La Hna. Clara María nos cuenta cómo una iniciativa para llevar la Navidad a la ciudad es posible. Solo se necesita la iniciativa, unos voluntarios… y mucha creatividad. Cabe mencionar que esto lo han logrado en el país más laico de Latinoamérica.

Pesebre Móvil, Navidad en salida

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Cuando el Papa Francisco era obispo en la ciudad de Buenos Aires ideó un pesebre móvil que recorría las grandes avenidas de la ciudad.

Esta iniciativa inspiró un “pesebre en salida” en la ciudad de Nueva Helvecia, en Uruguay, donde se encuentra el primer santuario filial de Schoenstatt, en la que, en estos meses, no hay ningún párroco y la gente recibe muy poco alimento religioso.

Desde nuestro colegio, las Hermanas de María invitamos a madres y padres a organizarlo, y en pocos días pudimos experimentar el gran milagro.

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La camioneta que portaba a la Sagrada Familia y a los Reyes Magos partió desde nuestro Santuario. Había sido adornada como una carroza campestre con detalles navideños. Los Reyes Magos portaban cajas con bolsitas para repartir en el camino: contenían dulces y una oración para bendecir la mesa navideña.

 

La camioneta avanzaba con un sistema de sonido propio que anunciaba la próxima Navidad, expresando brevemente el contenido de la fiesta, alternando con villancicos. Recorrió las principales avenidas de la ciudad. Los misioneros entraron a los hogares de ancianos y algunos barrios carenciados hasta que llegaron a la plaza central.

Baile, pesebre viviente y muchos pastores y angelitos

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Allí se ofreció un espectáculo de baile interpretado por un ballet folklórico de niños de la zona y luego tuvo lugar la representación del pesebre viviente. Habíamos invitado por radio a que todos los niños de la ciudad pudiesen participar vestidos de pastores o de ángeles. Así fue que la plaza de llenó de niños felices, acompañados por sus padres y abuelos.

Cuando llegó el momento culminante del nacimiento de Jesús, la niña que representaba a María, lo levantó en alto y toda la plaza prorrumpió en un único aplauso.

No faltó el espacio para los Reyes Magos. Cuando aparecieron entre los árboles, los niños con sus trajes multicolores y los que se habían arrimado por la curiosidad que no estaban en “el elenco”, corrieron a su encuentro. Luego quisieron sacarse fotos con ellos, junto al gran árbol de Navidad.

Todos recibieron los dulces y la oración, y luego de una tarde inolvidable, regresaron a sus casas.

El mismo Niño Jesús salió esta vez, en compañía de su Madre, de san José y los Reyes, a buscar a la humanidad que lo necesita. Y fueron cientos y cientos los que agradecieron su paso, su bendición, su mensaje de esperanza.