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Schoenstatt
Movimiento Apostólico

El cielo y la tierra se encuentran: Bendición del Santuario de Maringá

Mariane Teles

¿Cuál es la herencia más preciosa que una generación puede dejar a sus sucesores? El P. José Kentenich nos contestó en la primera acta de fundación: «(…) Sin duda alguna no podríamos realizar una acción apostólica más grande, ni dejar a nuestros sucesores una herencia más preciosa que inducir a nuestra Señora y Soberana a que erija aquí su trono de manera especial, que reparta sus tesoros y obre milagros de gracia.”

Desde el 8 de septiembre de 2024, el «aquí» es también la ciudad de Maringá, en el estado de Paraná (Brasil), que ahora alberga el 24.º santuario filial de la Madre, Reina y Victoriosa Tres Veces Admirable de Schoenstatt en el país.

En un día en que las palabras «el cielo tocó la tierra» se escuchaban por todas partes, la bendición del Santuario de Dios marcó la conquista de 25 años para la Familia de Schoenstatt de Maringá, que asumió el título de «generación fundadora» con esperanza y amor durante todo el período de construcción.

Todo empezó con un sueño…

Severino Clasen, arzobispo de Maringá, presidió la Santa Misa y comenzó su homilía comparando el Santuario, una capilla tan pequeña, con nuestro corazón, que también es pequeño, pero que hace algo tan misterioso: generar vida, impulsándola a no apagarse nunca ante el gran misterio que es Dios.

Y es a partir de esta acción generadora de vida que la Mater atrajo a los corazones jóvenes de la Familia de Maringá, que pudieron soñar y anhelar un nuevo trono de gracias para ella. Solange Borges, miembro de la Asociación de la Familia de Schoenstatt de Maringá, nos cuenta cómo se sintió atraída:

«Recuerdo que la primera vez que fui era muy diferente. Mi marido Edson y yo fuimos a llevar a nuestra hija Isabella a vender bombones para la Juventud Femenina. Era la hora del almuerzo y vi a toda esa gente trabajando con tanto amor que se me quedó en el corazón». Estas visitas al lugar se hicieron cada vez más frecuentes y, poco a poco, la Madre nos fue acercando y poniendo el sueño del Santuario en nuestros corazones. Cada vez que visitábamos un santuario en otra ciudad, me preguntaba cómo sería el «nuestro» y me parecía tan lejano por todas las dificultades que se presentaban. Fueron innumerables las misas, rosarios, celebraciones de la Alianza de Amor, instituciones del Santuario Hogar, oraciones de las mil Avemarías, ofrendas al Capital de Gracias, misiones, experiencias, encuentros y promociones que la Familia de Schoenstatt de Maringá ofreció hasta que pudimos llegar a este día en que pudimos regalarle a la Madre, Reina y Victoriosa Tres Veces Admirable de Schoenstatt el Santuario que se merece».

Fotos: Otávio Marques

Participaron miles de personas

La misa de dedicación reunió a cerca de 4500 fieles de todo Brasil e incluso de otros países. Ramas y comunidades del Movimiento Apostólico de Schoenstatt estuvieron presentes y compartieron la alegría de la fundación de un nuevo santuario.

Nathalia Macedo, de la Juventud Femenina de Maringá, nos dijo: «Ver a miles de personas reunidas con un único propósito me hace pensar que la Mater eligió estar allí. Había llegado el momento de que Maringá fuera su refúgio para siempre. Ahora tenemos nuestro Santuario, el Santuario de Maringá». Entre tantos sentimientos, el mayor de todos fue la felicidad: feliz de ver el Santuario, feliz de que tanta gente viviera la jornada, feliz de haber participado y feliz de ser de Schoenstatt».

Uno de los momentos más impactantes y esperados de la ceremonia fue la entrada triunfal de la imagen de la Madre de Dios, que desfiló hacia su hogar definitivo al son del Magnificat. Había una cosa cierta: el sol que brillaba a casi 37 °C no era más fuerte que los corazones ardientes de las personas que ansiaban vivir ese momento.

Además de la emoción, el Santuario de Maringá también fomentó actitudes concretas. Las ofrendas al Capital de Gracias a través de la campaña «Surgirá el Santuario, donde el espíritu y el prójimo se alimentan» recaudaron más de cinco toneladas de alimentos, que fueron donados en todo el país a instituciones, acciones sociales y obras de caridad.

El nuevo Santuario se encuentra en la Avenida Pioneiro Antônio Fernandes Maciel, 1365, Jardim Paraiso, Maringá/PR, 87053-018 (haga clic para ver la ubicación en Google Maps).

Traducción: Hna. M. Lourdes Macías

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