La Campaña de la Virgen Peregrina de Guayaquil
La Campaña de la Virgen Peregrina de Guayaquil, Ecuador, tiene mucho que agradecer a nuestra Madre y Reina. Su fidelidad supera con creces nuestra pequeña entrega.
Después de un año duro como fue el 2020, nuestra Reina se puso en marcha, y desde el mes de mayo de este año, dedicado a ella, las misioneras ofrecieron al Padre Alfonso Avilés, párroco de la parroquia San Alberto Magno, hacerse cargo de rezar el rosario los jueves ante el Santísimo Sacramento expuesto, previo a la Santa Misa.
Misioneras de la Virgen Peregrina ofrecen fielmente rezar el rosario
Este ofrecimiento continuó pasado el mes de María, y las misioneras fielmente los jueves mantenían su ofrecimiento. En junio la Hna. Norma, junto a la coordinadora de la Campaña en Villa Club, pidió autorización al Padre Alfonso para empezar con una misión ampliada en la que se invitaría a todos los feligreses que quisieran recibir la visita de la Virgen Peregrina, para lo que se anotaron 90 familias que la recibieron durante agosto y septiembre.
El Padre Alfonso aceptó que nuestra Reina fuera entronizada en su parroquia, y es por eso que se eligió el mes de octubre, mes de la misión, para entregarle su trono. Nos preparamos, tanto económicamente, para prepararle un hermoso marco y retablo a María, como los más importantes, el capital de gracias. Con la oración fiel del rosario cada jueves y una hermosa novena en la que presidía desde el altar el cuadro de la Mater que sería entronizado, se dio esta preparación espiritual.
Procesión a la Parroquia de San Alberto Magno
El domingo 24 de octubre la Reina fue acompañada en caravana desde el Santuario a la parroquia. Alrededor de 10 carros iban en procesión siguiendo el carro de la Reina, desde donde ella iba bendiciendo nuestra calles y lugares. Al llegar a la parroquia entró la Mater junto a algunos representantes de la Campaña, seguidos por los apóstoles de María con rosas para adornar el altar donde se ofrecería la Santa Misa, precedida por el Padre Alfonso Avilés y acompañada por los padres Pablo y Claudio de los Padres de Schoenstatt.
Al terminar la Misa, fue llevado el cuadro al lugar de entronización, y comenzando con el Himno de la Campaña, cantamos y festejamos que nuestra Madre tuviera un nuevo trono desde donde repartirá sus gracias a todos los feligreses de la parroquia.
De esta forma se hace vida nuestro propósito de servir a la Iglesia, de estar profundamente integrados a ella, para cumplir con nuestra misión común, y así, podemos vivir desde lo más profundo del corazón el lema de este año jubilar de la Familia en Ecuador: “Santuario eres misión.”
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