El 7 de junio de 2025, con motivo de la solemnidad de Pentecostés, todos los miembros del Movimiento Apostólico de Schoenstatt de Roma (Italia) y del resto del mundo se reunieron en peregrinación en la basílica de San Pedro para participar juntos en el momento de oración y vigilia con el Santo Padre.
La peregrinación tuvo lugar en el contexto del Jubileo de los Movimientos, Asociaciones y Nuevas Comunidades. Todos nosotros, como familia de Schoenstatt y como peregrinos de la esperanza, quisimos formar parte de esta gran familia de la Iglesia en el encuentro con el papa León XIV.
Salida de la peregrinación en la Parroquia de los Santos Francisco y Catalina, Patronos de Italia

A las 3:00 pm, un grupo del Movimiento se reunió en la parroquia de los Santos Patronos de Roma, comunidad confiada al cuidado del Instituto de los Padres de Schoenstatt, donde se rezó una oración conjunta.
La iglesia, de estilo arquitectónico racionalista, es la sede parroquial desde el 27 de junio de 1942, fecha en la que Pío XII proclamó a San Francisco de Asís y Santa Catalina de Siena patronos de Italia. El 26 de noviembre de 1989, la iglesia recibió la visita de Juan Pablo II.
Después de la oración, los primeros peregrinos schoenstattianos partieron a pie hacia la iglesia de San Salvatore in Onda, ubicada en via dei Pettinari, cerca de la Piazza San Vincenzo Pallotti, donde se encuentra la tumba del santo. El trayecto duró unos 40 minutos.
Visita a la iglesia de San Salvador de Onda y oración ante la tumba de San Vicente Pallotti

A las 3:30 pm, los schoenstattianos comenzaron a visitar la iglesia, donde se reunieron todos los grupos venidos de todo el mundo y alojados en otras partes de Roma. La visita continuó con un momento de oración ante la tumba de San Vicente Pallotti.
La iglesia de San Salvatore in Onda es un importante lugar de culto del siglo XI situado en el barrio romano de Regola, cerca de la casa donde se alojó San Pablo. Su nombre, «in Onda», deriva de las crecidas frecuentes del río Tíber que afectaban a la zona en el pasado. En 1844, fue cedido a San Vicente Pallotti para la comunidad religiosa que fundó, la Sociedad del Apostolado Católico (Pallottinos).
San Vicente Pallotti, fundador de la Unión del Apostolado Católico en el siglo XIX, tenía una visión muy amplia de la misión de la Iglesia, que incluía a todos los bautizados —laicos y consagrados— como apóstoles. El P. José Kentenich ingresó a esta comunidad y en ella se consagró sacerdote. De este modo, puede decirse que Schoenstatt también está fuertemente vinculado a este lugar y a la figura de San Vicente Pallotti.
Continuación de la peregrinación hacia la Plaza de San Pedro

La caminata duró unos 30 minutos, pero la expectación por la vigilia con el Papa era palpable en todos. La procesión se detuvo en la Plaza del Santo Oficio para esperar a los otros grupos de peregrinos que venían del Santuario Cor Ecclesiae o que se habían reunido allí, incluida la Presidencia General de Schoenstatt. Hacia las 5:00 pm, toda la Familia de Schoenstatt presente, entró en la Plaza de San Pedro.
Vigilia de Pentecostés con Movimientos, Asociaciones y Nuevas Comunidades
En la plaza de San Pedro, grupos musicales de algunos movimientos y asociaciones ya habían empezado a amenizar. Después de las 6:00 pm, tuvo lugar una vigilia con música y testimonios de representantes de algunos movimientos. A continuación, de las 8:00 pm a las 9:00 pm aproximadamente, tuvo lugar la vigilia de Pentecostés, presidida por el Santo Padre.


En su homilía, el Santo Padre León XIV invocó al Espíritu Santo, al que se invoca en el canto «Veni Creator Spiritus», como una fuerza transformadora que acompaña la misión de Jesús y la de la Iglesia. El Espíritu nos abre al Reino de Dios y nos invita a convertirnos, acogiendo la cercanía de Dios. A través de Jesús y de su ejemplo, comprendemos que Dios actúa para transformar el mundo según una lógica de amor, justicia y libertad. En Pentecostés, el Espíritu Santo unió a María, los apóstoles y los discípulos en una única misión, convirtiéndolos en testigos luminosos e indivisos. Esta unidad se refleja hoy en la comunión de la Iglesia, que se expresa a través de la sinodalidad, es decir, caminar juntos guiados por el Espíritu. La sinodalidad significa vivir el «estar juntos» —con Dios, con los demás, con la creación— como camino hacia un mundo más justo y pacífico, en contraste con el individualismo y la explotación. La verdadera espiritualidad, animada por el Espíritu de Jesús, promueve la fraternidad, la participación, la libertad y el desarrollo humano integral. Por tanto, la evangelización no es conquista, sino difusión de la gracia con la ayuda de María, y esto es lo que queremos lograr en Schoenstatt.
Traducción: Hna. M. Lourdes Macías