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Schoenstatt es un movimiento católico que vive el Evangelio de Jesucristo. Se inspira en carismas que definen su identidad y misión, y en una historia de bendiciones y futilidad que responde a una iniciativa especial de Dios. Para entender Schoenstatt, se lo puede considerar como un movimiento de renovación, un lugar de gracia y una espiritualidad única dentro de la Iglesia.
El Padre José Kentenich (1885-1968) es el fundador de Schoenstatt. Nació el 16 de noviembre de 1885 en Gymnich, Alemania.
La enseñanza de la Iglesia sobre los méritos y nuestra posibilidad de cooperar en la obra de salvación de Cristo (véase Col 1, 24: «En mi propia carne compenso lo que falta a los padecimientos de Cristo en favor de su cuerpo, la Iglesia») nos anima a esforzarnos activamente por la santidad y a ponernos a disposición con nuestras capacidades para la construcción del Reino.
La manera original en la que Dios toca a los peregrinos del Santuario de Schoenstatt se resume en las tres «gracias del Santuario»
- La gracia del cobijamiento, (hogar)
- La gracia de la transformación interior
- La gracia del envío apostólico o fecundidad.
Estas gracias se refieren a las bendiciones que comúnmente experimentan quienes acuden al Santuario y rezan en él. La primera es la sensación de sentirse en casa. A muchos peregrinos que acuden por primera vez les impresiona un sentimiento de hogar que sólo puede explicarse por la presencia maternal de la Virgen. Una experiencia frecuente de miembros en el extranjero es sentirse totalmente en casa cuando entran al Santuario, aunque su lugar de origen y el lenguaje les sean extraños; la réplica les hace sentirse cobijado (en casa) en un entorno desconocido.
La gracia de la transformación interior se refiere al impacto del Santuario, especialmente en aquellos que se toman en serio el poder de María como Educadora. Muchos han sentido que sus vidas han cambiado a mejor gracias a la internvención de María en el Santuario.
La gracia del envío apostólico o de la fecundidad permite compartir la fe o dar testimonio de ella de un modo que no sólo cambia la propia vida, sino también la de los demás. Como centro de un movimiento apostólico de renovación, el Santuario de Schoenstatt es también una especie de «epicentro» de esfuerzos apostólicos grandes y pequeños.
Preguntas frecuentes
«Schoenstatt» lleva el nombre de su lugar de origen: el pequeño valle de Schoenstatt, en la región del Rin, en el centro-oeste de Alemania. Se encuentra al este de Vallendar, a orillas del Rin, una pequeña ciudad a unos 6 km (4 millas) al norte de Coblenza. Schoenstatt está a unos 90 km (60 millas) al sur de Colonia y a la misma distancia al oeste de Fráncfort.
La palabra “Schoenstatt” viene del alemán “schoen” (bonito) y “statt” (lugar). La más antigua y conocida referencia a este valle está fundada en un documento histórico del año 1143, donde es llamada “eyne schoene statt”, que es un lugar hermoso.
Un movimiento es una corriente amplia de la sociedad inspirada por una causa común o un carisma, normalmente motivada por el deseo de reformar, renovar o defender algún aspecto de la vida. Puede inspirarse en una causa política o secular, como el movimiento obrero, feminista o el movimiento de derechos civiles. O puede inspirarse en una causa espiritual o religiosa, como un movimiento litúrgico o bíblico de la Iglesia católica del siglo XX o el movimiento de resurgimiento de la América Protestante del siglo XIX.
Los últimos 100 años se han destacado por el desarrollo de movimientos eclesiales.
Entre ellos: Schoenstatt (Alemania, 1914), Taizé (Francia, 1940), Focolares (Italia, 1943), Cursillos de Cristiandad (España, 1949), Comunión y Liberación (Italia, 1954), Renovación Carismática Católica (EE.UU., 1967), San Egidio (Italia, 1968), Encuentro Matrimonial (EE.UU., 1968), y muchos más.
Estos han proliferado especialmente desde el Concilio Vaticano II (1962-1965), reflejando nuevas iniciativas por parte del Espíritu Santo para comprometerse con toda la Iglesia en su labor de renovación del mundo.
Schoenstatt comenzó el 18 de octubre de 1914. Aunque no se constituyó formalmente como «Movimiento Apostólico de Schoenstatt» hasta 1919 y 1920, el carácter esencial de la Alianza de Amor y del Santuario hace del 18 de octubre de 1914 el día de la fundación del Movimiento.
La importancia del Padre Kentenich para su obra fue algo que creció gradualmente. En los primeros años, permaneció deliberadamente en un segundo plano, abogando por el liderazgo de muchos colaboradores. Aun así, su contacto personal era extenso: conocía personalmente a miles de miembros, y conocía especialmente a los dirigentes.
Su detención por los nazis en 1941 y su decisión del 20 de enero de 1942 (convencido de que Dios le llamaba a ir al campo de concentración), lo empujaron a él y a su importancia como fundador mucho más a la conciencia de su obra. Este papel fue probado y se clarificó en los años de su exilio en Milwaukee, dejando claro que el auténtico Schoenstatt no puede existir sin una auténtica vinculación al fundador.
En el tiempo transcurrido desde su muerte en 1968, los miembros de Schoenstatt han redescubierto al Padre Kentenich y a su continua importancia para el movimiento. Se busca su guía en muchos aspectos- a través de la oración, el estudio de sus escritos, el retorno al testimonio de su vida.
En Schoenstatt se habla de tres puntos de contacto, o vínculos principales, necesarios para entender y crecer en la vida del movimiento. A veces se les llama las «tres Cs».
- Cabeza – el Padre Kentenich
- Corazón – la Madre Tres Veces Admirable, y
- Casa (hogar) – el Santuario.
María, la Madre de Dios, es venerada en Schoenstatt bajo el título de Madre, Reina y Victoriosa Tres Veces Admirable de Schoenstatt. A menudo se abrevia como «Madre Tres Veces Admirable» o incluso «MTA».
El título se desarrolló en tres fases:
- La generación fundadora dio a María el título de «Madre Tres Veces Admirable de Schoenstatt» en 1915.
- Con el solemne canto de la Madre Tres Veces Admirable en el Santuario Original en 1939, el título se amplió a «Madre y Reina Tres Veces Admirable de Schoenstatt»
- En los últimos años de su vida, el P. Kentenich vio la creciente importancia de reconocer las muchas victorias de María, incluyendo la resolución de las dificultades con la Iglesia durante su exilio. De ahí la incorporación del título de «Victoriosa», que el fundador entregó solemnemente a la MTA en un acto especial el 2 de junio de 1966.
El título de «Madre Tres Veces Admirable» tiene su origen en un sacerdote jesuita, el P. Jacob Rem (1546-1618). El P. Rem trabajó con la Congregación Mariana en el renombrado colegio jesuita de Ingolstadt, Alemania, donde formó el llamado «Coloquio Mariano» en 1595 para inspirar a los estudiantes más motivados a los más altos objetivos de santidad. En 1604, tuvo la iluminación de que el título favorito de María en las letanías de Loreto era Mater Admirabilis («Madre Admirable»). Esto fue confirmado en una visión que tuvo mientras los estudiantes cantaban la letanía, durante la cual hizo señas al coro para que la cantara tres veces. Con ello comenzó la tradición local de rezar esta invocación en la letanía no una sino tres veces, y los alumnos llamaron a su imagen mariana la Mater ter Admirabilis o Madre tres veces Admirable.
En 1915, el P. Kentenich encontró un libro del P. Franz Hattler, S.J. sobre el P. Rem y el Coloquio Mariano. Los estudiantes de Schoenstatt sintieron que esto captaba perfectamente su espíritu y anhelo: querían desarrollar un fuerte fervor que se manifestara tanto en la autoeducación como en el apostolado, y así como Ingolstadt había demostrado ser el motor de la renovación católica de una época anterior, ellos querían ser los instrumentos de otra gran renovación católica. En este espíritu eligieron también Mater ter Admirabilis como título para su imagen de María – añadiendo «de Schoenstatt» para distinguirla de la «Madre tres veces Admirable de Ingolstadt» – y pronto la llamaron cariñosamente la «MTA».
El Padre Kentenich interpretó el título en muchas ocasiones para destacar rasgos importantes de María y su misión:
- Admirable como Madre de Dios, Madre del Redentor y Madre de los redimidos;
- Admirable en su poder, en su bondad y en su fidelidad
- Admirable como hija del Padre, Madre y esposa del Verbo Eterno, y vaso y santuario del Espíritu Santo;
- Admirable en su fe, amor y esperanza, etc.
Schoenstatt no tuvo una imagen para su Santuario hasta abril de 1915, cuando uno de los profesores de la escuela, el Padre Huggle, regaló a los alumnos una litografía de una Virgen con el Niño en un marco octogonal. Él sabía de su necesidad, vio este cuadro en una tienda y lo compró como regalo para los chicos por unos 23 marcos. Fue colocada en el Santuario poco antes del 30 de abril de 1915, y recibió el título de «Madre Tres Veces Admirable», que después se simplificaría.
El cuadro, conocido como Refugium peccatorum («Refugio de los pecadores»), fue pintado por Luiggi Crosio (1835-1915), un prolífico artista de Turín (Italia). La empresa suiza «Künzli Brothers» contrató a Crosio para que pintara esta Virgen con el Niño en 1898. Después hicieron litografías de la imagen para venderlas en todo el mundo como obra de arte devocional. Incluso antes de asociarse con Schoenstatt, la imagen gozaba de una modesta popularidad en zonas de Irlanda, Italia y Estados Unidos.
En la década de 1960, Schoenstatt adquirió la pintura original (prototipo para todas las impresiones) y los derechos de autor.
Esta inscripción significa: «un siervo (o hijo) de María nunca perecerá». La expresión alude a San Agustín de Canterbury y recuerda a todos los visitantes del Santuario que aquellos que aman a María y se ponen a su servicio no deben temer al poder de la muerte o al pecado.
“Nada sin ti” indica la dependencia de Schoenstatt en la presencia y obrar de María en el Santuario. El «nada sin nosotros» indica la necesidad de nuestra cooperación y esfuerzos para que se cumplan las condiciones por las que María fue persuadida a venir a morar en Schoenstatt.
Schoenstatt fue fundado en un acto de invitación: los aliados terrenales ofrecieron su esfuerzo por la santidad y se le pidió a la aliada celestial (María) que viniera a habitar activamente en el Santuario como Madre y Educadora. Precisamente es ésta la «alianza de amor» sobre la que se fundó Schoenstatt. La vida del Santuario depende enteramente de esta alianza y la consagración mariana, que es única en Schoenstatt, es inseparable del Santuario y de sus gracias.
Los Documentos de fundación tienen elementos de una alianza clásica: dos partes llegan a un acuerdo mutuo, un acto solemne de sellado del acuerdo, una enumeración de los términos de este acuerdo. En la preparación para el 50 aniversario de Schoenstatt (1964), el P. Kentenich entregó esta alianza en forma de «seis promesas y seis exigencias» del Acta de fundación. Sirve como una interpretación concisa de los términos de la alianza.
Por un lado, Schoenstatt le pide a María que haga ciertas cosas. Estas son las seis cosas notables que María nos promete en Schoenstatt.
- «Me complacerá habitar en medio de ustedes»
- «Y distribuir dones y gracias en abundancia»
- “Desde aquí atraeré corazones juveniles hacia mí”
- «Los educaré»
- Para se conviertan en instrumentos útiles.
- «En mis manos»
Por otra parte, María pide a sus aliados en Schoenstatt que aporten su contribución. Estas son las seis exigencias que nos pide:
- «Primero, demuéstrame con tus obras que realmente me amas».
- «Aumenta tu esfuerzo al más alto grado».
- «Esta es la santificación que exijo de ti».
- “Tráiganme diligentemente contribuciones al Capital de Gracias”.
- “Cumple tus deberes fielmente”.
- «Ora fervientemente».
El Padre Kentenich desarrolló el concepto de los hitos como una manera de comprender y cultivar la única identidad y misión que Dios le ha dado a Schoenstatt. Cada uno es un momento histórico que define un aspecto central de lo que es Schoenstatt. Cada uno es (para usar las palabras del Padre Kentenich, una “irrupción de lo Divino”, que indica algo de la creatividad única de Dios al hacer de Schoenstatt lo que es hoy. Los hitos son:
- 18 de octubre de 1914 – Fundación de Schoenstatt y la Alianza de Amor (la irrupción de lo Divino en un acto heroico de fe).
- 20 de enero de 1942 – Decisión del Padre Kentenich de aceptar el traslado al campo de concentración en aras de la “libertad interior de la familia” (la irrupción de lo Divino en un acto heroico de confianza y esperanza).
- 31 de mayo de 1949 – Carta del Padre Kentenich a las autoridades eclesiásticas advirtiendo de los peligros del “pensamiento mecanicista” en la Iglesia (la irrupción de lo Divino en un acto de amor).
- 22 de octubre (22 de diciembre) de 1965 – Reincorporación del Padre Kentenich por parte de la Iglesia y la promesa al Papa Pablo VI de ayudar a realizar los objetivos del Concilio Vaticano II (la irrupción de lo Divino en la Victoriosidad Divina).
La «misión salvífica» se refiere a la misión del cristianismo occidental en el plan de salvación de Dios. El Padre Kentenich veía especialmente esta misión en relación con la responsabilidad especial del cristianismo occidental u «Occidente» para la evangelización del mundo. («Occidente» se refiere a la tradición e inculturación de la fe cristiana arraigada e irradiada desde Europa Occidental).
El tercer objetivo de Schoenstatt es ayudar a establecer la “Confederación Apostólica”, esto se refiere a la confederación de todas las fuerzas apostólicas en la Iglesia. El concepto tuvo sus orígenes en San Vicente Pallotti, quien deseaba superar las pequeñas rivalidades entre algunas órdenes y congregaciones y reemplazarlas con un espíritu de cooperación y soporte mutuo. El Padre Kentenich integró este concepto dentro de la misión de Schoenstatt en 1916.