A lo largo de su vida, la Hermana M. Emilie fue llegando a una madurez excepcional. En su predisposición e historia de vida hay elementos que más bien dificultaron el desarrollo de su fortaleza anímica y de su madurez: temores que excedían lo normal, una enfermedad grave durante décadas y una discapacidad corporal creciente. El encuentro con el Padre Kentenich la lleva a una conciencia madura de sí misma, a la libertad interior y a un cobijamiento profundo en Dios.
No tenía temor ni ante la vida ni ante la muerte. Muchos recuerdan especialmente sus ojos radiantes. Una joven que conoce a Hermana M. Emilie poco antes de su muerte, dice más tarde: “Parecía como si todo el lugar quedara ‘iluminado’ por su presencia. Este brillo profundo que partía de su alma y se manifestaba en su rostro de tal modo que su fragilidad corporal casi desaparecía detrás de esto, me queda como un recuerdo imborrable.”
Biografía
Emilie Engel, nacida el 6 de febrero de 1893, es la cuarta de doce hijos y crece en el pequeño distrito de Husten, al norte de Alemania, en una gran familia campesina. Después de su formación como maestra llega a una escuela en la cuenca del Ruhr. Allí se enfrenta con la situación de pobreza de la población. Su lema fundamental es: amar a los “más pobres con la mayor calidez” en estas circunstancias, y aliviarles su destino.
Conoce al Movimiento de Schoenstatt y en 1926 se pone a disposición del Padre Kentenich para la fundación de las Hermanas de María de Schoenstatt. Ya siendo una joven Hermana le ofrece a Dios su vida, para que la comunidad dé a luz santas. Dios toma en serio su ofrecimiento.
Una tuberculosis pulmonar termina, después de nueve años, su tarea activa al servicio de la comunidad. Sigue una larga etapa de enfermedad con operaciones serias y etapas de total aislamiento. Ella acepta todo esto como parte del plan de amor divino para su vida.
En 1946 el Padre Kentenich le encomienda a Hermana M. Emilie la conducción de una de las primeras Provincias de la comunidad. Pero una parálisis progresiva va restringiendo cada vez más su actividad.
A pesar de los grandes dolores, la Hermana M. Emilie irradia alegría y bondad y una fe inquebrantable en la Providencia amorosa de Dios. El 20 de noviembre de 1955 fallece a los 62 años de edad.
¡Mi sí es para siempre!” (Hermana M. Emilie)
“Por su amor misericordioso, quiera Dios regalarme la gran gracia de servirlas a ustedes desde el cielo…, más de lo que lo hice en el correr de mi vida terrenal.” (Hna. M. Emilie, carta de despedida a la Provincia)
Hoy la Hermana M. Emilie sigue cumpliendo su misión. En la fuerza de Dios, ella puede ayudar con su intercesión a todos los que se la solicitan. Muchos acuden a su tumba en Coblenza-Metternich, encomendándole sus intenciones.
Nos empeñamos por su beatificación, para que, a través de su ejemplo y su intercesión, ella pueda ayudar a que muchas personas experimenten a Dios como su Padre que los ama incondicionalmente.
El Papa Benedicto XVI le otorgó el título “venerable Sierva de Dios” mediante el decreto sobre sus virtudes heroicas. En el camino a la beatificación de la Hermana M. Emilie rezamos juntos por un milagro que Dios quiera obrar por su intercesión.
Fechas importantes
6. 2.1893 – Nace en Husten, Alemania.
20.11.1955 – Muere en Coblenza-Metternich, Alemania.
12.10.1999 – Apertura del proceso de beatificación en Tréveris, Alemania.
10.5.2012 – El Papa Benedicto emite el decreto sobre las virtudes en grado heroico.
Su oración preferida
Yo sé que Tú eres mi Padre en cuyos brazos estoy cobijado.
No te pregunto cómo me conduces. Quiero seguirte sin preocupaciones.
Y aunque pusieras mi vida en mis manos para que yo la conduzca,
yo la pondría, con confianza filial, nuevamente en las tuyas.
Yo sé que Tú eres mi Padre, que entregaste incluso a tu Hijo por mí,
el Unigénito, Luz de Luz que en su muerte nos dio la vida.
¡Tanto amaste al mundo! ¿Cómo podría dudar y temer?
Aunque me condujeras por senderos oscuros, oh Señor, yo lo quiero arriesgar.
Yo sé que Tú eres mi Padre, que me dio a María como Madre,
la Madre tres veces Admirable, para que camine seguro de su mano
y, como María, pronuncie en silencio: Señor, tu amor nunca me engaña.
Tu voluntad, oh Dios, se cumpla en mí, yo quiero lo que quieras Tú y como Tú lo dispongas.
Oración por su canonización
Dios, Padre nuestro, la Hna. M. Emilie recorrió el camino de su vida confiando filialmente en tu providencia sabia y bondadosa. Aun en medio de sufrimientos e inseguridades pronunció su ‘sí, Padre’ a tus deseos y voluntad. Así llegó a saberse y a vivir profundamente cobijada en tu corazón de Padre. Así se liberó de sus temores, angustias y aflicciones interiores. Tú demostraste poderosamente tu amor y misericordia en su vida.
Te pido por su canonización para alabanza de tu gloria, para gloria de la Madre y Reina tres veces admirable de Schoenstatt y para bendición de los hombres. Escucha mi súplica, que te presento por su intercesión, en la medida y en el modo en que corresponda a tu sabia providencia. Amén.
Fuente: Sitio de las Hermanas de María de Schoenstatt