La Iglesia celebra el nacimiento de María cada 8 de septiembre. Aquella que, desde toda la eternidad, fue concebida en el corazón de Dios como su Hija y Madre, ¡está presente! ¡Él la contempla con amor! El Padre Kentenich nos enseña: «El Padre engendró al Hijo desde toda la eternidad. Así, la imagen de María, en el verdadero sentido de la palabra, fue engendrada desde toda la eternidad en el espíritu del Padre. Y desde toda la eternidad, el Padre, la Trinidad, se ha ocupado con gran amor de la imagen de la amada Madre de Dios». ¡Qué gran fiesta en el cielo y en la tierra! ¡Ha nacido la Hija de Dios Padre, que con la fuerza del Espíritu Santo se convertirá en la Madre de Dios Hijo!
Este año queremos celebrar el cumpleaños de María con amor redoblado y ofrecerle los dones de nuestro amor filial. La niña que contemplamos hoy en la pobre cuna de la casa de Joaquín y Ana es la Inmaculada, preparada desde toda la eternidad como puerta abierta al cielo, la tierra fecunda en la que Dios se encarna, se hace uno de nosotros.
¡Feliz cumpleaños, María! ¡Felices nosotros, porque en cada santuario mariano ella renace! ¡Felices nosotros, porque con nosotros ella sella una Alianza de Amor! Ella quiere nacer y vivir de nuevo su vida en cada uno de sus hijos. «Dios debe hacer de nosotros una pequeña imagen de María, formada según Cristo y formadora de Cristo» (P. José Kentenich). ¡Que María viva en cada uno de nosotros, llevando constantemente a Cristo al ambiente en el que vivimos!
Celebración en el Santuario Original: Mi alma canta – para ti, María!
Celebramos el cumpleaños de la Madre de Dios. Con este motivo, las Hermanas de María te invitan a venir al Santuario Original para cantarle canciones a María esta tarde, a nivel internacional.
La cantata comienza a las 19h15 (hora de Alemania) en el Santuario Original y será retransmitido en directo por webcam:
Desde 2020, esta cantata se ha iniciado y organizado regularmente en la tarde de una fiesta mariana por el Centro de Peregrinos. Le invitamos cordialmente a cantar, a escuchar y, simplemente, a estar presente.
Ofrezcamos dones de amor a María en el día de su fiesta. Meditemos sobre la feliz transformación que su nacimiento significa para la historia de la humanidad y, unidos a Jesús, pidámosle:
«Aseméjanos a ti y enséñanos a caminar por la vida tal como tú lo hiciste: fuerte y digna, sencilla y bondadosa, repartiendo amor, paz y alegría. En nosotros recorre nuestro tiempo preparándolo para Cristo Jesús». (Hacia el Padre 609)
Fuente: Schoenstatt Brasil | Central de Peregrinos Schoenstatt | Foto: Doug Ulp