Claudia Brehm
En sus visitas pastorales a Croacia, el padre Horn se preocupa siempre de escuchar a su gente, de tomar decisiones consensuadas en las reuniones, de celebrar la misa con los responsables del Movimiento y de darles impulso espiritual. Esto incluye también la visita a las familias de aquellos con quienes trabaja.
Cuando la tierra tembló
En Zagreb, donde en marzo y en diciembre 2020 murieron personas por los terremotos y muchos edificios fueron destruidos, todavía se pueden ver los daños sufridos. Las iglesias, como la catedral de Zagreb, no podrán utilizarse como lugares de culto en los próximos años. Algunos templos han sido reemplazadas por construcciones temporales. Es bueno que la Familia de Schoenstatt en Zagreb se caracterice por una gran cohesión. Gracias a las donaciones recogidas, se pudo ayudar a una familia a reconstruir su casa destruida. También es de gran ayuda para esta región el hecho de que se hayan encontrado allí sacerdotes diocesanos que apoyan a las comunidades de Schoenstatt.
Paisajismo en el santuario de Ivanovici
En el santuario de Ivanovici, inaugurado en 2018, se pudieron construir el mes pasado caminos de conexión con el santuario. En la intersección de estos caminos, el arquitecto representó el conocido símbolo de Schoenstatt en un círculo (ver foto). También se añadirán los símbolos de la Eucaristía, el cáliz y la hostia en la zona más amplia.
Un cetro para María
En mayo se celebraron peregrinaciones de mujeres y madres a ambos santuarios con 70 madres en un caso y 50 madres en el otro, lo cual, ante las condiciones de la pandemia, representa una excelente participación. Presentaron a la Virgen un cetro (ver foto), para que María, con su ayuda maternal en las múltiples necesidades de este tiempo, del mundo y de la Iglesia tome el cetro, y se manifieste con su poder. Algunas madres expresaron su gran confianza en ella sellando la Alianza de Amor.
Preparativos para la colocación del símbolo del Padre
El 18 de septiembre de este año se colocará en Ivanovci el símbolo del Padre, un ojo artísticamente diseñado, que quiere señalar el amor incondicional, la fidelidad y la preocupación vigilante de Dios por todas las personas y su tierra. Un año después, en agosto de 2022, el símbolo del Padre será colocado en el otro santuario de Croacia, en Mala Subotica.
Muchas comunidades locales han apreciado, acogido y difundido el retiro «Un corazón en el Padre“, porque les ha servido de ayuda en la vida. El P. Horn escribió siete reflexiones sobre el tema del retiro, relacionado con el símbolo del Padre, las que fueron enviadas a un gran número de miembros de la Familia de Schoenstatt croata en siete sábados consecutivos. Los destinatarios, a su vez, copiaron las reflexiones para otros o las reenviaban electrónicamente. De este modo, estos retiros anuales encontraron una difusión asombrosamente amplia. Todos recibieron una fotografía del símbolo del Padre y la oración preparatoria común junto con los textos de contemplación.
Ahora se han añadido nuevas sugerencias para la conversación personal con Dios. Especialmente la rama de mujeres y madres se involucró en esta preparación y ahora trata de encontrar las huellas de la providencia y la guía divina en la oración vespertina diaria y de agradecer los dones diarios del Padre.
Colaboración en el lugar de peregrinación nacional de Marija Bistrica
La estatua milagrosa negra de María del siglo XV que se encuentra en el santuario de Marija Bistrica, declarado santuario nacional en 1971, atrae cada año a miles de personas, algunas de las cuales vienen en peregrinación a pie desde muy lejos.
En el frente hay un gran altar de campaña donde se celebran misas al aire libre y se escuchan confesiones. Ahora se ha creado un espacio de devoción en el centro, donde se realiza la adoración los fines de semana durante el tiempo de confesión. En una colina cercana, se ha construido un gran Vía Crucis con esculturas de tamaño natural. El P. Horn fue invitado a servir allí durante quince días, escuchando confesiones y celebrando la misa, y relata sobre esta experiencia: «Fue una vivencia enriquecedora para mí, sobre todo porque en Marija Bistrica late realmente el corazón croata y pude recibir mucho de él. También hubo muchos contactos con sacerdotes. Fui muy bien recibido por los cinco sacerdotes que sirven constantemente en el santuario».
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