Una pregunta muy especial al Santo Padre

Karen Bueno

Si fueras investigador en el campo de la Teología y tuvieras la oportunidad de reunirte con el Papa, seguramente aprovecharías la ocasión para hacerle una pregunta profundamente teológica, ¿no crees? ¡O tal vez no!

Pierina Monte Riso, miembro del Instituto Secular Nuestra Señora de Schoenstatt, tuvo esa oportunidad el pasado 20 de agosto. Es doctoranda en Teología, pero decidió plantearle una pregunta compleja, humana, sensible y que expresa una gran vulnerabilidad, pero también muy importante.

Pierina Monte Riso es argentina, de San Luis, y actualmente cursa un doctorado en Teología Dogmática en la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma. El 20 de agosto, junto con una multitud, estuvo en la Sala Pablo VI y, durante la audiencia general, tuvo la oportunidad de saludar al Papa León XIV.

Fotos: @Vatican Media

Pierina cuenta: «Fue muy emocionante; fue un regalo de la misericordia de Dios. Sentí una cercanía filial ante él; me impresionó su escucha atenta y activa, su interés por lo que le estaba diciendo. No solo nos saludamos, sino que conversamos».

¿Puedo hacerle una pregunta?

Con la imagen de la Virgen Peregrina de Schoenstatt en las manos, Pierina se encontró con el papa, como ella misma recuerda:

«Primero me presenté, le dije que era una laica consagrada y que pertenecía al Movimiento de Schoenstatt. Él señaló a la Mater diciendo: “¡Ah, sí, Schoenstatt!”. Y luego le dije: “Santo Padre, ¿puedo hacerle una pregunta y darle un regalo?”
Le hice una pregunta muy específica: “¿Cómo se prepara el corazón para acompañar a los padres en una situación de grave enfermedad?”. Le mostré una foto de mi mamá y le conté que ella tiene cáncer de pulmón y metástasis y que mi papá se hacía diálisis y que necesita un trasplante de riñón. Y ahí él me dijo, señalando a la Mater, que mirara la imagen de María, que en ella estaban todas las respuestas. Me dijo que María era la mujer del sí, de la entrega, de la fidelidad y de la aceptación. Luego me dijo que la aceptación de lo inevitable es muy importante, ya que a todos nos va a llegar el momento de la enfermedad o de la muerte. Y que es muy importante creer en la eternidad. Me dijo que la vida eterna es real. Por último, me dijo que rezaría por mí pidiendo a Dios que tenga valentía y fortaleza para esta etapa de la vida.
Luego le dije que le tenía un regalo para él: un rosario y una tarjeta con los misterios de misericordia. Son misterios que creamos con nuestro curso del Instituto Nuestra Señora de Schoenstatt para regalar en nuestra consagración perpetua. Se detuvo a observar los misterios, sobre todo la palabra MISERICORDIA, y sonrió.
Llevaba conmigo la imagen de la Mater para pedir especialmente por mis padres en este momento desafiante. Luego le pedí la bendición y me hizo la señal de la cruz en la frente. Con eso terminó el encuentro.»

Una señal de la paternidad amorosa de Dios

El tema de estudio de Pierina está relacionado con la filialidad. Aunque la conversación con el Papa no giró en torno a la investigación, en este encuentro ella sintió, sin duda, que la paternidad divina es concreta y una indicación para seguir siendo hija amada y predilecta del Padre.

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