El Papa Francisco lanzó el Sínodo Mundial de los Obispos en octubre de 2021 como un proceso mundial de cuatro años. Como parte de la fase preparatoria continental, del 5 al 12 de febrero se celebró en Praga una conferencia organizada por el Consejo de Conferencias Episcopales Europeas (CCEE).
Entre las 390 personas que participaron online y las 200 personas in situ, estuvieron presentes como participantes del Movimiento de Schoenstatt Maria Pelz, de la dirección internacional de la Federación de Familias de Schoenstatt, y el P. Heinrich Walter ISch, de la Coordinación Internacional del Movimiento de Schoenstatt.
Metodología del Congreso
Como informara el Padre Heinrich Walter, tras una introducción del Prof. Tomas Halik, de Praga, las 39 conferencias episcopales europeas tuvieron la palabra. Cada una de ellas informó en seis minutos sobre sus deliberaciones acerca del documento de trabajo «Ensancha el espacio de tu tienda«, que todas habían recibido en octubre de 2022. En él se resumen los resultados de los respectivos sínodos nacionales.
«Se trataba de informar sobre la respuesta que había generado este documento, nombrando las tensiones que se percibían y proponiendo unas primeras vías de solución». Cada cinco informes se hizo una pausa de meditación, apoyada por videoclips con música y oración que los países habían enviado a tal efecto.
Por las tardes, los grupos se reunían por idioma, no para debatir, sino para mantener un diálogo espiritual para el que había instrucciones claras. Se hacía hincapié en dar lugar a la escucha. «¿Qué me estimula? ¿Cómo me habla el Espíritu de Dios a través de las aportaciones de los miembros del grupo?», expresó el P. Walter. «Costó un poco, pero se hizo un esfuerzo». Tras los informes de cada grupo en sesión plenaria, hubo un tiempo para que los participantes se expresaran y ofrecieran su contribución.
El único debate plenario abierto tuvo lugar al final, tras la lectura del documento de síntesis de la comisión de redacción. Los participantes pudieron hacer comentarios durante casi una hora, pero sin tener el documento en mano. La redacción final se confió a la comisión de redacción.
Cultura de sinodalidad requiere de formación
«El camino sinodal de la Iglesia como pueblo peregrino de Dios ha comenzado realmente», comentó el P. Walter. Sin embargo, se trataba solo de un primer paso tentativo, porque se había abierto un nuevo camino. El clima se caracterizaba por «temores y ansiedades, por un lado, y una decidida voluntad de dar forma a las cosas, por otro».
Las contribuciones no podían dividirse simplemente en progresistas y conservadores, los temas eran más complejos y también tenían que ver con la historia y la cultura de cada país. «Hacia el final se hablaba a menudo de unidad en la gran diversidad», pero la cuestión era «cómo se trata esta riqueza diversa, cómo se consulta y cómo se toman decisiones sobre cuestiones importantes». En el Congreso quedó claro que para desarrollar una «cultura de la sinodalidad», de la que se habló en el congreso, hay que desarrollar elementos de formación y perfeccionamiento en todos los niveles del pueblo de Dios. «Aquí, desde la crítica al clericalismo, se debe emprender un camino para potenciar mejor a todos los implicados», resaltó el Padre de Schoenstatt.
En Schoenstatt afirmamos el principio de autoridad y lo aplicamos democráticamente
Por ejemplo, dijo, la cuestión del ejercicio de la autoridad juega un papel importante. No se discutió el papel del papa y de los obispos. Sin embargo, se plantea la cuestión de cómo puede implicarse el pueblo si se quiere tomar en serio el sensus fidelium. «No se puede reunir a representantes laicos para escucharlos y luego retirarse a puerta cerrada para tomar las decisiones». El P. Walter continuó: «En Schoenstatt hablamos en términos de sabiduría gubernamental de la siguiente manera: ‘afirmamos el principio de autoridad y lo aplicamos democráticamente’. Existe el vínculo del cargo y la ley, pero el ejercicio de la autoridad debe ser sumamente sensible y considerado con las necesidades individuales y sociales. En las presidencias de Schoenstatt las decisiones importantes se toman por consenso».
Mayor participación de las mujeres
Una mayor participación de las mujeres en todos los niveles de toma de decisiones ha sido también una preocupación constante en la mayoría de los informes de las conferencias episcopales europeas. Aunque hubo diferencias en la aplicación concreta de la preocupación, el gran número de mujeres presentes apoyó visiblemente la urgencia de la cuestión.
El futuro solo puede tener éxito con la generación joven
Insistentemente se mencionó la misión como forma de superar la brecha entre fe y cultura. Quedó claro que se trata de entablar una conversación con la gente más que de limitarse a hablar de ella. Esto se refiere también a los grupos marginados de la sociedad, especialmente los pobres. «Jesucristo habló del mandamiento del amor que se aplica a todos. Lo demostró con su propia vida. No deberíamos fallar en esto», subraya el Padre Walter. «A mí me dolió que no se invitara a la asamblea a ningún representante de los jóvenes. Unos pocos estuvieron presentes como delegados de sus países. Especialmente cuando se trata de misión, el futuro solo podrá tener éxito con la generación joven».
Las relaciones son esenciales a la sinodalidad
Aquí es donde entra otra observación del Padre Walter: «El camino común solo puede avanzar si nos relacionamos más expresamente entre las generaciones y entre los países y sus diferentes mentalidades. Creo que necesitamos visitarnos, conocernos mejor y ser hospitalarios para comprendernos mejor. El pueblo de Dios será fuerte si las relaciones auténticas entre unos y otros son capaces de cruzar las trincheras”.
No hay alternativa a este camino sinodal
El obispo Georg Bätzing, que asistió a la conferencia como presidente de la Conferencia Episcopal Alemana, marcó en el intercambio final sobre el hecho de que el documento final era inicialmente una exposición de la realidad, y que aún no se había realizado ningún discernimiento. La conferencia no había ido más allá del documento que las conferencias episcopales habían recibido con antelación. «Todavía tenemos mucho, mucho trabajo por delante, pero para mí tampoco hay una buena alternativa a este camino sinodal. Tenemos que continuar juntos, ese es mi ruego», remató el obispo Bätzing.
Fuente: schoenstatt.de