Una historia maravillosa de amor entre María y su pueblo paraguayo marca los 40 años del Santuario nacional de Schoenstatt en Paraguay
“Tupãrenda” en lengua guaraní significa “morada de Dios”
Los milagros en Schoenstatt existen y nosotros los llamamos milagros de transformación. Los sitios de nuestro Santuario Original y el de los santuarios filiales son conquistados por la familia del movimiento, por medio del capital de gracias, de la entrega voluntaria de los pequeños sacrificios y las alegrías que piedra a piedra los fueron construyendo.
Nosotros no creemos en las coincidencias. Así como nuestro Santuario Original se encontraba en el valle de Schoenstatt, que significa “lugar hermoso”, el primer santuario conquistado en Paraguay hace exactamente 40 años se edificó en un lugar que antes de ser adquirido y conquistado ya llevaba el nombre de “Tupãrenda”, que en lengua guaraní significa “morada de Dios”. ¿Existía un nombre más apropiado?.
Imaginamos a los pioneros paraguayos junto a los tres sacerdotes que volvieron para refundar el movimiento, el padre Antonio Cosp, el entonces padre Claudio Giménez -hoy obispo emérito de Caacupé- y el padre Nicolás Schwizer. Nos imaginamos a esas primeras familias conquistadas por el amor de la Mater recorriendo sitios, rezando, enterrando medallitas buscando que sea Ella quien decida el sitio de su futuro santuario, un santuario que no existía aún en el país.
Una naturaleza increíble…
Estos pioneros llegaron hasta la zona de Itauguá, a unos 34 kilómetros de Asunción, y quedaron sorprendidos por la naturaleza del lugar, por sus colinas, su arroyo con aguas cristalinas y la paz que transmitía. Imaginamos que al escuchar cómo se llamaba el predio más de uno habrá dicho “este tiene que ser el sitio”.
Fue así que en 1981 se realizó la construcción del primer santuario filial en Paraguay, el Santuario Nacional de Tupãrenda se erguía imponente para quienes tanto soñaban con pedir a la Mater que se instale en tierras guaraníes. El lema nacional del movimiento en Paraguay también tiene cierta relación con este sitio: “Nación de Dios, corazón de América”.
Para quienes no tuvieron la gracia de conocer Tupãrenda solamente podemos decirles que ese pequeño trozo de Schoenstatt en el extranjero, donde la Mater se instaló hace 40 años, es más que especial para el Paraguay: fue el primero de los Santuarios, es el sitio de peregrinación para miles de personas los 18 de octubre y es el preciso lugar donde muchos de los miembros del Schoenstatt paraguayo realizaron el intercambio de corazones más intenso que existe, la Alianza de Amor con la Mater y eso lo vuelve inolvidable.
Un día de mucha oración y lleno de vida
Este lunes 18 de octubre se celebraron misas en diferentes horarios, por agendamiento y en modo covid. En la mañana la misma fue por la Salud, presidida por el Padre Oscar Saldívar, rector del Santuario Nacional de Tupãrenda. Posteriormente por la tarde se realizó la celebración por los Jóvenes, que estuvo a cargo de los padres Antonio Cosp, Pedro Kühlcke y Cristián Rodríguez. Finalmente a la noche pudimos asistir presencialmente y por medio de la transmisión en redes sociales, de la misa por la Familia, presidida por el Padre Martín Gómez Asensio y el padre Oscar Saldívar.
Si bien este año la asistencia a la fiesta no pudo ser masiva, debido a la pandemia que se resiste a culminar, toda la familia del movimiento en esta tierra estuvo representada en las misas. Al finalizar las mismas los asistentes, emocionados, peregrinaron desde la Iglesia Santa María de la Trinidad hasta el Santuario de Tupãrenda donde se quemaron los capitalarios que fueron depositados durante todo el novenario. Ofrecimientos a María y Jesús de muchas ofrendas del corazón, para que Schoenstatt en Paraguay pueda cumplir con su misión para la Iglesia y la sociedad.