Rusia celebra los 75 años de la Campaña de la Virgen Peregrina

Elena Prosvetova / Hna. M. Agnes Sawicka

El 25 de octubre celebramos en Moscú (Rusia) los 75 años de la Campaña de la Virgen Peregrina de Schoenstatt. Estamos muy felices de vivir este momento tan importante en presencia y bajo la conducción del arzobispo Paulo Pezzi, de la arquidiócesis metropolitana de Moscú.

La fiesta comenzó con una peregrinación de la comunidad con las imágenes de la MTA. Entramos por la Puerta Jubilar de la catedral de la Inmaculada Concepción de Moscú y recibimos la indulgencia jubilar. El arzobispo monseñor Paulo se dirigió a los presentes: «Hermanos y hermanas, nos reunimos ante la cruz del Señor, ancla de nuestra salvación y esperanza, para celebrar el jubileo de la Campaña de la Virgen Peregrina junto a Dios y a todos aquellos que acogen esta imagen. Que Cristo, nuestra paz y nuestra esperanza, sea nuestro compañero en este día. Que el Espíritu Santo, que permanece con nosotros, nos conduzca a la perfección de la fe, la esperanza y el amor».

En la iglesia, nos unimos a la comunidad parroquial y rezamos juntos los misterios gozosos del rosario. Junto con el coro de la Catedral, cantamos con alegría, al comienzo de la Santa Misa, el himno a la Virgen Peregrina: «Madre admirable, Virgen Peregrina, es tu visita la que me ilumina».

Peregrinos desde Belén

En su cálida y paternal homilía, el arzobispo Paulo Pezzi reflexionó sobre la peregrinación humana y su significado:

«Al celebrar el jubileo de la imagen peregrina de la Madre de Dios, Tres Veces Admirable, nuestros pensamientos se dirigen inmediatamente a la familia de Nazaret. Esa familia, esa casa, el lugar que Dios eligió para visitar a su pueblo, era una casa peregrina.

Poco después del nacimiento, antes de mudarse a su casa de Nazaret, esta familia tuvo que huir a Egipto. Entonces comprendemos que la peregrinación de esta familia no siempre está relacionada con la decisión de viajar a algún lugar, con la necesidad de encontrar trabajo, sino que, lamentablemente, también está relacionada con las persecuciones. Lo mismo nos sucede a nosotros. Nuestra peregrinación diaria es, quizá, más profunda: la necesidad de encontrar trabajo, proteger a la familia, por ejemplo, a los hijos, para que no caigan en algún tipo de dependencia. A veces, las familias tienen que mudarse lejos, a una ciudad desconocida, donde no tienen ningún vínculo cercano. En todo esto, en todas nuestras peregrinaciones, no debemos olvidar que esta familia nos acompaña. María y José, mirando a Jesús, nos acompañan a todos. ¿Y cómo lo hacen? Hoy, la primera lectura nos dice que la principal compañía en la vida es la sabiduría».

Monseñor Paulo Pezzi afirma que la sabiduría se manifiesta a través de diferentes virtudes y destaca tres de ellas: la sencillez, la sinceridad y la mansedumbre. «Queridos hermanos y hermanas: Pidamos al Señor que nuestro camino por la tierra esté marcado por estas virtudes. Para que podamos saborear, al menos en parte, el don de la felicidad plena que nos espera en el cielo».

Al final de la Santa Misa, los misioneros de la Virgen Peregrina renovaron su oración de consagración. Junto con todos los presentes en la iglesia, rezaron la oración de la pequeña consagración. Los misioneros recibieron las imágenes peregrinas de manos del arzobispo Paulo. La oración en la iglesia terminó con una foto de grupo.

Reflexiones y testimonios

Después de la Santa Misa, nos reunimos en el salón para el encuentro. El acto comenzó con el himno Agni Parfene, interpretado por el coro de la parroquia. A continuación, en la reflexión preparada para el encuentro jubilar, escuchamos noticias sobre la celebración del jubileo en septiembre en Brasil. Este evento nos trae a cada uno la alegría de sentirnos parte de una gran familia internacional. También tuvimos la oportunidad de conocer mejor la personalidad del venerable João Luis Pozzobon desde la perspectiva de la gracia jubilar de la esperanza. La vida del «pequeño discípulo del Padre Kentenich», como le gustaba llamarse a sí mismo, nos muestra los diversos rostros de la esperanza que encontramos en nuestro camino con María. Nos centramos en la esperanza como una «virtud peregrina», que nos revela la necesidad de desarrollar una «conciencia de peregrino» y un «sentimiento de hogar».

Tras la reflexión, escuchamos varios testimonios y cantamos diferentes canciones. En el primer testimonio, pudimos alegrarnos con la experiencia de uno de los círculos en los que María camina entre amigos y en el trabajo, siendo siempre, ante todo, la Madre de los corazones humanos, independientemente de la religión. En el segundo testimonio, escuchamos cómo la comunicación y las novedades de la vida de la familia schoenstattiana, accesibles desde diferentes países del mundo en el sitio web internacional, han transformado la percepción de Schoenstatt. El tercer testimonio continuó con esta experiencia de «sorpresa» por la acción de la gracia en nuestras vidas. Gracias a don João Pozzobon, que al comenzar a escribir en su diario dice: «Aún no conocía Schoenstatt de verdad…». Sí, muchos años después de su primer contacto con Schoenstatt, el santuario y los retiros espirituales, don João adquiere la experiencia de conocerlo «de verdad». Para muchos de nosotros, es precisamente en este reconocimiento en el que João se convierte en un alma hermana: de repente, nos damos cuenta de que las verdades hasta entonces aparentemente conocidas adquieren un atractivo muy vivo y personal, y con él, la alegría de la misión.

Una presencia inspiradora: la primera peregrina de Rusia

La historia de la peregrinación de María por los corazones del pueblo de nuestro país comenzó hace muchos años gracias a la imagen de la MTA, que partió el 18 de julio de 1987 del santuario de Oviedo (Argentina). La imagen, que se halla en la sacristía de la iglesia de San Luis, en Moscú, contiene esta valiosa información. «Imagen n.º 60. Santuario Garantía del 20 de enero. Bendecida el 18/7/87». Gracias al sacristán de la iglesia, la Virgen Peregrina encontró un hogar en la sacristía de la iglesia de Lubyanka de Moscú, que durante muchas décadas fue una de las pocas iglesias católicas en funcionamiento en Rusia. Para nuestra comunidad, esta imagen es la «primera», la pionera, la que lo inició todo. Por eso tiene un lugar especial en un marco estilizado que recuerda al de la Peregrina Auxiliar, que utilizamos en las celebraciones. A través de esta imagen, sentimos y comprendemos nuestro vínculo con el santuario de Schoenstatt. Actualmente, la Virgen Peregrina visita a sus hijos en Rusia en muchas parroquias, a cientos o miles de kilómetros de distancia.

Fotos: Olga Khrul

Traducción: Vanessa Franke

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