El espíritu de la Alianza de Amor ¡ayer, hoy y siempre!

Maura Regina Santana de Jesus

«Danos, Padre, arder como un fuego vigoroso, marchar con alegría hacia los pueblos
y, combatiendo como testigos de la Redención, guiarlos jubilosamente a la Santísima Trinidad.»
(Padre Kentenich – Hacia el Padre, 12).

En este Año Jubilar de la Esperanza, en el que la Iglesia invita a cada cristiano a renovar su confianza en el designio de amor de Dios Padre, queremos reflexionar sobre el espíritu perpetuo de la Alianza de Amor con María. Esta consagración dio origen a la Obra Internacional de Schoenstatt.

A partir de la Alianza de Amor de 1914, el Padre José Kentenich, Fundador del Movimiento Apostólico de Schoenstatt, testimonia el espíritu que lo movió en cada hito histórico de su Obra y nos invita a actualizar ese espíritu hoy, con el compromiso de proyectarlo a las generaciones futuras.

El fundador en la luz, la confianza, la fuerza y la victoria de la Alianza de Amor

La Alianza de Amor debe vivirse al estilo del Fundador

Atento a los signos de los tiempos, el Padre Kentenich esbozó en su corazón el anhelo de crear un hombre y una comunidad nuevos, capaces de afrontar los desafíos. Para realizar este anhelo, se entregó completamente a Jesús, como instrumento en las manos de la Madre, Reina y Victoriosa tres veces Admirable de Schoenstatt

Según nuestro Fundador, cuanto más nos acerquemos a María, movidos por el espíritu de oración, de confianza, de fe en la Providencia, de entrega, de donación, de amor, es decir, movidos por la Alianza de Amor, más cerca estaremos de realizar en nosotros el ideal del «hombre nuevo» y, en las personas que nos rodean, el ideal de la «nueva comunidad», nuestra contribución a la construcción de la Cultura de Alianza.

A lo largo de toda su vida, el Padre Kentenich permaneció arraigado en Dios, en el mundo de la Alianza de Amor, con todas las fibras de su corazón. Se dejó guiar por la luz divina, se abandonó en la confianza en Dios y en sus designios, se sintió impulsado por la fuerza de lo alto y se llenó de alegría ante la certeza de la victoria del Padre celestial.

A través de su carisma, el Padre Kentenich conduce a las personas a la Santísima Madre y a la Santísima Trinidad. Su amor a la Iglesia se manifiesta en cada una de sus acciones.

Su Alianza, siempre nuestra misión

A través de la Alianza de Amor, estamos entrelazados en unión con María y el Fundador. La misión de nuestro Fundador es también la nuestra.

Como el Padre Kentenich, confiemos a María y a su Hijo, Jesucristo, nuestra vida personal, familiar y comunitaria, todas las dificultades, sufrimientos, decisiones a tomar y situaciones que a menudo nos ponen en conflicto interior. La pequeñez del instrumento y las dificultades no pueden hacernos perder la conciencia de nuestra misión. Entreguémonos y confiemos el futuro a la providencia de Dios.

En esta época moderna donde predomina una cultura que se aleja de Dios, dejémonos encender por las llamas del fuego de la misión, para llevar al mundo la luz, la confianza, la fuerza y la victoria de la Alianza de Amor, con nuevo ardor, con esperanza, confiados en las sorpresas de Dios y llenos de alegría.

La Alianza de Amor con María vivida fielmente, nos impulsa más hacia la misión. ¡Surgirá el hombre nuevo!

Traducción: Hna. M. Lourdes Macías

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