Hace casi 50 años, el 17 de septiembre de 1972, María eligió la ciudad de Atibaia, cerca de São Paulo, para establecer su morada y crear un lugar especial de peregrinaciones, devoción y gracias. El quinto Santuario de la Madre y Reina de Schoenstatt en Brasil nació con la misión de «garantizar la presencia permanente del Padre» en el corazón de sus hijos.
Este lugar sagrado recibe más de 150 mil visitantes al año procedentes de diversas regiones de Brasil. El Jubileo de Oro marca, de manera especial, el regreso del movimiento peregrino tras este período de aislamiento social provocado por la pandemia.
La Hna. M. Nelly Mendes forma parte del equipo organizador del jubileo y explica el significado de esta celebración: «Celebrar los 50 años de la obra de la Virgen en el Santuario, que anualmente recibe a tantos peregrinos, es agradecer a quien aceptó la invitación y se instaló aquí. Ella es verdaderamente nuestra querida Madre, que está con nosotros en cada momento de nuestra vida, especialmente cuando experimentamos dolor, sufrimiento y soledad. Está junto a nosotros y esto renueva nuestra esperanza y alegría».
Un llamado a la confianza
Para iluminar el camino de los peregrinos y de la Familia de Schoenstatt en este jubileo, se eligió el lema:
“Padre, confiamos en ti y caminamos en tu presencia”.
La frase tiene su fundamento en la Sagrada Escritura: «¡Camina en mi presencia y sé recto! (Gen. 17:1). Al estar en plural quiere incluir a la familia y la comunidad. Caminar significa moverse hacia el futuro, hacia los nuevos 50 años, y aporta una respuesta a esta época de grandes retos: la confianza. No confíes en las personas, sino en Dios, a quien María nos conduce en su Santuario.
Este lema nos remite también a la persona del fundador, el Padre José Kentenich, que para la Familia de Schoenstatt es un reflejo de la paternidad divina.
Como Familia de Schoenstatt es muy importante garantizar nuestra posición, misión y carisma en la Obra de Schoenstatt según la voluntad de Dios. Con nuestro testimonio de fidelidad queremos expresar que confiamos en él y queremos seguir caminando en su presencia para llevar la misión de Schoenstatt a las generaciones futuras.
Indulgencia plenaria para quienes visiten el Santuario
Durante todo el Año Jubilar, los peregrinos que visiten el Santuario de Schoenstatt en Atibaia podrán recibir la indulgencia plenaria. Esta es, para la Iglesia Católica, de forma simplificada, el perdón que absuelve totalmente al pecador de la obligación de cumplir las penas de purificación, en el purgatorio, después de su muerte.
El Decreto emitido por Monseñor Sérgio Colombo, Obispo Diocesano de Bragança Paulista/SP, expresa: «Para conmemorar el año jubilar, la gracia de la indulgencia plenaria ha sido concedida por la Penitenciaría Apostólica a todos los que visiten el Santuario durante este período, así como a los enfermos y a todos los que no puedan estar físicamente presentes, para que puedan beneficiarse del don de la indulgencia ofreciendo sus sufrimientos a Dios y cumpliendo las prácticas de piedad».
Logotipo del Jubileo
Se convocó un concurso para elegir el logotipo de las celebraciones del jubileo. La ganadora del concurso, la diseñadora Sara Daniele Barletta Cardoso, explica el concepto para la creación del logotipo:
«El logo trae el Santuario de Schoenstatt en una versión estilizada y también presenta el símbolo del Movimiento de Schoenstatt en los colores oficiales azul y amarillo.
Los azulejos geométricos hacen referencia al lema ‘Padre, confiamos en ti y caminamos en tu presencia’. Forman el camino del jubileo que queremos recorrer juntos, llevando a muchas personas al Santuario. La presencia permanente de Dios Padre está representada en su símbolo en el Santuario.
Caminar es movimiento, por lo tanto, el Santuario que suele tener un formato sólido y geométrico ganó formas más fluidas y curvas.
El círculo que rodea el Santuario y que forma el número 50 hace referencia a la gracia del cobijamiento. La Virgen acoge a cada peregrino y le lleva a experimentar a Dios, rico en amor y misericordia».
Caminar juntos para transfigurar la realidad hoy
Como Familia de Schoenstatt jubilar, queremos transfigurar la realidad a partir de una confianza heroica y victoriosa, preciosa herencia que la Familia de Schoenstatt de Brasil Tabor recibió de nuestro Padre Fundador en sus visitas a Brasil.
Invitamos a todos a preparar y vivir las bodas de oro del Santuario Tabor de la Presencia Permanente del Padre.
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