento en el que «está invitada a escuchar para aprender a ser una Iglesia sinodal»: todos «estamos invitados a redescubrir la escucha como algo esencial para una buena comunicación».