En varios países, miembros del Movimiento de Schoenstatt se han convertido en embajadores del proyecto «Todos Somos Schoenstatt». Han sido convocados para contribuir a una misión muy especial. Flávia y Luciano Ghelardi, de Brasil, nos cuentan su experiencia y por qué forman parte del proyecto.
En octubre de 2024, recibimos una invitación inusual del padre Alexandre Awi, superior del Instituto de los Padres de Schoenstatt: convertirnos en embajadores del Santuario Original y participar directamente en el proyecto «Todos somos Schoenstatt».
El proyecto tiene como objetivo mantener el Santuario Original, difundir el legado de nuestro Fundador y contribuir a la expansión de la Alianza de Amor por todo el mundo. Es una iniciativa de la Presidencia Internacional y, para llevarla a cabo, se ha invitado a algunas personas a ser embajadoras en sus respectivos países.
Un reto internacional
El papel de los embajadores es dar a conocer el proyecto en su propio país, para lo cual pueden proponer iniciativas a los coordinadores del proyecto u otros embajadores, y también animar a otros voluntarios a que propongan sus propias iniciativas. Los embajadores también asumen la responsabilidad de dar ejemplo y contribuir directamente al proyecto dentro de sus posibilidades.
Aceptamos esta misión con gran alegría y agradecimiento. Yo, Flavia, nací en una familia schoenstattiana. Mi abuela estaba en la Rama de Madres, mi madre en la Juventud Femenina y luego también en la Rama de Madres. Participé en la Juventud Femenina desde muy pequeña y, cuando empecé a salir con Luciano, una de las primeras cosas que hicimos fue formar un grupo de Juventud Masculina para que él participara.
Después de casarnos, participamos durante un tiempo en la Liga de Familias y, desde 2004, somos miembros de la Federación de Familias. Fundamos nuestro Santuario Hogar justo un año después de nuestra boda, en 1999. Nuestros hijos han participado en la Juventud de Schoenstatt y ahora el más joven aún tiene que sellar su Alianza de Amor, que está programada para febrero de 2025. Así que nuestra vida como católicos es una vida como schoenstattianos.
Por eso, estamos profundamente agradecidos por todo lo que Schoenstatt nos ha dado en la vida. La invitación del P. Alexandre fue para nosotros una forma de devolver, al menos en parte, todo lo que hemos recibido como gracias de la Alianza de Amor. Sentimos la misma llamada cuando nuestros padres son ancianos y necesitan nuestra ayuda, incluso material.
¿Por qué formamos parte de todo esto?
En estos 110 años desde la Alianza de Amor sellada por el Padre Fundador en el Santuario Original, ¡hemos recibido tanto! ¡Schoenstatt nos ha ayudado tanto! Ahora, nuestra Madre y Reina y nuestro Padre y Fundador necesitan nuestra ayuda, incluida nuestra contribución financiera. Hagamos lo que hagamos, sea cual sea la cantidad que se pretenda recaudar para este proyecto, seguirá siendo muy poco para agradecer todo lo que hemos recibido.
Nuestra experiencia de casi dos meses como embajadores es que este apostolado nos ayuda a estrechar aún más nuestro vínculo con el Santuario Original, con nuestro Padre Fundador y, sobre todo, con nuestros hermanos de la Alianza de Amor repartidos por todo el mundo. Hemos experimentado que formamos parte de una verdadera familia internacional que habla diferentes idiomas, pero que estamos unidos por los lazos de la Alianza de Amor, que tenemos una casa común, el Santuario Original, y que podemos encontrarnos allí, incluso espiritualmente, siempre que necesitemos el regazo de la Mater.
Nos gustaría invitar a todos a involucrarse en este hermoso proyecto, no importa la cantidad, sino la contribución, después de todo ¡Todos somos Schoenstatt!
Cómo ayudar:
Puede encontrar más información haciendo clic en esta página: Todos somos Schoenstatt.
Traducción: Hna. M. Lourdes Macías