Inmersión en la historia de João Pozzobon y en el Apostolado de la Virgen Peregrina

Karen Bueno

Campos verdes, flores coloridas y un lugar donde es posible imaginar a João Luiz Pozzobon aún niño, corriendo por los campos. Así es la ciudad de São João do Polêsine, en la Cuarta Colonia de Inmigración Italiana, donde nació el Venerable João Pozzobon.

Este viernes 13 de septiembre, el penúltimo día del Congreso Internacional del Apostolado de la Virgen Peregrina de Schoenstatt, se dedicó a visitar São João do Polêsine y Ribeirão, pasando por lugares históricos y simbólicos en la vida de la familia Pozzobon.

La amplia logística implicó 17 vehículos (entre autobuses y microbuses) para llevar a los 700 congresistas a la región histórica, que se encuentra a unos 40 minutos de Santa María. Los grupos se dividieron en 4 itinerarios distintos, todos ellos turnándose y pasando por los mismos lugares históricos donde João Pozzobon nació y creció.

El lugar donde todo comenzó

La casa de la familia Pozzobon, donde nació João, fue reconstruida y cuenta con representaciones de las habitaciones tal y como eran en el pasado, con cocina, muebles, utensilios, etc.

Un lugar destacado es una ermita donde la familia solía enterrar el ombligo de los recién nacidos, y donde también se encuentra el de João Pozzobon. La ermita tiene forma de flecha, que apunta hacia arriba y que también remite a la forma del Santuario.

Analia Quijano, de España, visita por primera vez este lugar especial y comenta: «Me gustó mucho el vídeo, al final, que cuenta un poco sobre su vida (la de Pozzobon). Es lo que más me gustó personalmente. Y luego, en la casa, te das cuenta del espacio que tenían para crecer. Vivir con tanto espacio y rodeado de todo ese campo tan bonito… Debía de ser muy saludable, ¿no? Un lugar que es un paraíso, en el fondo. Y bueno, él debió de ser feliz aquí, ¿no? Es decir, una familia en un lugar adecuado».

La capilla donde se construye la fe

Otro lugar simbólico para la historia del Apostolado de la Virgen Peregrina es la comunidad en la que participaba João Pozzobon, la Capilla de San Pedro. En esta pequeña iglesia asistía a misa los domingos y fue donde recibió los sacramentos: fue bautizado, hizo la primera comunión, se casó…

A lo largo del día, los cuatro grupos de peregrinos se turnaron para visitar la iglesia y muchos de ellos participaron allí en la Santa Misa.

«Fue realmente emocionante revivir y sentir lo que él sintió. Desde el primer momento en que llegamos aquí, revivimos todo lo que fue Pozzobon, desde muy pequeño: sus raíces, sus principios. Y, sinceramente, todo esto es muy conmovedor», dice María Alejandra Vázquez, de Argentina.

Renovando las promesas bautismales

Como Pozzobon fue bautizado en esta capilla, todos los congresistas pudieron tocar la pila bautismal y bendecirse con el agua bendita. En una experiencia posterior, fuera de la capilla, todos recibieron velas y también pudieron renovar sus promesas bautismales.

Otro momento memorable fue dedicado a conocer y profundizar la historia sobre la celebración del día de la Alianza de Amor. Actualmente, miles de comunidades, en diversos países del mundo, celebran el día de la Alianza (generalmente el día 18 de cada mes). Y todo esto comenzó en Santa María, con el estímulo del Fundador de Schoenstatt, el P. José Kentenich.

Espíritu de familia

Para el almuerzo, los grupos se dividieron por lugares históricos. Junto a la capilla de San Pedro, varios congresistas se reunieron en el salón y pudieron disfrutar de un «espectáculo improvisado» de los Padres de Schoenstatt, que animaron y contagiaron a todos.

Otro grupo se reunió en San Juan del Polésine y asistió a una presentación de danzas típicas de la región, involucrando a los participantes en los bailes y la animación.

El Padre de Schoenstatt Sajan Paul Puthur es de la India, pero trabaja con el Movimiento en México. Cuenta que, de la delegación mexicana, pocos conocían estos lugares históricos, por lo que «todos están muy emocionados, de verdad».

El P. Sajan detalla: «Al visitar estos lugares, me pareció que estaba reviviendo los recuerdos del diácono Pozzobon. Como soy responsable del Apostolado de la Virgen Peregrina en la región de Monterrey, me alegré de visitar estos lugares para aprender más y reanimarnos en la misión. No es solo un centro histórico, sino, sobre todo, un recuerdo para cada uno de nosotros. Nuestro fundador también pasó por aquí. Junto con todo el pueblo de México, decíamos: “Qué bueno que estamos aquí”. En ese momento, algunos ya estaban llorando al ver las cosas de Pozzobon. Estaban muy emocionados, de verdad”.

Noche cultural

La parte nocturna reunió a todos para presentaciones culturales frente al Santuario Tabor. Los grupos de diferentes países se presentaron en una cantata para María. Cada nación trajo canciones típicas, algunas lentas y otras más animadas, como los representantes de Burundi, que hicieron bailar a todos.

«Esta presentación fue maravillosa, me pareció todo tan bonito, especialmente la parte en la que participaron los niños. Fue hermoso ver la diferencia de cultura, de países tan diferentes», comenta Emilia Carvalho, de Brasil.

Para cerrar la noche, la presentación de Argentina trajo canciones conocidas que animaron a todos. Los Padres de Schoenstatt y los jóvenes cantaron «Surge Valentía» y «La de Siempre», emocionando a muchos que esperaban la última presentación. A pesar de las peticiones de «una más» (y debido a la hora), fue necesario terminar con la bendición final, pero con los corazones ardientes y la certeza de que la fiesta continúa, ya que al día siguiente comienza la tan esperada Peregrinación de Primavera.

Fotos: Márcia Kazumi / Taciana Ferreira / Larissa Rodrigues

Traducción: Hna. M. Lourdes Macías

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