Las piezas del Santuario Original han sido restauradas

Karen Bueno

Durante los meses de septiembre a noviembre de 2024, la artista argentina Silvana Frías trabajó en la renovación de algunas imágenes importantes del Santuario Original de Schoenstatt.

Ella conservó – en algunos casos restauró – las principales figuras del Santuario. Estas son: la imagen de la Santísima Virgen, las estatuas de San Pedro y San Pablo, las estatuas de San José y San Vicente Pallotti, así como la estatua del Arcángel San Miguel. También trabajó en algunos pequeños detalles de algunas piezas rotas del retablo (la parte frontal del Santuario).

Silvana, al igual que su padre, se dedica a la restauración de piezas históricas, especialmente sagradas. Con amplia experiencia, nos cuenta cómo fue realizar este trabajo y sus deseos ahora que las imágenes están listas:

¿Conocía usted Schoenstatt? ¿Cuál es su impresión del lugar al visitarlo?

Sí, conocía Schoenstatt. Me crié en Argentina con las Hermanas de María, estudié en su colegio, así que desde muy pequeña conviví con las Hermanas y conocí Schoenstatt y al Padre Kentenich. Además, tuve la oportunidad de reconocerme como miembro de la familia de Schoenstatt. Para mí, al visitar cualquier lugar de Schoenstatt en el mundo, siempre tengo la impresión de que me siento como en casa. Y mucho más fue la impresión al llegar a Alemania, un lugar donde siempre tuvimos el corazón puesto en donde había sucedido la alianza, donde el Padre había hecho la alianza de amor con María. Por el idioma y todo lo demás, pensé que podría ser complicado comunicarse y relacionarse, pero la verdad es que, estés donde estés, Schoenstatt siempre es familia.

¿Cómo fue para usted trabajar en la restauración de las piezas del Santuario Original?

Para mí ha sido un honor y una responsabilidad que la Mater me haya elegido para realizar este trabajo. Ha sido muy emocionante y también ha supuesto una gran responsabilidad, ya que he tenido que proteger y cuidar todas las imágenes que históricamente han estado al lado del Padre y de los primeros de Schoenstatt.

Así que para mí fue muy emocionante poder hacerlo, poder darle esto a Schoenstatt y a las personas que vayan en el futuro al santuario, y también me implicó mucha responsabilidad preservar absolutamente todo aquello que tiene un gran valor histórico en este lugar.

¿Hay alguna pieza en la que haya sido más especial trabajar? ¿Cuál le ha impresionado más?

Obviamente sí. La imagen de la Mater fue sumamente importante para mí. Bueno, emocionalmente para mí ya que es mi madre, mi guía, mi compañera. Entonces es una imagen que me acompaña, que mi familia la quiere y la tiene como madre. En mi casa hay un santuario hogar – tanto en mi casa, como en la de mis padres. Entonces para mí fue muy fuerte y generó mucho amor y mucha emoción en mi corazón poder restaurarla e imaginar al Padre y a los primeros congregantes, a los primeros de Schoenstatt mirando esa imagen, rezando, poniendo toda su espiritualidad y sus anhelos en ella. Se que, para mí, fue sumamente emocionante e importante poder hacerlo y poderle dar a ella, a la Virgen María, lo que tanto se merece.

Desde el punto de vista técnico, ¿qué cuidados fueron necesarios para preservar estas imágenes de valor histórico?

Fue muy importante determinar qué debía conservarse y qué debía restaurarse. Había partes sumamente degradadas que no era posible conservar desde el punto de vista técnico.

Cuando algunas partes de las piezas se deterioran de manera insalvable con el paso del tiempo, debido a la suciedad, la erosión de las limpiezas y también a la degradación de los mismos materiales originales con que han sido realizadas, es necesario un proceso de restauración. Y lo que se ha preservado en el tiempo se conserva.

Es decir, que en estas piezas, en cualquiera de las que se restauren, hay que priorizar su valor histórico y artístico. Hay que respetar lo que el artista hizo y lo que la gente considera importante de una pieza de este lugar. Estas personas son importantes para estudiar y ver el desarrollo de una restauración. Y, sobre todo, hay que respetar los orígenes del artista y de las personas que han sido guardianes de estas piezas.

Entonces, cada una de ellas recibió diferentes técnicas de restauración: poligrafía, madera, doradura, etc. Es decir, todas se realizaron como primera medida de conservación y, en el caso de las piezas que estuvieran muy degradadas, como forma de restauración.

Mirando su obra terminada, ¿Tiene algún deseo especial?

Cuando veo todo terminado, mi mayor anhelo y mi mayor deseo es que todo aquel que entre al santuario pueda ver en ellos la belleza de Dios, pueda ver la luminosidad, la luz de esas imágenes que tienen tanta oración y tanta fuerza en ellas.

Siempre cuando hago una restauración, mi deseo es que la gente pueda ver en ellas, ver en las imágenes, la belleza de Dios, la estética de Dios, la inmensidad hermosa de Dios.

Eso es lo que espero, que realmente genere una oración y puedan elevar los corazones de todos aquellos que recen ante estas imágenes.

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