La Hna. M. Cacilda Becker y el P. Henrich Walter fueron entrevistados por la Hna. M. Nilza para escuchar de su boca sus experiencias e ideas sobre los siete años en que cumplieron la tarea de ser los primeros Coordinadores Internacionales del Movimiento de Schoenstatt. Tratándose de un movimiento federativo, su misión es justamente la de ejercer el cargo que asumieron: de coordinadores, al servicio de la vida de Schoenstatt en los diferentes países del mundo. El P. Walter deja ahora esta responsabilidad y va a Austria, mientras que la Hna. M. Cacilda permanece por un período de tres años más. Por los Padres, asume el polaco, P. Arkadiusz Sosna, miembro de la Dirección General de los Padres de Schoenstatt.

Ustedes son las personas que iniciaron la oficina de Coordinación Internacional del Movimiento de Schoenstatt. Para esto se necesita valentía y compromiso. Desde ya estamos muy agradecidos por todo lo que han hecho por el Movimiento.

¿Cuáles fueron sus mayores desafíos como Coordinadores Internacionales?

P. Walter: Se nos asignó un 50% para esta tarea. La Hna. M. Cacilda vivía en Schoenstatt y yo en Roma. Como no teníamos otros colaboradores, fue como saltar al agua fría. Paso a paso fuimos elaborando nuestra tarea para los próximos años, tal como se describió en el Congreso de Pentecostés de 2015. Al principio, en varios países se temía que la Coordinación Internacional interfiriera con la organización en los países. Las expectativas sobre nuestro trabajo eran muy dispares. Nosotros tuvimos que seguir nuestro camino a nuestro propio ritmo.

¿Cuál ha sido su mayor alegría en este tiempo?

P. Walter: Experimentar el Movimiento en su diversidad en todo el mundo, conocerlo mejor, fue para mí la mayor alegría. En algunos países no hay un desarrollo activo, hay un envejecimiento de la Familia de Schoenstatt, que se está afrontando de diferentes maneras. En cambio, en otras regiones está floreciendo, donde Schoenstatt está en sus comienzos con el entusiasmo de una generación fundadora. Lo que todos tienen en común es el carisma vivo. Podemos aprender mucho unos de otros e inspirarnos mutuamente.

Hna M. Cacilda: Para mí el compromiso de los voluntarios ha sido y es un gran enriquecimiento. Son personas de todos los continentes, especialmente de América Latina, de todas las edades, sobre todo jóvenes, que dieron su tiempo, sus conocimientos y su entusiasmo a la Coordinación Internacional como algo natural y en la medida de sus posibilidades. Estamos muy agradecidos por todo el apoyo, y he visto constantemente cómo las personas se entregan por amor a la Mater y a Schoenstatt. Sin ellos nuestro trabajo no hubiera sido posible en absoluto.

Ustedes representan al Movimiento de todo el mundo en la Presidencia General. ¿Cuál es el objetivo de esta tarea?

P. Walter: En la Presidencia hay dos representantes de cada una de las Federaciones e Institutos de la Obra de Schoenstatt. Las comunidades de la Liga han estado representadas hasta ahora por el responsable del Movimiento en Alemania. Cuanto más internacional y más grande se hacía el Movimiento en muchos países, más fuerte se hacía la petición por un nuevo ordenamiento, ya que los Movimientos nacionales no se sentían suficientemente representados. ¿Cómo puede saber el líder del Movimiento alemán lo que ocurre en otros países y continentes? Esto se hizo especialmente visible en torno al Jubileo de 2014.

¿Cómo describiría la realidad actual del Movimiento de Schoenstatt internacional?

Hna. M. Cacilda: Compromiso y desafíos. Experimento a través de muchos signos cuán grande es el compromiso de los schoenstattianos. No importa si hay muchos miembros de la Familia de Schoenstatt en un país o si un número cada vez menor de schoenstattianos hace todo lo posible para mantener vivo un santuario y un centro de Schoenstatt. Cada uno hace lo que puede con alegría y sentido de misión. Y gran parte de nuestro Movimiento funciona paralelamente a nuestros trabajos y con una gran inversión personal.

Tenemos desafíos en todos los aspectos. La situación de la sociedad, con una creciente secularización en todos los ámbitos de la vida, exige mucha flexibilidad, estar atentos a la evolución de los tiempos y tener un corazón atento para captar lo correcto. Cuando pienso en los desafíos en algunos países, pienso también en la disminución del número de schoenstattianos, en la falta de líderes y de personas que puedan llevar más lejos la espiritualidad de Schoenstatt en países donde las comunidades centrales de Schoenstatt – las Federaciones y los Institutos – no están presentes…

¿Cómo lograron representación en la Iglesia, en el Vaticano? ¿Cuál fue el resultado?

P. Walter: Como estaba destinado en Roma, la mayor parte del trabajo me llegó por este motivo. Es un proceso largo hasta que te haces notar en los órganos de la Iglesia mundial en Roma. Fue una tarea agradable porque pude conocer a mucha gente. Es increíble la cantidad de comunidades, movimientos e iniciativas que hay en la Iglesia universal. La Iglesia es mucho más variopinta y el Espíritu Santo más eficaz de lo que solemos percibir. Por supuesto, también hay tensiones en esta diversidad. En estos siete años hemos avanzado paso a paso. Pasé la mayor parte del tiempo cultivando relaciones con personas de diversas instituciones de la Iglesia universal y del Vaticano. Era ya algo así como hacer lobby por Schoenstatt. Desgraciadamente, la pandemia con sus restricciones frenó muchas iniciativas.

¿Cómo se coordinó el Movimiento internacional en los países donde ya estaba presente? ¿Qué se consiguió allí?

P. Walter: Por un lado, ya se han hecho muchas cosas en las últimas décadas, sobre todo a través de las Hermanas y Padres que se han reunido a nivel mundial y continental para informarse mutuamente y coordinar algunas cosas. Por ejemplo, hay reuniones anuales de los responsables del Movimiento a nivel continental. Durante estos años, la Coordinación Internacional ha ayudado a articular la participación de Schoenstatt en eventos de la Iglesia mundial, como las Jornadas Mundiales de la Juventud, las Jornadas Mundiales de la Familia, el Año Santo y también los Sínodos de los Obispos.

¿Cómo ha acompañado el surgimiento del Movimiento en nuevos países? ¿En qué países han trabajado en este sentido?

P. Walter: Todavía estamos arrancando. Primero reaccionamos a las peticiones y gritos de ayuda de los distintos países, después tuvimos una visión más general de qué países necesitaban una acción. Es sorprendente la cantidad de iniciativas que hay para llevar Schoenstatt a nuevos países. A menudo son ahora laicos los que realizan este trabajo misionero debido a invitaciones o a las puertas abiertas de la Providencia. Hay que mencionar países en Centroamérica, luego en Europa del Este y algunos intentos en nuevos países de Asia.

Hna. M. Cacilda: Es muy interesante: a menudo nos escribe gente queriendo saber si el Movimiento de Schoenstatt existe en su país. El último pedido fue si el Movimiento existe en Singapur. También hubo consultas de Indonesia, Japón y algunos otros países.

En enero de 2022 se envió una Peregrina a Albania, y cinco meses más tarde una segunda. Fue recibida con mucha alegría. En este país menos del 5% de los habitantes son católicos, pero la Virgen está actuando allí ahora.

Una de sus tareas era y sigue siendo crear y mantener la página web oficial internacional y las redes sociales. ¿Qué ha conseguido en este ámbito? ¿Cuáles son los proyectos futuros?

P. Walter: El comienzo fue muy difícil, en primer lugar por la situación de la comunicación en Schoenstatt a nivel mundial. Muchos hacen muchas cosas con la mejor opinión e intención, pero no es fácil sentar a todos a la mesa para una colaboración efectiva.

Hna. M. Cacilda: Podemos decir que la comunicación está creciendo en general. Con la página web estamos en una segunda fase. Estamos trabajando para mejorar el contenido de la web internacional schoenstatt.com, implicando a personas que aporten el sentimiento lingüístico de su lengua materna en la traducción, de modo que sea auténtica para ese grupo lingüístico. Aún mejor sería que nuestros propios textos estén escritos por hablantes nativos. También nos ocupamos de eso lo mejor que podemos. Algunos artículos deben ser escritos por periodistas que trabajan 3 ó 4 horas a la semana para nosotros, pero todo esto es también una cuestión financiera. Confiamos y esperamos poder recaudar lo necesario. Y, por supuesto, estamos muy agradecidos por las donaciones, sin las cuales no podríamos hacer en absoluto este trabajo mediático.

Otra tarea es participar en la vida en torno al Santuario Original. ¿Cómo ha sido esto?

Hna. M. Cacilda: Sí, es un proyecto muy importante y grande. Como oficina coordinadora, hemos puesto en marcha algunas iniciativas. Por ejemplo, en abril de 2020, la coronación mundial de la Virgen – CoronaMater – fue en el Santuario Original. Durante la pandemia, en 2021, tuvimos la Semana por el Santuario Original con una maratón de 12 horas de contribuciones para dar a conocer el Santuario Original. Todos los años trabajamos con un equipo para las celebraciones del 18 de octubre, nuestro día de fundación.

Entrevista Hna. M. Cacilda Becker

 

A lo largo de los años se han hecho acusaciones a nuestro fundador. ¿Cómo lo han afrontado? ¿Qué medidas concretas se han tomado en relación con la Familia de Schoenstatt, la Iglesia y la sociedad? ¿Cuál es la situación actual?

P. Walter: Al principio fue una cuestión de información y comunicación. La Presidencia General nos nombró miembros de la Comisión de Medios de Comunicación, cuya tarea consistía en mantener el contacto con los medios de comunicación en nombre de la Presidencia y en la preparación de las publicaciones. Se celebraron reuniones periódicas virtuales, por ejemplo con los líderes de los movimientos de los continentes, para informarnos mutuamente y sugerir una línea común de acción. Nuestra nueva página web desempeñó un papel fundamental en este sentido.

Hna. M. Cacilda: La página web se puso en marcha a finales de mayo de 2020 y a principios de julio aparecieron acusaciones contra nuestro fundador en la prensa internacional. Así que fue un trabajo de precisión celestial. Pudimos actuar como órgano oficial del Schoenstatt internacional, pudimos publicar las declaraciones de la Presidencia General y también pudimos servir de punto de contacto para preguntas, críticas y también expresiones de solidaridad.

 

 ¿Qué frutos positivos ha traído esto para la Familia de Schoenstatt?

P. Walter: Nos hemos convertido más en una familia. Esta confrontación nos ha llevado a un diálogo más profundo y a una colaboración más eficaz entre países y comunidades. Hemos tratado con más transparencia nuestra historia sobre la amplia base de todo el Movimiento. Hemos dado pasos para reflejar el carisma del P. Kentenich en el contexto actual.

¿Cómo calificarían la experiencia de estos años? ¿Qué se llevan de estos años?

P. Walter: De cara a la Iglesia universal, la voz de Schoenstatt es importante. En términos de contenido y en lo personal, Schoenstatt necesita un rostro que pueda ser percibido en todas partes – con toda su autonomía local. Estamos recién en el comienzo. El equipo de la Coordinación Internacional tendría que hacerse más grande para que el servicio para todo el Movimiento pueda expandirse.

Hna. M. Cacilda: Veo estos años como el comienzo de un proyecto muy grande. La pandemia ha impedido muchas cosas por un lado, pero por otro también ha posibilitado muchas cosas y nos ha enseñado. Estamos mucho más conectados en red. Esto nos ha permitido aprender más y más rápido de los países y ayudar a tiempo. Yo diría que se ha puesto la primera piedra de nuestro trabajo. Gracias a la larga preparación del Congreso de Pentecostés -la cual también fue consecuencia de la pandemia- pudimos establecer muchos contactos.

Aparte de las experiencias de estos 7 años, en los que todo empezó de cero, me llevo sobre todo la alegría de nuestra Familia de Schoenstatt internacional y la gratitud hacia todos los que nos han ayudado durante estos años.

¿Qué tareas están asumiendo ahora?

P. Walter: A mediados de mayo me trasladaré a Viena y trabajaré como colaborador para la Central del Movimiento austríaco. En Austria esto significa sobre todo trabajo pastoral con familias.

Sobre el futuro de la Coordinación Internacional del Movimiento


En su última reunión, la Presidencia General determinó quiénes continuarán con la Coordinación Internacional de Schoenstatt por los próximos tres años, o sea, hasta 2026.La Hna. M. Cacilda Becker, brasileña, quien habla portugués, alemán y español, continuará con esta tarea por otro mandato.

El P. Arkadiusz Sosna, de Polonia, miembro de la Dirección General de los Padres de Schoenstatt, fue elegido de entre los Padres, y habla polaco, alemán y español. Ambos viven en Schoenstatt.