La Madre, Reina y Victoriosa Tres Veces Admirable de Schoenstatt acogió en su santuario de Río de Janeiro (Brasil) el 30 de junio a unos peregrinos muy especiales: los obispos de la Región Este 1 de la CNBB (Conferencia Nacional de Obispos de Brasil), que comprende todas las diócesis del estado de Río de Janeiro.

La peregrinación jubilar de los obispos, celebrada en el marco del Año Santo, contó con la presencia de 18 obispos, encabezados por el arzobispo de Río de Janeiro, el cardenal Orani João Tempesta, quien siempre ha demostrado un afecto especial por el santuario. Al preguntarle por qué se había elegido este santuario para la peregrinación jubilar, el cardenal Orani respondió espontáneamente: «Porque aquí se está muy bien y se está más cerca del cielo».
La participación de la Familia de Schoenstatt
Los obispos fueron recibidos con alegría por representantes de la Familia de Schoenstatt, que prepararon un café especial para los pastores de nuestra Iglesia. A continuación, tuvieron un momento de espiritualidad en el santuario y participaron en la santa misa, presidida por el cardenal Orani.

En su homilía, el cardenal Tempesta destacó: «Que esta peregrinación renueve nuestras fuerzas, reavive nuestro compromiso y nos haga aún más abiertos a la acción del Espíritu Santo. Deseo que este momento nos ayude a todos nosotros y a toda nuestra región a ser así y a actuar así, dejándonos transformar y experimentar esta vivencia en nuestra propia vida. Que seamos quienes contagian vida y esperanza, que es Jesucristo, nuestro Señor».
A la sombra del Santuario…
Al final de la celebración, se tomó la foto oficial frente al santuario, inmortalizando para siempre este momento singular de gracia vivido por los obispos, que pudieron experimentar las bendiciones de este lugar santo.


Esta peregrinación nos recuerda la actualidad de las palabras proféticas de nuestro Padre y Fundador, el padre José Kentenich: «A la sombra del Santuario se decidirán los destinos de la Iglesia por siglos» (1929), y nos compromete a servir a la Iglesia con amor, como «el rebaño más confiable de nuestros obispos» (1965), como también afirma nuestro Fundador.

Traducción: Vanessa Franke