La Juventud camina 40 km, paso a paso con Pozzobon

Hna. M. Nilza P. da Silva

Quienes pasaron por las carreteras que unen São João de Polêsine con Santa Maria, en Rio Grande do Sul, Brasil, seguramente se sorprendieron al encontrar a unos 30 jóvenes caminando, a veces llenos de energía y otras veces cansados, pero siempre animados por el amor.

Son jóvenes de la Juventud Masculina de Schoenstatt (JM), del sur del país, que, paso a paso, recorrieron los 40 kilómetros. Ellos quieren «vivir en la práctica un poco de lo que vivió el diácono João Luiz Pozzobon como peregrino, fortalecer nuestra unión como hermanos de la JM y prepararnos espiritualmente para la peregrinación de primavera en el Jubileo», explica Christian Fernando Mazzon Gauer.

Traer y ser semillas

Christian cuenta también: «Comenzamos nuestra peregrinación en la casa museo de João Luiz Pozzobon, en São João de Polêsine, hoy (sábado) alrededor de las 6:30 de la mañana. Llegaremos al Santuario el domingo por la mañana para participar en la Peregrinación de Primavera».

Sí, para estos valientes no basta con participar en la tradicional peregrinación, iniciada por el Venerable Pozzobon, llevando semillas para que sean bendecidas, sino que ellos mismos quieren ser las semillas vivas para el florecimiento de una nueva generación.

Leandro Dalla Nora dice: «Esta peregrinación es para mí una forma de súplica y una fuente de nuevas contribuciones al Capital de Gracias». Es decir, su objetivo es entregar todo en manos de la Mater, para que ella lo transforme en gracias y las distribuya por los Santuarios. El ejemplo de Pozzobon es la estrella que lo guía en este camino: «Para mí, João Luiz Pozzobon es un ejemplo de filialidad heroica vivificada», comparte.

Un camino de vínculos

Lo que también lo motiva «es la certeza de que la JM de la Región está reunida, somos hermanos caminando juntos, todos peregrinando por el mismo objetivo y luchando por el mismo ideal. En la pedagogía de los vínculos, estamos viviendo de manera especial, como JM, los vínculos con los hermanos a través de Dios y María. Esto representa una parte de nuestro ideal: «A través de vínculos profundos buscamos ser hombres nuevos».

Forma parte de las largas peregrinaciones a pie, la oscuridad de la noche y el nuevo comienzo por la mañana, con la mirada de esperanza de que se alcanzará la meta. «Sé que este camino será un gran desafío, pero tengo la convicción de que completarlo es una entrega a la Mater y una forma de seguir los pasos de João Pozzobon», comparte Eduardo Veríssimo Vargas Cortina. Para él, la principal motivación para aceptar ponerse en camino es «porque creo en la fuerza que brota del Capital de Gracias». También cuenta que, para él, «Pozzobon es sinónimo de instrumento de la Mater. Imitar sus pasos significa vivir el apostolado de manera más intensa, sobre todo porque ese es uno de los objetivos de la JM: llevar a la Mater a un mundo tan necesitado de afecto y oración».

Una peregrinación hacia el interior de uno mismo

Se dice que el peregrino realiza dos caminatas durante el trayecto, una son los pasos en el camino, hacia el lugar geográfico, y la otra peregrinación se realiza hacia el interior de uno mismo. Las experiencias de los límites físicos, la superación de los límites, la convivencia con el otro, si se aprovechan bien, llevan a cuestionarse las elecciones realizadas en los caminos de la vida. El Pobre Burrito de María, que caminó 140 000 kilómetros con la Virgen Peregrina, lo sabe bien y es un ejemplo de quien supo hacer ambos recorridos. Por eso, Matheus Zanch Baggio lo tiene «como ejemplo de autoconocimiento y lealtad».

Para Matheus, saber que no se camina solo en la vida, lo cambia todo: «Veo a todos como hermanos, personas que tienen los mismos valores que yo, personas con las que puedo contar y saber que siempre estarán conmigo en cualquier situación. Este ambiente es un ejemplo a seguir para la juventud».

Cada paso para él es un canto de gratitud a la Mater, es «una forma de agradecer todas las gracias que he recibido a lo largo de mi vida, además de una forma de aprecio y una mayor oportunidad de vinculación con el Movimiento», explica.

Los pasos encienden el corazón

Mientras leemos estas líneas, estos jóvenes ya han llegado al Santuario, más fortalecidos para continuar la peregrinación de la vida y más encendidos en el amor a Cristo y a María. «Si pudiera resumirlo en una palabra, sería compañerismo. Estamos llenos de entusiasmo por concluir el recorrido y celebrar el jubileo de la mejor manera, llevando adelante el fuego de la Juventud», concluye Eduardo Veríssimo. ¡Recemos por los jóvenes!

Traducción: Hna. M. Lourdes Macías

Compartir

con sus seres queridos

Artículos relacionados que pueden interesarle