Saludo de un peregrino de la JMJ en el Día de la Alianza de Amor

P. Arkadiusz Sosna

Bem-vindos! Obrigado! ¡No! Esto no es un curso de portugués. Estas son las palabras que más se pronunciaron durante la JMJ de Lisboa. Reflejaban el ambiente de las jornadas y los encuentros de jóvenes de todo el mundo entre sí y con el Santo Padre. Crearon una atmósfera de apertura, cordialidad y alegría del peregrino en camino.

Las palabras del Papa Francisco aún resuenan en nuestro interior: Es hermoso estar juntos en Lisboa. No están aquí por casualidad. Dios nos llama porque nos ama. Dios nos ama como somos. Dios te ama. Dios te llama. No tengan miedo, sean valientes, sigan adelante.

En un clima de conflictos de diversa índole, estas palabras fueron como un bálsamo para un corazón maltrecho. Los jóvenes, esperanza de la Iglesia, fueron fortalecidos para la siguiente etapa de su camino de fe. Y una vez más, no defraudaron. En estos pocos días de convivencia, jóvenes de todo el mundo han demostrado que ponen en práctica las enseñanzas del Papa Francisco.

Ofrecer la luz de la esperanza al mundo

Como despedida, los participantes recibieron tres palabras del Papa Francisco: brillar, escuchar y no tener miedo. Palabras sencillas y claras que dan esperanza.

Al celebrar la primera Alianza después de la JMJ, queremos fortalecer nuestras vidas en la Alianza de Amor en el espíritu del encuentro de Lisboa. Depende de nosotros en este momento ofrecer al mundo la luz de la esperanza que tan desesperadamente necesita. Debemos sacarla de la oscuridad del corazón. Debemos llevarla allí donde el miedo por el futuro del mundo paraliza a la gente. Así como María llevó esperanza a Isabel y cambió la realidad con su propio don. Es tiempo de compartir el amor.

Es una celebración de alianza, un tiempo de escucha de la voz de Dios. Que la experiencia de la comunión en nuestros santuarios nos permita escuchar el deseo de Dios de invitarnos a los caminos del compartir el amor.

No tengan miedo, gritó el Papa Francisco

En la alianza no estás solo, sola. No tengan miedo. No debe haber miedo cuando damos testimonio de la fe. Pidamos, pues, fuerza y fortaleza en la lucha por la paz. Que María nos conceda todas las gracias necesarias para cambiar el rostro de este mundo.

Deseo que todos nos alegremos en la Alianza de Amor y nos pongamos en camino con valentía. Compartamos la alegría, porque la alegría es misionera. Que la experiencia de la JMJ de Lisboa se traduzca en actitudes y acciones concretas en nuestra vida cotidiana.

Então, vamos em frente. Entonces… ¡vamos!

Compartir

con sus seres queridos

Artículos relacionados que pueden interesarle