Como ya dijo Joseph Joubert, “Enseñar es aprender dos veces” y podemos agregar lo que se aprende y se comparte se aprende mil veces. El intercambio de técnicas, conceptos, metodologías, ideas y experiencias que se llevaron a cabo en el curso «Formación de Formadores Schoenstatt 2023», realizado para Centroamérica, ha generado un impacto transformador en los participantes.
Schoenstatt es un Movimiento “de educación y de educadores”, en palabras del Padre José Kentenich. Inspirados en el fundador, el curso liderado por Erika Cedeño Cobeña, experta en tecnología educativa y líder en operaciones internacionales del Tecnológico de Monterrey, ha trascendido fronteras. Este programa fue dirigido a formadores de personas de Costa Rica, Nicaragua, Guatemala y El Salvador. “Estamos orgullosos de este proyecto que avanza a través de las fronteras. Gracias por acompañar, por haberse dado esta oportunidad para creer en Formación de Formadores”, expresó Erika Cedeño. Su energía, entusiasmo y agradecimiento hacia los participantes y colegas reflejan el compromiso y la pasión que han caracterizado el curso.
Podré modernizar mi rama
Lo innovador del programa, que contempla fundamentos de aprendizaje andragógico y enseña el uso de tecnología educativa, habilita competencias para enseñar a adultos en este siglo. “Ha sido una experiencia retadora, enriquecedora y productiva. Ya estoy aplicando lo aprendido en mi trabajo y también lo pondré en práctica para poder modernizar la Rama de Señoras”, detalló Elisa Velasquez, una de las participantes.
El curso se estructuró en cuatro módulos, cada uno centrado en el proceso educativo. Desde los fundamentos del aprendizaje, pasando por el diseño de cursos, hasta la integración de tecnologías digitales y la comprensión de la instrucción general, los facilitadores ofrecieron una visión integral de la educación moderna. Felipe Font, matrimonio educador de Costa Rica y asesores laicos, explicó que “este curso nos ha dado las herramientas para adaptarnos a las nuevas generaciones, ya que en la rama de familias el 60% lo integran matrimonios jóvenes. Hay mucho que podemos ir incorporando a talleres, sesiones, tanto a nivel de Schoenstatt como a nivel laboral”.
Ceremonia de graduación
La técnica didáctica y el aprendizaje basado en retos, combinados con sesiones sincrónicas y asincrónicas, proporcionaron una experiencia educativa autodirigida y colaborativa. Así lo contaron Fernando y Linda Arzube, de Schoenstatt Ecuador. “Fue una alegría inmensa cuando el Padre Felipe Ríos presentó el curso en el post CIOF (Congreso Internacional de la Obra de Familias de Schoenstatt, Paraguay 2023). Es una alegría y orgullo que desde Ecuador ya trascendió a los hermanos en alianza de Centroamérica. Somos instrumentos aptos, en las manos de María y Jesús, para compartirlo y darlo a los demás. Y así llevar a cabo la gracia del envío apostólico que María nos regala en el Santuario”, compartió el matrimonio.
El curso culminó con una serie de retos, un proyecto final, y una ceremonia de graduación el 30 de noviembre en la que también estuvo el Padre Felipe Ríos, director del Movimiento en Ecuador y Coordinador Continental en América. El, con emoción, enfatizó la importancia de aprovechar las herramientas tecnológicas: “En este momento estamos conectados por Zoom desde varios países. Sin duda, el aprendizaje andragógico ayudará a seguir con perseverancia y entusiasmo a seguir formando a los formadores”.
Mirando hacia el futuro
El verdadero corazón del curso fue una combinación de la diversidad de participantes, el carisma y conocimiento de las facilitadoras. “La gloria de todo es de Dios padre”, compartió Erika. “Sin ustedes no sería posible, alguien tiene que querer este proyecto. Sería imposible sin la experiencia de mis increíbles colegas y amigas: Adriana Espinoza, Gisela Loya y Deyra Charles”, continuó Erika.
“La experiencia del curso no termina con la graduación; es un compromiso continuo de aplicar y compartir los conocimientos adquiridos”, agregó Adriana Espinoza, quien finalizó su intervención con la motivadora frase de Marcel Proust que dice: “Aunque nada cambie, si yo cambio, todo cambia”.
Sin lugar a dudas, este curso no solo ha sido un logro para los más de 30 participantes, sino también para toda la región de Centroamérica, quienes recibirán los frutos. La excelencia alcanzada, los lazos fortalecidos y las vinculaciones entre los participantes de los diferentes países son testimonio del proyecto educativo. La alegría y gratitud expresada por todos los que han inspirado y participado el proyecto reflejan las palabras de nuestro fundador: “Educar significa servir desinteresadamente a la singularidad y originalidad de otro… Esta actitud fundamental debe traducirse en hechos…”.
Recuadro:
Si quieres conocer más información o ser parte de este curso en sus próximas ediciones:
https://bit.ly/formadoresschoenstatt
schformaciondeformadores@gmail.com