El 12 de agosto es el día en que la Iglesia celebra la memoria del Beato Padre Karl Leisner, día de su fallecimiento. Karl Leisner, quien fuera miembro del Movimiento Apostólico de Schoenstatt, se destaca por haber tenido una vida llena de valentía y hermosos testimonios, marcada por su amor a Cristo en unión con María. Leisner fue beatificado por San Juan Pablo II en 1996, entrando en la historia al haber enfrentado los desafíos de un campo de concentración con fe y una sonrisa en el rostro.
Algunos datos curiosos
– Leisner era el mayor de cinco hermanos y fue monaguillo durante su niñez.
– A los 16 años, fue elegido líder de la Juventud Católica en su distrito y entre sus actividades, el grupo combinaba la oración y ejercicios al aire libre como campamentos y ciclismo.
– Karl pasó seis meses en el trabajo agrícola obligatorio impuesto por el gobierno Nazi. Durante ese tiempo organizó la misa dominical para sus compañeros de trabajo, a pesar de la oposición del gobierno.
– Fue ordenado diácono el día de la Anunciación, el 25 de marzo de 1939. Poco después descubrió que padecía tuberculosis y fue internado en un sanatorio en St. Blasien, en la Selva Negra, para recibir tratamiento.
– Fue arrestado al pronunciar una sola palabra. Cuando un amigo lo visitó en el sanatorio y le contó que el intento de asesinato de Hitler había fracasado, Leisner no pudo contenerse y dijo: Schade!, ¡Qué lástima! Esa fue la razón por la que fue denunciado y llevado como prisionero político.
– Posteriormente como prisionero en el campo de concentración de Dachau, Karl Leisner fundó, junto con el Padre Josef Fischer, el primer grupo de Schoenstatt en Dachau.
– Karl Leisner es el único sacerdote en la historia ordenado en un campo de concentración.
– Para su ordenación, Leisner necesitaba una autorización y documentación firmada por el obispo local, de la Arquidiócesis de Múnich. Para ello, contó con la ayuda de Mädi, una joven llamada Josefa Mack, conocida como el Ángel de Dachau. Más tarde se convirtió en una hermana consagrada adoptando el nombre de Hermana María Imma.
– Fueron 2300 sacerdotes prisioneros los que participaron en la ceremonia de su ordenación sacerdotal el 17 de diciembre de 1944.
– Y no solo los católicos participaron en la celebración del sacramento. Algunos pastores protestantes arrestados ayudaron a organizar el evento y un violinista judío tocó música cerca de los cuarteles para distraer la atención de los guardias.
– A pesar de las condiciones lamentables, Karl nunca perdía el ánimo. Solía firmar sus cartas escribiendo: Immerfroh, que significa «siempre alegre».
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Propósitos personales que Leisner cultivaba
Leisner acostumbraba a anotar en su diario de crecimiento personal. Estos pueden servir de inspiración en el camino de la santidad en la vida actual.
– Interiormente, sin pensamientos indignos, desordenados o vulgares: ¡Honestidad!
– Exteriormente, siempre con hábitos y actitudes correctas: distinción y cortesía.
– Comenzar el día con un agradecimiento a Dios. Comenzar el día con valentía y devoción.
– Levantarse rápido y puntualmente.
– Reflexionar con calma, luego actuar con audacia.
– Extender la fe católica en acciones concretas.
– No dar espacio de acción al demonio: tener un horario apretado.
– Nunca compadecerse de sí mismo.
– Sus deseos para la vida en el seminario fueron: “disciplina del pensamiento, de la mirada y de las tendencias” y la habilidad de dar discursos «hablando libremente, sin texto».
Una fuente de inspiración
La vida de cada figura heroica, como la de Leisner, no se evoca solo como un recuerdo, sino como una forma de inspirar a las nuevas generaciones. Su ejemplo sigue vivo para que muchos se sientan tocados y sean, a través de la Alianza de Amor, hombres nuevos y santos nuevos para su tiempo. ¡Que el Padre Karl Leisner interceda por esta intención!
Traducción: Pablo Arias, México