«VIVIR ALGO ES CIERTAMENTE MÁS INTENSO QUE SIMPLEMENTE POSEER ALGO…«.
Última hora: ¡Han robado la Corona RTA!
Fue una gran sorpresa para la rama de la Juventud Femenina de Schoenstatt. La corona RTA fue un regalo del Padre José Kentenich cargado de un gran valor sentimental. No sabemos dónde está la corona, pero una cosa es segura: las chicas están desconsoladas…
Tal vez ese sería el titular de nuestras noticias si la Corona RTA hubiera sido robada hoy. Pero no fue así. Ocurrió hace 25 años.
En el año 2000: Un robo que hizo historia
En 1945, el Padre José Kentenich regaló una corona – la Corona RTA – a la Juventud Femenina de Münster/Alemania. El Fundador lo hizo como un gesto de gratitud por la dedicación que tuvieron a la Obra de Schoenstatt mientras él estaba prisionero en el campo de concentración de Dachau.
Como fue un regalo del Fundador, la Juventud Femenina Internacional se identificó cada vez más con este símbolo y lo asumió como un estilo de vida.
Josefina Bianchi, de Argentina, explica: «La Corona RTA no sólo tiene que ver con el ideal de ser Coronas Vivas y aspirar a serlo cada día, sino que también nos une como Juventud Femenina Internacional de Schoenstatt y me recuerda que hay chicas de otros países que comparten los mismos ideales que yo.»
Poco a poco, la Juventud Femenina International asumió la Corona RTA como un ideal y una misión para vivir sus tres pilares: Reinheit (pureza), Treue (fidelidad) y Adel (nobleza).
Pero la triste noticia llegó en el año 2000: durante una peregrinación internacional, la corona fue robada. Al día de hoy, este importante símbolo no se ha encontrado. Sin embargo, la Juventud Femenina ha encontrado la manera de hacerlo siempre presente.

Una idea audaz para la época
Aún sin la corona, en el año 2000, chicas de diferentes países se reunieron en Schoenstatt, Alemania, más unidas que nunca. Muchos corazones latiendo, pero un solo latido al unísono que dirigía la promesa: ¡SOMOS TU CORONA VIVA!
La corona RTA estaba perdida, pero en este acontecimiento encontraron su ideal como rama internacional: ser la corona, una corona viva para María.
En esta foto histórica, tomada desde un avión, las chicas forman una «corona viviente». La foto se utilizó para coronar la MTA en el centro de la Juventud Femenina.

Rafaelle Nogueira, de Brasil, comenta esta historia: «Fue un acontecimiento triste, pero hoy miles de jóvenes viven, por la Divina Providencia, el ideal de ser coronas vivas. Pienso que tal vez, si la corona no hubiera sido robada, no tendríamos este fuerte sentimiento de ser hijas predilectas del Padre, porque él nos regaló la corona y ahora tenemos que vivirla – y vivir algo es ciertamente más intenso que simplemente poseer algo…»
En el año 2025 celebramos el jubileo de la RTA
Han pasado 25 años desde que la Juventud Femenina asumió la misión de ser una corona viva, y este año de gracia trae una gran bendición para esta rama.
Recordando el ideal heroico que la rama abrazó en el año 2000, la generación actual tendrá la oportunidad de reunirse y celebrar este acontecimiento en Schoenstatt (Alemania). Del 25 al 27 de julio de 2025, chicas de todo el mundo podrán gritar juntas: “We are your living Crown! TODAY, TOMORROW, TOGETHER!” (¡Somos tu Corona viva! ¡HOY, MAÑANA, JUNTAS!).
Se espera que unas 600 jóvenes de más de 20 países participen en esta ocasión especial.
Con gran entusiasmo, se ha formado un equipo internacional que está trabajando en cada detalle para que este encuentro sea aún más alegre. El equipo ANIMA se encarga de la espiritualidad del evento y de crear momentos agradables para que las chicas conecten entre sí y con Dios. El equipo COR se encarga de la comunicación y, a través de las redes sociales, comparte el proceso de preparación, y lo seguirá haciendo de cada momento del jubileo para todas las chicas del mundo. Por último, el equipo CORPUS se encarga de la logística del evento y de gestionar toda la estructura donde las chicas realizarán las actividades del jubileo.

Daniela Gavilanes, de Ecuador, dijo: «Si el robo hubiera ocurrido hoy, con la vigilancia actual, es muy probable que la corona hubiera sido encontrada más fácilmente. Pero, aunque no hubiera sido así, me gusta pensar que la Mater habría vuelto a inspirar en nuestros corazones el deseo de ser una corona viva, de ser una juventud anhelante de la misión, utilizando las herramientas tecnológicas actuales para difundir el mensaje a nivel mundial, con la gracia del envío apostólico que nos regala el Santuario».
Conocer la historia de nuestra rama es importante para que podamos ver que nuestros corazones laten como los de la Juventud Femenina de 1945, 1981, 2000 y hoy: solo un latido al unísono de miles de corazones jóvenes que laten por esta misión.