VIII Congreso Internacional del CIEES 2025

César Augusto Figueiredo

Un encuentro que unió corazones y dio rostro a la esperanza. Durante tres días, la ciudad de Atibaia, en el estado de São Paulo (Brasil), acogió el VIII Congreso Internacional del CIEES (Comunidad Internacional de Empresarios y Ejecutivos de Schoenstatt). El evento reunió a líderes empresariales, ejecutivos, emprendedores y colaboradores de más de diez países en torno a un propósito común: fortalecer su misión empresarial, espiritual y humana.

El evento, celebrado del 16 al 19 de octubre de 2025, no solo ofreció conferencias y paneles de alto nivel, sino que también se convirtió en un espacio de oración, testimonio, encuentro y misión. Bajo el lema «Liderar con humildad. Encender con esperanza», los participantes pudieron redescubrir su misión: vivir la santidad en la vida diaria y transformar el trabajo en una fuente de esperanza.

Integrar la espiritualidad en la vida profesional

El encuentro estaba especialmente dirigido a empresarios, ejecutivos y emprendedores que desean integrar la espiritualidad en su vida profesional y transformar su entorno de trabajo desde una visión cristiana.

Supuso una oportunidad única para conectar con líderes de diferentes países que comparten el mismo anhelo: ser instrumentos de cambio y esperanza en el mundo laboral.

El congreso se desarrolló con una metodología dinámica y enriquecedora que combinaba espacios de reflexión, paneles temáticos, talleres y momentos de oración.

Cada etapa se concibió para promover la participación activa, el intercambio de experiencias y la vivencia profunda de la espiritualidad de Schoenstatt aplicada a la realidad profesional actual.

«Liderar con humildad. Infundir esperanza»

Nos reunimos en este Congreso Internacional para profundizar en una convicción central que debe marcarnos a cada uno de nosotros: no somos «ejecutivos schoenstattianos», sino «schoenstattianos ejecutivos». Nuestra misión no consiste en añadir la espiritualidad de Schoenstatt como un complemento a la vida profesional, sino en permitir que sea la fuente, la forma y el alma de nuestro ser y actuar en el mundo laboral.

«¡Héroe hoy, no mañana!», clama el venerable João Luis Pozzobon

El programa se diseñó cuidadosamente para conducirnos a esa experiencia. Desde los momentos de oración y convivencia hasta las conferencias y paneles, todo gira en torno a la vivencia de la fe práctica en la Divina Providencia, que nos enseña a ver a Dios en cada circunstancia concreta, también en las decisiones empresariales, los desafíos de gestión y las relaciones humanas que construimos en nuestros entornos de trabajo.

Los diferentes bloques del congreso giran en torno a tres pilares pedagógicos:

— Humildad y esperanza: la humildad nos coloca ante Dios como administradores y no como dueños de los talentos recibidos. La humildad nos impulsa a reconocer la necesidad de la Gracia en nuestra vida, al «Nada sin Ti». La esperanza, construida sobre la humildad, nos convierte en líderes que, incluso en medio de crisis económicas y sociales, señalan caminos de confianza y superación, insertándonos en el «nada sin nosotros». Así, aprendemos a «poner los talentos al servicio de los hermanos», como burritos del Señor, convirtiéndonos en líderes de esperanza.

— El intercambio y cultivo de vínculos: nos recuerda que el ser humano solo florece en comunidad. Las mesas de diálogo y los testimonios nos desafían a crear entornos empresariales que fortalezcan los lazos de confianza, solidaridad y cooperación. El mundo del trabajo puede y debe ser un espacio de encuentro, y no solo de competencia y producción.

— Compromiso y acción: cada conferencia y cada panel nos invitan a asumir responsabilidades concretas: cómo traducir los ideales en proyectos, cómo encarnar los valores de Schoenstatt en la cultura empresarial, cómo convertir la vida profesional en un camino de santidad y cómo hacer de todo ello puntos de autoeducación. El congreso no pretende quedarse en buenas ideas, sino generar un manifiesto de acción para el futuro, un manifiesto de vida que brota del centro de nuestro movimiento: la Alianza de Amor.

João Luiz Pozzobon: una inspiración para liderar con humildad y esperanza

A lo largo de las conferencias, hemos visto ejemplos como el de João Luiz Pozzobon, que supo unir la fe y la vida cotidiana y transformar la humildad y la esperanza en obras concretas. A través de los testimonios, talleres y paneles, aprendimos que la espiritualidad de Schoenstatt no es una carga ni un ideal lejano, sino una fábrica de santos en la vida real, una fábrica de héroes que nos autoeduca para integrar la oración y la administración, la espiritualidad y la estrategia, la conexión con Dios y la responsabilidad con las personas.

En los paneles de intercambio, los empresarios y ejecutivos compartieron cómo la pedagogía kentenichiana se convierte en una fuerza de liderazgo transformador. La pedagogía de la confianza se manifiesta cuando creemos en la capacidad de las personas y les ofrecemos libertad para crecer. La pedagogía mariana nos inspira para liderar con ternura y firmeza, encomendando nuestras empresas y decisiones a la protección de María, que nos educa para convertirnos en instrumentos dóciles en las manos de Dios. Los paneles abordarán temas prácticos, experiencias vividas, acciones concretas, cosas ya realizadas, implantadas y vividas.

Manifiesto 2025

El congreso culminará con la elaboración de un Manifiesto 2025, expresión colectiva de nuestro deseo de alcanzar la santidad en el mundo laboral. Este manifiesto no será solo un documento, sino un compromiso de todos nosotros para irradiar la cultura de la Alianza de Amor en nuestros entornos profesionales e inspirar nuevas comunidades CIEES e iniciativas de esperanza. Generando el hombre nuevo en la nueva comunidad.

De este modo, todas las conferencias, paneles y encuentros del congreso se unen en un único propósito: formar líderes arraigados en la espiritualidad de la Alianza que vivan la santidad en su vida diaria como ejecutivos schoenstattianos.

Con «la mano en el pulso del tiempo y el oído en el corazón de Dios», mediante la virtud de la humildad, reconoceremos nuestros talentos y dones, y con la fuerza de la esperanza los ponemos al servicio de nuestros hermanos, convirtiéndonos así en líderes que construyen un futuro sustentado en la confianza en Dios y en la construcción de la nueva sociedad.

Más información sobre el CIEES: haga clic aquí.

Traducción: Vanessa Franke

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