Jóvenes rumanos eligieron Schoenstatt para comenzar el 2024. Profundas experiencias

Claudia Brehm / Grupo Alégrate

El grupo juvenil Alégrate, de Rumania, visitó Schoenstatt, con la compañía de dos Hermanas de María de Timisoara, la Hna. Erika-Maria Bukovics y la Hna. M. Andreea Deac, y por el sacerdote diocesano, P. Piry Radulov, corresponsable de la capellanía estudiantil de la diócesis. Sus testimonios reflejan la profundidad de las vivencias que tuvi

Los mismos estudiantes informan sobre estos días llenos de acontecimientos:

Del 27 de diciembre de 2023 al 3 de enero de 2024, los jóvenes de los grupos juveniles del Centro Juvenil Diocesano de Timisoara pasamos juntos una Nochevieja diferente en Schoenstatt, Alemania. Tuvimos la oportunidad de conocer la espiritualidad del Movimiento Apostólico de Schoenstatt y de pasar el Año Nuevo con otros jóvenes de otros países ante el Santísimo Sacramento.

A través de esta peregrinación, los jóvenes pudieron conocer mejor al fundador del movimiento, el P. José Kentenich. Uno de los jóvenes relata: «Cuando entramos en la habitación del P. José Kentenich, nos fascinó la sencillez de la época, todo estaba intacto tal y como él lo había dejado, su escritorio con hojas de papel y bolígrafos, estanterías llenas de libros, fotos suyas y de personas importantes en su vida. Por unos instantes lo imaginamos sentado en ese escritorio un día cualquiera, escribiendo o leyendo, creando los cimientos sobre los que hoy se levanta todo el Movimiento Apostólico de Schoenstatt. En ese momento comprendimos la profundidad del lugar, pero también la identidad del Movimiento, que cada vez que era puesto a prueba por las dificultades de los tiempos, se fortalecía y estaba dispuesto a estar con nosotros y para nosotros.»

El Santuario Original

Una joven resumió así sus impresiones en el Santuario Original: «Fue impresionante ver que en cada monte, en cada colina y cerca de cada casa de las muchas y variadas comunidades había una réplica exacta de la capilla original. Sin embargo, cada una tenía su propio símbolo para representar a la respectiva comunidad. Para mí, fue como si nunca hubiera salido del Santuario Original, y sentí que María nos miraba con dulzura. Tuvimos la oportunidad de pasar la última hora de 2023 y los primeros minutos de 2024 ante el Santísimo Sacramento en el Santuario Original. Aunque afuera se oían los fuegos artificiales, había silencio en el Santuario para que cada uno pudiera tener su conversación personal con Jesús. En algún momento se nos unieron otros jóvenes de otros países, y me sentí muy feliz de vivir este cambio de año de esta forma».

La Alianza de Amor

La Alianza de Amor, componente central de Schoenstatt, también impactó en los jóvenes. La describen así: «La Alianza de Amor no es otra cosa que una forma de entrega a la Virgen. Con ocasión de esta peregrinación, cuatro jóvenes hicieron esta alianza de amor. Nos impactó, porque nos dimos cuenta de que estaban dispuestos a vivir lo que allí dijeron».

Visita a las Hermanas de María en el Monte Schoenstatt

Los jóvenes vivieron así su visita a las Hermanas de María en el Monte Schoenstatt: «La comunidad de las Hermanas en el Monte Schoenstatt es grande y muy abierta, y todas las Hermanas que conocimos sonreían cordialmente a los jóvenes presentes. Uno de nuestros jóvenes quedó muy impresionado por el ambiente: «¿Dónde estaba yo? Puedo decir con la mano en el corazón que se trataba de un viaje al mundo de los santos, me sentía como en el cielo, no sabía ni pensaba qué día ni qué hora era. Las hermanas nos recibieron con mucho cariño e interés y nos explicaron cómo viven y cómo se esfuerzan por amar a Dios. Dios tiene planes para cada uno de nosotros, estoy convencido de que fue también en este plan que se nos permitió conocer esta espiritualidad. Agradezco también a la Virgen por su intercesión y ayuda en todo».

Visita a los Padres de Schoenstatt

Los Padres de Schoenstatt también dejaron huella. Un joven comentó sobre ellos: «Durante esta peregrinación también pude conocer a los Padres de Schoenstatt a través del P. José Luis Correa Lira, que me dejó una impresión notable en cuanto a formación, pedagogía y contribución a la vida de la Iglesia. La Santa Misa, las homilías y la apertura de los sacerdotes de la comunidad despertaron en mí la paciencia que necesitaba para superar ciertas dificultades. Me impresionó la forma en que conservan una huella concreta de la mano del P. Kentenich, sobre la que los Padres colocan su mano en determinadas ocasiones en su comunidad como identificación con el P. Kentenich como padre y fundador del movimiento y de su instituto. La visita a los Padres me mostró que el amor de Dios no tiene límites. Él elige nuestro camino y nos ayuda a tomarlo en el momento oportuno y a no desviarnos de él».

Visita a las familias del Monte Nazaret

El Movimiento de Schoenstatt es muy diverso, por lo que la Comunidad de Familias de Schoenstatt también fue una parte importante de la experiencia de los jóvenes peregrinos: «La Comunidad de Familias de Schoenstatt tiene una capilla en el Monte Nazaret. Lo que impresiona de este santuario es la estatua de la Sagrada Familia, porque de frente no parece nada nuevo, Jesús en el centro de José y María, pero cuando damos vuelta a la estatua, vemos a José y María tomados de la mano, algo que nunca habíamos visto antes. A la izquierda del altar cuelga una red inundada de fotos de familias que han visitado esta capilla y que quieren que sus corazones permanezcan siempre en Schoenstatt, aunque sean familias de distintos rincones del mundo. Una cosa que me impresionó fue el momento en que tuvimos que buscar una piedra para escribir nuestro apellido, el momento en que mi hermano y yo escribimos en una pequeña piedra nuestro apellido y la fecha en que colocamos la piedra a la entrada de la capilla, en ese momento, aunque mi madre y mi padre no estaban con nosotros, sentimos que habíamos colocado esa piedra como familia.»

Con la comunidad de los Hermanos de María

Cuando el P. José Kentenich fundó este movimiento apostólico, quiso que todos los que pertenecieran al Movimiento se sintieran libres para tomar sus propias decisiones acertadas y elegir un estado de vida adecuado para sí mismos. Durante estos días, los jóvenes también conocieron la comunidad de los Hermanos de María: «Con todas las experiencias que tuvimos en Schoenstatt, no podía faltar la visita al señor Amrein, hermano de María en el Monte Tabor. Con gran apertura y alegría nos contó lo que había aprendido en el trabajo y en la comunidad de los Hermanos de María. Nos abrió el corazón y nos ayudó a darnos cuenta de lo importante que es vivir cada momento con el mismo entusiasmo, independientemente de que sea un lunes por la mañana o un viernes por la tarde. A través de su atractiva narración, nos mostró que nosotros también, como los diferentes colores -el señor Amrein se había formado como pintor de arte-, cada uno de nosotros es una salpicadura de color diferente, pero muy importante para nuestro mundo. Nos animó a ser auténticos, a seguir nuestra conciencia y subrayó la importancia de nuestra relación con la Virgen María».

Iglesia de la Adoración

Schoenstatt se expande por varios cerros y un valle, y está coronado por la hermosa Iglesia de Adoración. Uno de los jóvenes comparte: «Una noche tuvimos la oportunidad de pasar tiempo juntos junto a la tumba del P. Kentenich, pidiéndole ayuda en nuestras necesidades y expresando nuestra gratitud por los momentos de gracia que experimentamos en este lugar de peregrinación. Agradezco a Dios por el regalo de Schoenstatt del P. José Kentenich a nuestro tiempo!»

Mi experiencia estuvo llena de aprendizaje y alegría interior

Un joven sacerdote diocesano de la diócesis de Timisoara, que acompañó al grupo, llamó a Schoenstatt el «Monte Athos de Alemania». También dijo: «¡La espiritualidad de Schoenstatt ofrece muchas oportunidades para el desarrollo personal y la libertad! Mi experiencia en esta comunidad fue de aprendizaje y alegría interior, donde los valores tienen un papel central. ¡Sentí mucha paz en medio de este ambiente espiritual! La atmósfera de devoción, los juegos, los paseos y la oración me rodearon de una energía positiva y me ayudaron a desarrollar una relación más estrecha con mi prójimo, pero también con Dios. Pediré a la Virgen que nos ayude a construir una capilla en Rumania – ¡Timisoara!».

Los jóvenes están convencidos después de su visita a Schoenstatt: Hay lugar para todos en el Movimiento de Schoenstatt, es un movimiento que enseña valores que seguramente alegran a Dios y a María. Es una espiritualidad a través de la cual podemos aprender fácilmente a servir a Dios en nuestra vida diaria con gran libertad.

*Grupo de estudiantes «Alégrate», de la diócesis de Timisoara

Traducción: Enrique Soros

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