Jóvenes misioneros en Bogotá: En la conquista del Santuario «Puerta del Cielo»

P. Pablo Gajardo

Un pensamiento audaz en tierras colombianas

En el mundo hay miles de schoenstattianos, pero muy pocos pueden contar la experiencia de participar directamente en la conquista de un Santuario. Desde septiembre, dos jóvenes de la Juventud Masculina de Schoenstatt de Costa Rica —José David Chua y David Corrales— han aceptado el desafío de trasladarse por seis meses a Bogotá, Colombia, para colaborar en la conquista espiritual del futuro Santuario “Puerta del Cielo”.

Su misión se centra en animar y formar la Juventud Masculina en la capital del tercer país más católico de Latinoamérica. Este envío surge de la alianza entre la comunidad de los Padres de Schoenstatt de Ecuador y Costa Rica y la Coordinación Diocesana del Movimiento en Bogotá.

La Juventud Masculina internacional viene redescubriendo su espíritu misionero. En julio pasado, el Congreso Internacional de Jóvenes en Roma animó a abrir horizontes con alianzas de apoyo entre países. Estos misioneros en Bogotá encarnan ese llamado: dejar atrás la propia tierra para regalarle a la Mater seis meses de vida, en sencillez y generosidad.

“Un pensamiento audaz, casi demasiado audaz para el público, pero no demasiado audaz para ustedes”, decía el Padre José Kentenich en 1914. Hoy, más de cien años después, ese espíritu sigue vivo en estos jóvenes.

Un Santuario para Bogotá

Schoenstatt está presente en Colombia desde hace décadas. Junto a los Santuarios de Pereira y Armenia, la Familia conquista ahora su primer Santuario en la capital. El Movimiento ya cuenta con terreno y ermita en el norte de Bogotá, reconocidos oficialmente por la Arquidiócesis. Allí se forja poco a poco el corazón espiritual del futuro Santuario.

Actualmente, se gestionan los permisos municipales para iniciar la construcción y se impulsa una campaña para levantar también una casa del Movimiento, con dependencias para una futura comunidad sacerdotal.

Al estilo del Evangelio, una vida sencilla pero una gran misión

Los jóvenes viven en la “casita de la Mater”, al lado del terreno del Santuario. La vida es sencilla: frío bogotano, ausencia de comodidades, autogestión de lo cotidiano. Pero allí se aprende lo esencial: autonomía, carácter y liderazgo. Su campo apostólico se abre en colegios, universidades y parroquias de Bogotá y Chía.

“En realidad —comparten ellos— no hemos tenido que hacer grandes esfuerzos en abrir puertas: la Mater ha ido más rápido que nosotros. Mater perfectam habebit curam!”

Una familia que acompaña

Aunque los Padres de Schoenstatt no tienen aún residencia en Colombia, acompañan la misión desde Ecuador y Costa Rica, con visitas periódicas. Tres matrimonios de la Obra Familiar en Bogotá han asumido la tarea de ser “padrinos” de los jóvenes, cuidándolos y asegurando que no les falte lo necesario. A esto se suma el admirable compromiso de la Coordinación Diocesana de la Familia de Schoenstatt en Bogotá.

Cada mes y medio, los misioneros viajan a Ecuador para encontrarse con otros jóvenes enviados en Quito: Andrés Candel y Mateo Victoria, de Madrid/España y Austin/EE. UU., respectivamente. Ellos realizan una tarea muy similar en la capital ecuatoriana, lo que enriquece el espíritu de familia misionera y formación.

Signo de esperanza

A muchos en Colombia les cuesta creer que estos jóvenes son muchachos comunes y corrientes, jóvenes que simplemente han querido regalarle a la Mater seis meses de sus vidas, sin mayores pretensiones que vivir esta aventura. Repetidas veces creen que son religiosos o seminaristas; al parecer, no está acostumbrada la Iglesia a ver que un joven, sin necesariamente discernir una vocación religiosa, sea tan generoso de entregarse a una experiencia así.

En estos jóvenes tenemos un gran tesoro y un verdadero signo de esperanza para la Familia de Schoenstatt y para la Iglesia.

Confiamos en que pronto la Mater tenga en el corazón de Colombia un nuevo trono de gracias. Mientras tanto, estos misioneros siguen escribiendo la historia con hechos concretos: “Pruébenme primero por hechos que me aman realmente” (Acta de Fundación).

Pedimos oraciones por esta misión y por los frutos de la conquista del Santuario “Puerta del Cielo”.

Quienes quieran seguir de cerca esta aventura, sumarse o colaborar con ella, pueden hacerlo en Instagram: @misioncolombiasch.

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