Oraciones de Schoenstatt

Esta página es un recurso para cualquiera que busque profundizar en su práctica espiritual y encontrar consuelo en la oración. Con una variedad de oraciones católicas tradicionales y oraciones específicas de Schoenstatt, aquí hay algo para todos.

Consagración Mariana

Oración por la renovación diaria de la Alianza de Amor

Oh, Señora mía, oh Madre mía,
yo me entrego enteramente a ti,
y en prueba de mi filial afecto,
te consagro en este día
mis ojos, mis oídos, mi lengua, mi corazón ,
en una palabra, todo mi ser.
Ya que soy todo tuyo, oh Madre de bondad,
guárdame y defiéndeme
como instrumento y posesión tuya.

Amén

Padre nuestro que estás en el cielo,
santificado sea tu nombre;
venga a nosotros tu reino;
hágase tu voluntad, en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día;
perdona nuestras ofensas como también nosotros
perdonamos a los que nos ofenden;
no nos dejes caer en la tentación,
y líbranos del mal.
Amén».

Dios te salve María, llena eres de gracia,
el Señor es contigo.
Bendita eres entre todas las mujeres,
y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios,
ruega por nosotros los pecadores,
ahora y en la hora de nuestra muerte.
Amén.

Dios nuestro Padre

Sé que eres mi Padre!

Me siento seguro bajo tu protección.

No te pregunto el camino,

sigo ciegamente tu dirección.

Y si pusieras en mis manos

mi vida para que yo mismo la dirija,

entonces te diría: Tómala de nuevo,

Tu hijo confiado está en ti bien protegido.

Lo sé, ¡tú eres mi Padre!

Tú nos diste a tu Hijo para nuestra salvación,

El Unigénito, Luz de Luz,

que con su muerte nos trajo la redención.

Tu amor, oh Padre, no tiene fin.

¡Cómo podría dudar, si Tú vas conmigo!

Y mientras me guías por caminos llenos de espinas,

confío en ti, Padre, sin preocupaciones.

Lo sé, ¡tú eres mi Padre!

Tu amor me dio una Madre bondadosa,

La Madre Tres Veces Admirable,

para que ella me conduzca a ti, Padre.

Como María, rezo confiadamente:

Tu amor fiel no puede engañarme.

Quiero hacer tu santa voluntad,

Porque soy tuyo, y tú eres misericordia.

Confianza

En tu poder y en tu bondad fundo mi vida; en ellos espero confiando como niño. Madre Admirable, en ti y en tu Hijo en toda circunstancia creo y confío ciegamente

Ofrecimiento

Cuanto llevo conmigo, lo que soporto, lo que hablo y lo que arriesgo, lo que peinso y lo que amo, los méritos que obtengo, lo que voy guiando y conquistando, lo que me hace sufrir y lo que me alegra; cuanto soy y cuanto tengo, te lo entrego como regalo de amor a la fuente santa de gracias, que desde el Santuario brota cristalina, para penetrar el alma de quienes a Schoenstatt han dado su corazón; y encaminar bondadosamente hasta allí, a los que, por misericordia, tú quieras escoger, y para que fructifiquen las obras que consagramos a la Trinidad.

Divina Providencia

Tú conoces el camino para mí, tú conoces el tiempo.
En tus manos pongo confiadamente el mío.
Tu plan es perfecto, nacido del amor perfecto;
Tú conoces el camino para mí, eso es suficiente.

Aseméjanos a Ti

Aseméjanos a Ti

y enséñanos a caminar por la vida tal como Tú lo hiciste:

fuerte y digna, sencilla y bondadosa,

repartiendo amor, paz y alegría.

En nosotros recorre nuestro tiempo

preparándolo para Cristo Jesús. Amén.

Piensa en mí, oh Madre

que mis pensamientos sean claros y brillantes.

Habla en mí, oh Madre,

que mis palabras sean verdaderas y rectas.

Trabaja en mí, oh Madre,

entonces mi trabajo estará bien hecho.

Si mi trabajo está bien hecho, Madre, Mi descanso

será santo.

Tú penetras en mi ser.

Llena cada parte de mí, para que

todos tus caminos y conducta

en mí cada uno pueda ver.

Apostolado

Madre tres veces Admirable,

Madre de gracia,

enséñanos a combatir como luchadores tuyos,

y que, a pesar de la multitud

de poderosos enemigos

en nuevos confines

los pueblos se pongan a tu servicio,

para que el mundo glorifique

por ti renovado

glorifique

a tu Hijo Jesús.

Madre, con tu Hijo Divino

desciende a los caminos de nuestra patria para que,

siguiendo vuestras huellas

encuentre la paz, verdadera y estable

Patria, sólo tendrás salvación

si, en amor, te unes a María y a su Hijo.

Espíritu Santo,

Espíritu Santo,
eres el alma de mi alma,
te adoro humildemente.
Ilumíname, fortifícame,
guíame, consuélame.
Y en cuanto corresponde
al plan del Eterno Padre Dios,
revélame tus deseos.
Dame a conocer lo que el amor eterno desea de mí.
Dame a conocer lo que debo realizar,
dame a conocer lo que debo sufrir,
dame a conocer lo que silenciosa,
con modestia y en oración debo aceptar, cargar y soportar.
Sí, Espíritu Santo, dame a conocer tu voluntad
y la voluntad del Padre,
pues toda mi vida no quiere ser otra cosa
que un continuado y perpetuo si
a los deseos y al querer del Eterno Padre Dios.

Pentecostés

María,
en medio de los Apóstoles,
con tu poderosa intercesión
imploras la prometida irrupción
Del Espíritu Santo,
por lo cual fueron transformados débiles hombres
y se indica a la Iglesia la ruta de victoria.
Abre nuestras almas al Espíritu de Dios,
y que El nuevamente arrebate
al mundo desde su cimiento.

Unidad con María

¡Inscríbeme en tu corazón!
Oh Madre Celestial
con sangre y fuego
inscríbeme pues tuya/o soy eternamente.
En cambio, con filial amor y tierna gratitud
tu nombre en mi alma grabaré
con gozo y prontitud.
Amén

Dios te salve María, por tu pureza

consérvame puro en cuerpo y alma. Ábreme tu corazón y el corazón de tu Hijo. Implora para mí un profundo conocimiento propio y la gracia para perseverar y permanecer fiel hasta la muerte. Dame almas; todo lo demás guárdalo para ti

Agradecimiento

Gracias por todo, Madre,
todo te lo agradezco de corazón,
y quiero atarme a ti
con un amor entrañable.
Gracias porque nos salvaste
en grandes necesidades;
gracias porque con amor fiel
nos encadenaste a ti.
Quiero ofrecerte eterna gratitud
y consagrarme a ti con indiviso amor.

Gracias por todo Madre

Gracias por todo, Madre, todo te lo agradezco de corazón, y quiero atarme a ti con un amor entrañable. ¡Qué hubiese sido de nosotros sin ti, sin tu cuidado maternal!

Gracias porque nos salvaste en grandes necesidades; gracias porque con amor fiel nos encadenaste a ti. Quiero ofrecerte eterna gratitud y consagrarme a ti con indiviso amor.

Confianza Filial

Creemos, oh Madre, en tu gran poder, Aunque estés oculta como en la más oscura noche. Creemos en tu fuerza victoriosa, aunque nuestros deseos no encuentren recompensa. Te amamos, Madre, que tan tiernamente amas a cada uno de nosotros sin cesar. Te amamos también cuando no concedes tus riquezas infinitas aquí abajo.
Sin embargo, en tu misericordia y benevolencia aumenta nuestra fe y confianza filial. Oh, déjanos siempre ver tu amoroso cuidado para que, fuertes en la fe, no temamos atrevernos, sino enfrentemos el futuro seguros de la victoria, mirándote a ti para que nos guíes con confianza. Nuestro amor nos librará de todos los lazos terrenales, para que, ansiosos y preparados para el sacrificio, ofrezcamos vida, amor y lealtad, sirviéndote ahora y en la eternidad. Amén

Oración por la beatificación del P. Kentenich

Querida Madre, Reina y Victoriosa tres veces Admirable de Schoenstatt:
Te agradecemos que nos hayas regalado en el Padre José Kentenich un reflejo de la bondad y misericordia del eterno Padre Dios.
Durante toda su vida, ese corazón paternal no tuvo otro anhelo que amarte y regalar amor a las personas que Tú le confiaste, ayudándolas eficazmente en todas sus dificultades. Con fe en la Divina Providencia, creemos que, desde la eternidad, continuará su misión de ser Padre y guía de los que confían en él. Por eso te pedimos que te glorifiques a través de él y nos escuches en nuestras necesidades, hagas que se realicen milagros físicos y de transformación interior y nos concedas la gracia que confiadamente te pedimos. Danos la conformidad con lo que Dios disponga, y la salvación eterna.
Concede pronto al Padre Kentenich el honor de los altares para gloria del Dios Trino. Amén.