Tres representantes del Movimiento de Schoenstatt se reunieron con el Papa Francisco el miércoles 16 de octubre del 2024.
Su misión era especial: pedir al Santo Padre que bendijera la corona del Santuario Internacional de Belmonte/Roma. El Papa bendijo la corona y les recibió en «un ambiente muy familiar».
Dos miembros del Instituto de Sacerdotes Diocesanos de Schoenstatt estuvieron presentes en la reunión, el Arzobispo Ignazio Sanna y el rector del Santuario de Belmonte, P. Marcelo Cervi. También estaba con ellos la Hna. M. Julia Almeida, del Instituto de las Hermanas de María.
La corona recibió esta bendición por un motivo especial: será ofrecida a la Mater por toda la Familia Internacional de Schoenstatt en el Año Santo 2025. La MTA será coronada «Reina Madre de la Iglesia» en Belmonte.
Un ambiente familiar
La Hna. M. Júlia cuenta que el encuentro tuvo un ambiente muy familiar: «Él (el Papa) estaba allí, frente a nosotros, a nuestro lado, para escucharnos, con una sonrisa, con alegría, con serenidad. Es un momento que guardaré en mi corazón para siempre».
Los tres participaron en la Audiencia General de los miércoles y se sentaron en la segunda fila, reservada a quienes se reunirán con el Santo Padre.
«Mons. Sanna consiguió las entradas para el encuentro personal con el Papa. Cuando nos llegó el turno, obviamente estábamos emocionados, exultantes y felices. El Papa pasó a nuestro lado, se detuvo, como hace con todo el mundo, y entonces Mons. Sanna le explicó que se trataba de la corona de la Reina Madre de la Iglesia y que íbamos a ofrecérsela a la Madre de Dios», cuenta la Hna. M. Julia.
Llevar Schoenstatt al corazón de la Iglesia
Mons. Ignazio Sanna dice que el Santuario de Belmonte ha confiado a la Familia de Schoenstatt una gran misión: llevar Schoenstatt al corazón de la Iglesia y llevar a la Iglesia al corazón de Schoenstatt.
«Los schoenstattianos estamos llamados a hacer todo para que el ‘dónde’ de Schoenstatt sea el ‘dónde’ de la Iglesia, que nuestras esperanzas sean las esperanzas de la Iglesia. Espero sinceramente que cada schoenstattiano, fiel discípulo de su Fundador, pueda decir: amo a la Iglesia, amo al Sucesor de los Apóstoles, amo a los obispos, amo a la institución. Queremos permanecer fieles, bajo la protección de la Madre tres veces Admirable, a la misión evangelizadora de construir un hombre nuevo y una civilización del amor» (homilía, Basílica de San Pedro, 8 de septiembre de 2024).
Un signo del amor de Dios
La Hna. M. Julia comparte su experiencia personal de este encuentro: «Para mí fue un momento muy especial, con un sentimiento de profunda misericordia, porque el Papa es realmente el representante de Cristo en la tierra. Pudimos tomarle la mano, besarle la mano. Lo más hermoso que experimenté fue cuando me miró a los ojos. Eso fue muy especial para mí, como un signo de amor, de cobijo, de acogida del amor de Dios en la persona del Santo Padre».
Como mensaje a todos los presentes, el Papa Francisco habló en la Audiencia sobre la presencia y la acción del Espíritu Santo en la vida de la Iglesia y de los fieles. «Es el Espíritu Santo quien da a los creyentes una vida nueva, la vida de Cristo, la vida sobrenatural de los hijos de Dios».
El año próximo, 2025, la Madre de Dios será coronada «Reina Madre de la Iglesia» el 9 de junio, el día después de Pentecostés, que marca la Fiesta Litúrgica de María Madre de la Iglesia.
Traducción: Hna. M. Lourdes Macías