Una propuesta de matrimonio inesperada al final del Congreso Internacional

Yonis Fernández

Yonis Fernández e Yris Taveras, de República Dominicana, llevan 13 años caminando juntos en la vida, compartiendo alegrías, luchas y sueños. A lo largo de este tiempo, han formado una familia y han criado a sus hijos con amor, pero también han cultivado una vida espiritual sólida, encontrando en la misión de Schoenstatt y en otras pastorales de la Iglesia un camino de fe compartida. A los 60 años, su historia no es la de un inicio juvenil, sino la de un amor maduro que se renueva constantemente bajo la mirada maternal de la Virgen.

Sin embargo, faltaba algo muy importante en la vida de la pareja.

La Virgen Peregrina los conduce al sacramento del Matrimonio

Durante el Congreso Internacional del Apostolado de la Virgen Peregrina, en Santa María, Brasil, celebrando los 75 años de peregrinación de João Pozzobon, Yonis se sintió profundamente conmovido. Mientras escuchaba las homilías y participaba en los talleres, se hacía una pregunta en silencio: “Madre, ¿a qué nos has traído hasta aquí?”. La respuesta fue creciendo en su corazón como un susurro divino, una certeza que sólo podía venir de Ella: no podían seguir participando tan activamente en la vida de la Iglesia, guiando a otros matrimonios, sin haber recibido plenamente la gracia sacramental del matrimonio.

Esa voz interior se convirtió en un acto de fe y amor este lunes, 15 de septiembre. Al llegar al Santuario de Schoenstatt en Porto Alegre, después del cierre del Congreso, Yonis tomó de la mano a Yris y, con lágrimas en los ojos, le pidió que se casaran por la Iglesia. Esto sucedió durante la Santa Misa, justo después de la homilía. No era solo una propuesta de matrimonio, era un sí renovado, una entrega total en las manos de Dios y de María, en el lugar donde tantas gracias han brotado para el mundo. En ese instante, lo humano y lo divino se encontraron: su amor, madurado en 13 años de vida compartida, se transformó en testimonio vivo del milagro de la Virgen.

«Al llegar le preguntaba a mi pareja a qué nos había traído la Mater aquí a esta peregrinación. Escuchando las homilías y los talleres, seguía rezando y esperando la respuesta de nuestra madre. Hoy, al llegar al santuario de Schoentatt en Porto Alegre, la madre me dijo que no podía seguir asistiendo a todas nuestras actividades en nuestra parroquia, guiando un grupo de parejas sin poder tener la comunión.»

Ella dijo «sí»

Lo que sucedió allí no fue casualidad, sino providencia. En medio de un jubileo histórico para el Movimiento de Schoenstatt, mientras delegaciones de 25 países se unían en oración, la Virgen obró un milagro silencioso pero poderoso: inspiró a un hijo suyo a sellar su amor con la gracia sacramental y a una hija suya a responder con el mismo sí de María. Esa petición de matrimonio no fue sólo una decisión personal, sino un signo de esperanza para todas las parejas, una invitación a confiar en que el amor, cuando se pone en las manos de Dios, siempre encuentra caminos nuevos.

Hoy, Yonis e Yris no sólo celebran una promesa, sino que también se convierten en testigos vivos de cómo la Virgen Peregrina sigue actuando, uniendo corazones y renovando la fe. Su historia es un llamado a todos: abrirse al amor de María, dejarse guiar por su ternura y confiar en que, incluso después de muchos años juntos, Dios siempre tiene preparado un nuevo comienzo.

Sin duda, el venerable diácono João Pozzobon, que llevó el sacramento del matrimonio a tantas familias, se alegra al ver que la Mater sigue obrando milagros.

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