Día de gratitud: Burundi conquista su tercer Santuario de Schoenstatt

P. Herménégilde Coyitungiye

El sábado 23 de noviembre de 2024 fue un día inolvidable para la Familia de Schoenstatt de Burundi, especialmente para la de la archidiócesis de Gitega. El tercer santuario de Schoenstatt, construido por el Instituto Secular de Sacerdotes Diocesanos de Schoenstatt y dedicado a la Sagrada Familia de Nazaret, fue bendecido e inaugurado por Su Excelencia Simon Ntamwana, arzobispo emérito de Gitega.

En el mismo acto, el P. Denis Ndikumana, primer sacerdote burundés que ingresó en el Instituto de Sacerdotes Diocesanos de Schoenstatt, celebró el 25.º aniversario de su compromiso perpetuo con la comunidad. En esta celebración, 11 sacerdotes del mismo instituto firmaron un contrato de tres años. Estos dos actos fueron momentos importantes en la historia de este santuario.

3.000 schoenstattianos llenaron de color el nuevo Santuario

Asistieron más de 3.000 fieles, entre ellos miembros del Movimiento de Schoenstatt con todas sus ramas representadas: una fuerte delegación de las Hermanas de María de Schoenstatt, los Padres de Schoenstatt, los sacerdotes de la Federación, familias, hombres y mujeres, jóvenes, así como otros sacerdotes y religiosos. Fue una hermosa mezcla de colores, como símbolo de la Alianza de Amor.

A la ceremonia asistieron el Dr. Christian Löhr, rector general del Instituto Diocesano; el P. Francisco Sobral, miembro del Consejo General de los Padres de Schoenstatt; el P. Andrés Larrain, ecónomo general de los Padres de Schoenstatt; Harald M. Knes e Ignacio Suazo, Hermanos de María de Schoenstatt, y un grupo de schoenstattianos de la República Democrática del Congo.

Los Reyes toman posesión de su nuevo hogar

La misa comenzó a las 10 de la mañana (hora local) con una procesión de unos 50 sacerdotes ante el arzobispo emérito.

Al llegar al nuevo Santuario, el Rector Regional de la Región de Nazaret (Burundi), P. Viateur Nibaruta, tomó la palabra para dar la bienvenida a todos los primeros peregrinos del Santuario, al tiempo que contaba brevemente la historia del nacimiento de este lugar tan esperado. Simon Ntamwana bendijo el agua con la que sería rociado el pueblo de Dios, así como los muros del Santuario de la Madre Tres Veces Admirable de Schoenstatt.

No se escatimó en nada de lo que se espera en una celebración de este tipo. ¿Qué decir del significativo gesto del Arzobispo Emérito al abrir la puerta del nuevo santuario? Con un martillo, golpeó la puerta tres veces y, mientras lo hacía, repetía en voz alta: «Puertas, levantad los frontones, que entre el Rey de la gloria». Y, por supuesto, fueron el Rey y la Reina los que entraron juntos.

Publicidad sin miedo

En su homilía, el Arzobispo Emérito recordó la misión de este santuario y la de los schoenstattianos, hijos de la Madre tres veces Admirable: «Nos hemos reunido como miembros del Movimiento de Schoenstatt. Fue la Virgen María, la Madre de Jesús, quien nos motivó, regalándonos este santuario para que podamos agradecerle siempre, amándola, imitándola y estando a su servicio. Y aquí queremos entregarnos por Jesús.»

Podemos leer en estas líneas lo que podemos esperar del Santuario y de la Familia de Schoenstatt como antídoto a las dificultades y desafíos que acechan a nuestra sociedad: «El pueblo de Dios está invitado a gritar de alegría, a hablar alto, a cantar con una voz libre de tacha. Una voz sin miedo, una voz valiente.» Dice: «Griten de alegría, alégrense, bailen con todo el corazón sin miedo; no hablen con vergüenza, sino dando un testimonio visible para todos, pero sin orgullo ni hipocresía».

El Arzobispo se refirió a los desafíos y crisis del país y señaló al Santuario y al Movimiento de Schoenstatt como instrumentos de transformación. «[…] Este movimiento reúne a toda la Iglesia de Jesucristo. Si este Movimiento se hiciera fuerte en todas sus ramas en Burundi, seríamos muy felices… Entonces, este Santuario, que se yergue tan alto en esta colina de Rango, nos lo recordará… Que este Santuario sea para nosotros la lengua y la voz que alaben a Cristo, que nos muestren a la Virgen María y a su Hijo, que es nuestro Señor y nos amó hasta el extremo».

El Arzobispo Emérito pronunció su homilía bajo una lluvia torrencial; de hecho, la lluvia era tan intensa que algunas personas se mojaron, pero se alegraron de recibir la bendición.

La celebración continuó con la consagración del altar del santuario y la bendición de sus imágenes y símbolos, para que a continuación pudiera ofrecerse el Santo Sacrificio de Cristo. Al final de la misa, el Arzobispo bendijo la primera piedra del próximo edificio, que será una sala polivalente junto al santuario y que también funcionará como centro de diálogo y formación para la paz y la reconciliación, especialmente para las familias.

Celebración familiar en un día de gratitud

Después de la Santa Misa, los invitados se reunieron en una sala del Centro Teresiano, cerca de la Catedral de Cristo Rey en Mushasha, donde compartieron la inmensa alegría del día con otros discursos de gratitud.

El representante del Movimiento de Schoenstatt en la Archidiócesis de Gitega expresó su gran alegría por ver realizado este sueño del Santuario. Dénis Ndikumana también compartió su alegría por este jubileo de 25 años de compromiso perpetuo con el Instituto y subrayó que se alegraba especialmente de que su vida no hubiera sido estéril, ya que después de él hubo otras vocaciones y hoy la comunidad cuenta con más de 60 sacerdotes en Burundi.

El dirigente de la Presidencia Nacional destacó la acción de la divina Providencia en el hecho de que al primer santuario de Burundi, construido por las Hermanas de María de Schoenstatt en 1964, le siguiera, 30 años después, el santuario de Monte Sión Gikungu, construido por los Padres de Schoenstatt y bendecido por el mismo monseñor. El 23 de octubre de 1994, el obispo Simon Ntamwana bendijo el Santuario de Monte Sión Gikungu, y ahora, 30 años después, el tercer Santuario de Schoenstatt fue consagrado el 23 de noviembre de 2024 en la capital de Burundi.

La Sra. Aude Ndayizeye, esposa del expresidente de la República de Burundi (Domitien Ndayizeye), que también pertenece al Movimiento de Schoenstatt, tomó la palabra en nombre de todos los invitados y expresó su alegría por el continuo crecimiento de este movimiento. Finalmente, el rector general del Instituto de Sacerdotes Diocesanos de Schoenstatt tomó la palabra para expresar su agradecimiento y felicitación. Se mostró muy feliz por los frutos que está dando este trabajo.

La Familia de Schoenstatt se alegra de este logro y espera que este nuevo santuario sea un lugar especial de gracias para todos los que acudan allí.

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