Experiencia inolvidable de cientos de jóvenes en Schoenstatt

Theresia Strunk

La Hna. M. Felisia Leibrecht, asesora nacional de la Juventud Femenina de Schoenstatt en Alemania, nos explica cómo surgió el encuentro internacional:

Este encuentro fue una sorpresa para todos en Schoenstatt. La Hna. M. Carolina [Sandrone], responsable de los peregrinos de habla hispana en el Centro de Peregrinos, recibió el año pasado cada vez más consultas de grupos de la Juventud Masculina y de la Juventud Femenina. Querían saber si podían venir a Schoenstatt en el tiempo previo a la Jornada Mundial de la Juventud, en algún momento entre el 20 y el 28 de julio. Por supuesto que podían. Pero esto requería de mucha planificación y logística.

Voluntarios en Schoenstatt, planes y la escalera más alta

Se organizó un programa para cada grupo: viajes a Gymnich, Colonia y Metternich. Los Padres de Schoenstatt invitaron a la Juventud Masculina al Monte Sión, y las Hermanas de María invitaron a la Juventud Femenina a la Casa Madre.

Hermanas se prepararon para acompañar a los peregrinos, y en las casas de Schoenstatt se alegraban por la venida de los jóvenes y se esforzaron en ver cómo hacer económicamente asequible la estancia.

Así se enteraron el 5 de marzo los sacristanes del Santuario Original, Bernadette y Norbert Weweler, del gran acontecimiento que se avecinaba, durante la presentación del P. Ignacio Camacho como nuevo rector del Santuario Original. Unas semanas antes de la llegada de los grupos, llegaron voluntarios para ayudar en la planificación y realización práctica de las jornadas. Se colocó el logo de la JMJ en el Santuario Original y se rezó constantemente por los jóvenes del mundo en las misas. Con la escalera más alta que se encontró en Schoenstatt se fijó el logo de la JMJ en la fachada del Santuario Original. ¡Todo se veía de fiesta!

Invadieron la sacristía con su entusiasmo

La Hna. M. Felisia fue parte de la fiesta: «Aunque no vivo todo el tiempo en Schoenstatt, creo que puedo decir que es tan necesario volver a sentir y ver la vida aquí: ¡Schoenstatt es joven e internacional! Desde la pandemia, y en general, hacía mucho tiempo que no había tanta gente – y tan joven – aquí al mismo tiempo. Sentí un gran anhelo de que esta JMJ despertara un nuevo entusiasmo y amor por Schoenstatt, que simplemente no se complica y trae cierta liviandad y alegría. ¡Simplemente vida!

Esta vida irrumpió con pasión, como relató el matrimonio Weweler: «Los primeros 90 jóvenes – de México – llegaron durante la misa del domingo. Se reunieron en el prado de los peregrinos, cerca del corredor de antorchas, y cuando acabábamos de limpiar después de la misa, la sacristía se inundó de jóvenes. No sabíamos cómo había pasado. Gracias a Dios, la mayoría sabía inglés o incluso un poco de alemán. Surgió una gran alegría: Todos querían firmar con su nombre y fecha en la gran pantalla de la sacristía, que cariñosamente llamamos «Libro de visitas de la Mater». Algunos buscaban su firma porque ya habían estado aquí antes, otros se asombraban al descubrir nombres de amigos o conocidos. Fue una gran bienvenida».

Afortunadamente, se pudieron atender muchas necesidades: Había agua y -para los muy agotados- café. Los minisantuarios o las botellas de agua bendita iban en las bolsas como recuerdo, y el chocolate que los atentos suizos nos traen regularmente a la sacristía, se fue como pan caliente.

El anhelo por llegar a Schoenstatt era increíblemente fascinante

Una atracción especial fueron los pasaportes de los santuarios, libritos en los que se sella cada visita a un Santuario. “Obvio que el primer sello fue el del Santuario Original. Muchos estaban aquí por primera vez en su vida. Había un profundo sentimiento de emoción, alegría y gratitud», observó el matrimonio Weweler.

¿Será que nunca haber estado en Schoenstatt antes fue una de las razones por las que tantos peregrinos de la JMJ se sintieron atraídos por Schoenstatt – a diferencia de 2011 antes de la JMJ en Madrid y en 2016 antes de la JMJ en Cracovia?

Solo podemos especular sobre esto. La Hna. M. Felisia comenta: «Recogí algunos grupos del aeropuerto o del tren. Sentir cómo anhelaban estar en el Santuario Original era increíblemente fascinante. Algunos lloraban de felicidad y de una hermosa conmoción interior porque ahora podían estar aquí. Me conmovió profundamente. Te recuerda vivencialmente lo especial que es este lugar. Es realmente el centro de nuestra Familia de Schoenstatt internacional. Un voluntario de Argentina lo expresó así: ‘Estas semanas aquí me han dejado claro: La Alianza de Amor y el Santuario Original son el corazón de Schoenstatt’».

(Foto: Pedro Dilinger)

Los grupos recorrieron las calles cantando y contagiando el «sentimiento de la Jornada Mundial de la Juventud en pequeño», expresó la hermana: «Ustedes también se contagian mutuamente de alegría». Durante estos días, los schoenstattianos que viven permanentemente en la zona se dejaron ver más a menudo en el Santuario Original: «Simplemente venían y miraban».

El Santuario Original asediado por el espíritu joven

Muchos de los jóvenes peregrinos trataron de aprovechar al máximo su tiempo y visitaron casi todos los santuarios del lugar: «Realmente se empaparon de lo que pudieron aquí». Con un clima ideal para los peregrinos, esto se tradujo en un verdadero asedio al Santuario Original, como describen Bernadette y Norbert Weweler: «La mayoría de los días había cuatro misas antes de las 10 de la mañana y luego otras dos o tres por la tarde y por la noche. Después pasó bastante tiempo hasta que se volvió a ‘liberar’ el Santuario Original, porque todos los grupos querían tener una foto frente al altar». La Hna. M. Felisia añadió: «No importa qué programa tuvieran los grupos ese día, después volvían al Santuario Original a cantar».

(Foto: Pedro Dilinger)

Tampoco faltó la experiencia comunitaria. Se alzó un pequeño escenario y se pusieron mesas y bancos en el amplio patio exterior de la Casa de Peregrinos, donde se atendía a todos juntos a la hora de comer. Por la noche se transformó en una pequeña plaza de conciertos.

«Quien quería podía subir espontáneamente al escenario, contar algo, cantar una canción o bailar. Tuve la impresión de que también fue bonito para los grupos experimentarse a sí mismos no solo en su país, sino como jóvenes latinoamericanos internacionales», expresó la hermana.

Un Santuario, una Alianza, un espíritu de unidad y conquista

El 25 de julio estuvo marcado justamente por esta experiencia. Ese día muchos grupos de peregrinos estuvieron presentes al mismo tiempo y fue particularmente adecuado para una isa de jóvenes y un festival posterior.

Muchas Hermanas de María, Padres de Schoenstatt, Hermanos de María, Señoras de Schoenstatt, miembros de la Federación de Mujeres y familias de Schoenstatt de los alrededores aceptaron la invitación de participar en la Misa para luego dirigirse al Santuario Original para la renovación de la Alianza: «Abanderados con las banderas de sus países encabezaban el camino, luego portadores de antorchas, luego el P. Ignacio Camacho con su casulla blanca – seguidos por varios cientos de jóvenes peregrinos de la JMJ. Un momento emocionante», compartieron los sacristanes del Santuario Original.

Y Franziska Denkinger, una de las tres voluntarias alemanas, registra: «Me impresionó especialmente la multitud de sacerdotes de muchos países diferentes en la misa común, el Padrenuestro que rezamos a nuestro Padre – cada uno en su propio idioma, pero aún así como uno solo – así como la celebración de nuestra Alianza de Amor, la alegría en María y Schoenstatt y el canto y regocijo común en el Santuario Original».

En efecto: «Después de la quema del capital de gracias, comenzó como por sí solo un popurrí musical», relatan los Weweler. «Las banderas ondeaban, las distintas nacionalidades intentaban superarse unas a otras en canciones y decibeles: una alegría exuberante. Era un ambiente maravilloso, solemne y relajado, hasta bien entrada la noche». El Santuario Original permaneció abierto durante mucho tiempo y no hubo un momento en que la Mater pasara allí sin la juventud. Había lugar para la plenitud que había en los corazones de los jóvenes y ‘quería salir'».

La JF revive la coronación internacional del 2014

Al día siguiente, las 250 jóvenes de la JF presentes renovaron la coronación que la Juventud Femenina internacional de Schoenstatt realizó en el centenario de Schoenstatt – en la noche del 17 al 18 de octubre de 2014. «Ahora hemos vivido un poco de este clímax de 2014. Muy pocas personas estaban allí en ese momento. Así que fue realmente revivir esa coronación. Fue tan impresionante cómo la corona fue pasando por las filas – ¡cuánto emocionó a las chicas!», recuerda la hermana M. Felisia.

No soy de la JF, pero este es mi lugar en el mundo

Al día siguiente fue la despedida: El sello del Santuario Original dejó su impronta en tarjetas, papel de carta, en agendas y donde se le ocurriera a cada uno. Se buscó una escalera alta para poder seguir llenando de firmas los espacios vacíos del mural de la sacristía. Ahora también había tiempo para conversaciones breves. Por ejemplo, una joven comentó: «Sabes, yo no pertenezco a la juventud de Schoenstatt, pero ahora sé que este es mi lugar, mi sitio en el mundo».

No es de extrañar que marcharse fuera difícil para algunos, como relataron los Weweler: «Grandes ojos brillantes -muchos también con lágrimas- tuvieron que despedirse. Se fueron con alegría y encendidos por la experiencia de la JMJ de Lisboa que les esperaba. Seguro que consiguieron hacer realidad lo que recibieron como obsequio: una pequeña tarjeta con la imagen de nuestro Padre Fundador y su palabra: ‘Ve, enciende el mundo'».

¿Cuál es la conclusión de los sacristanes? «Para nosotros ha sido una experiencia única y maravillosa, con mucho trabajo, flexibilidad y aún más presencia interior de lo habitual, pero también una fuerte esperanza: Jesucristo no deja sola a su Iglesia. Aquí, en el Santuario Original y en torno a él, muestra su presencia especial en la experiencia de su Madre y nuestra Madre: como la Señora que siempre nos muestra nuevas formas de estar cerca de Él, de encontrarlo y de tocarlo. Como la mujer que nos regala su corazón para que descubramos el amor que Dios ha puesto en ella y con el que nos ama. ¡Gracias a todos por estar aquí! ¡Esperamos verlos de nuevo! BIENVENIDOS – AGAIN!»

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Peregrinación de la juventud en Schoenstatt

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