La Familia de Schoenstatt y los peregrinos dan la bienvenida a un nuevo rector del Santuario Original. El P. Ignacio Camacho, chileno del Instituto Secular de los Padres de Schoenstatt, fue nombrado para esta tarea por el obispo de la Diócesis de Tréveris, Mons. Stephan Ackermann. Será responsable de la vida pastoral y administrativa del centro internacional de Schoenstatt, su Santuario Original, durante los próximos tres años.
La misa de toma de posesión tuvo lugar el 5 de marzo, y fue presidida por el P. Alexandre Awi Mello, presidente de la Presidencia Internacional de la Obra de Schoenstatt. En su homilía, el P. Alexandre afirmó que «Schoenstatt no es un Movimiento que tiene un Santuario, sino un Santuario (una red de Santuarios) en torno al cual se ha desarrollado un Movimiento. Lo primero es el Santuario, después viene el Movimiento».
Volviendo al origen y misión de este lugar central para la Obra, a la luz del Evangelio del Tabor, el P. Alexandre menciona también: «El Rector del Santuario Original (y todos los que colaboran con él) tienen la misma misión que el Santuario: ser Tabor para el mundo entero».
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El Padre Ignacio nació en Chile en 1972 y fue ordenado sacerdote en 2004. En su ministerio sacerdotal trabajó con el Movimiento de Schoenstatt, especialmente con los jóvenes y las familias, principalmente en Chile y México. Entre 2012 y 2019 vivió en Schoenstatt, desempeñándose como ecónomo general de su comunidad sacerdotal. Hace unos meses regresó a Schoenstatt como miembro de la Dirección General de los Padres de Schoenstatt.
A continuación compartimos una entrevista con el nuevo rector, hablando de sus anhelos, sueños y proyectos para los próximos años.
P. Ignacio, ¿cuál es la tarea del Rector del Santuario Original?
Creo que es la tarea de poder servir a la vida que rodea al Santuario. Nosotros decimos que sin la vida de la Alianza el Santuario no funciona, por eso tenemos que preocuparnos por acoger y promover la vida de todos los que vienen aquí: los que visitan regularmente, también los que vienen como peregrinos. En los últimos tiempos se ha abierto un horizonte inmenso que son las transmisiones en vivo – creo que poder desarrollar todo esto es la tarea principal.
Además, también su tarea incluye estar atento a lo práctico, para que todo funcione: organizar las misas, buscar a quienes puedan presidirlas, pensar en lo que el Santuario puede ofrecer a todos los que están vinculados a él.
Otro aspecto es coordinar con todos los equipos que están aquí en Schoenstatt, como el Centro de Peregrinos, la Familia de Schoenstatt de Alemania y tantas cosas que suceden alrededor del Santuario.
En su visión, ¿cuáles son los principales desafíos del Santuario Original en los tiempos que vivimos hoy?
Pensando que estamos viviendo un período post pandémico, notamos que el retorno es un tanto lento. Esto se experimenta ciertamente en muchos centros de peregrinación. Así que creo que este es un reto, hacer que el flujo de peregrinaciones al Santuario se vaya normalizando. Y otra tarea importante consiste en invitar a todos a venir físicamente al Santuario desde las diferentes partes del mundo.
¿Cómo fue para usted recibir este nombramiento, cuál es su sensación?
Esta es una más de las sorpresas que Dios y la Mater me han enviado recientemente. Al principio no me veía ahí [en esta tarea], luego vi, después de rezarlo, que era lo mejor. Lo recibo con alegría, también con temor y temblor, por así decirlo, porque el Santuario es un lugar lleno de vida, pero también es un lugar especial donde se reúnen muchos grupos, con los que es necesario coordinarse muy bien, también con el deseo de buscar la mejor manera de que todos podamos trabajar juntos por la vida del Santuario.
¿Cuál es su mayor deseo para el Santuario en los próximos años?
Que se convierta cada vez más – aunque ya lo es por definición – en el centro de vida de la Familia de Schoenstatt. Que podamos buscar la mejor manera de servir a los peregrinos. Que el Santuario esté abierto físicamente y también a distancia para todos. Que podamos seguir buscando la manera de que todo lo que sucede en el Santuario llegue a todas partes. En 2023 se cumplirán diez años de la entrega del Santuario Original al Movimiento; es un regalo que no podemos guardar solo para nosotros, para los que vienen aquí, para los miembros de las comunidades, para la Familia de Schoenstatt… Es un regalo que necesita seguir siendo dado. Y en ese sentido, mi gran anhelo es que podamos seguir creciendo con toda la vida del Santuario, que pueda estar abierto a todos y que todos puedan visitarlo.
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