¿Qué regalo se le puede dar a una persona que está en el cielo? ¿Qué podría alegrar a quien dedicó su vida a la Obra de Schoenstatt? En agradecimiento por el 75º aniversario de la fundación de la Federación Internacional de Familias de Schoenstatt, esta comunidad en Brasil regala algo importante y profundo: la Alianza Filial con nuestro Padre y Fundador, el P. José Kentenich, de todos los Cursos Perpetuos. Esto ocurrió el 18 de octubre, junto con la celebración de los 111 años de la Alianza de Amor.
“Fue un gran día para la Federación de Familias en Brasil y también para nuestra comunidad internacional, para el Movimiento Apostólico de Schoenstatt y para la Santa Iglesia, porque al sellar la Alianza Filial con nuestro Padre y Fundador, dimos un paso importante en la profundización de nuestra Alianza de Amor con la Mater”, celebran Rómulo y Márcia Romanato, dirigentes de la Federación de Familias en Brasil.
Reunidos junto a la estatua del Padre y Fundador en los Santuarios de Atibaia, Brasília, Londrina, Curitiba, Santa María y Porto Alegre, los 22 Cursos Perpetuos vivieron un momento memorable y lleno de alegría: algunos Cursos sellaron y otros renovaron este compromiso de filialidad y vinculación con nuestro Padre y Fundador. Como símbolo de esta Alianza Filial, cada persona recibió una Cruz de la Unidad, comprometiéndose con la misión del Fundador.

Formación mensual en preparación para el gran día
La preparación para este momento inolvidable se llevó a cabo de abril a octubre, en modalidad en línea, con temas fundamentales para preparar los corazones de los hijos y así fortalecer esta corriente de vida y vinculación con nuestro Padre y Fundador, insertándonos más profundamente en su carisma, para servir mejor a la Iglesia.
La Federación de Familias quiere alcanzar su ideal como comunidad también mediante la profunda vinculación con la persona, la obra y la misión del Padre José Kentenich, ya que estamos convencidos de que su carisma es un regalo que el Espíritu Santo nos da para enriquecer a la Iglesia.
Los contenidos de las formaciones profundizaron nuestro conocimiento y reflexión sobre su paternidad, su carisma, la forma en que Dios condujo la Obra de Schoenstatt en la vinculación con él y el objetivo de alcanzar la filialidad heroica ante Dios Padre. Esto nos permitió prepararnos tanto intelectual como voluntariamente para esta entrega.
Hay tres formas de garantizar la vinculación con el Padre y Fundador, según nos dice el P. Alex Menningen, su fiel seguidor, en una conferencia en el Congreso de Octubre de 1968:
La inteligencia busca penetrar cada vez más profundamente en la espiritualidad del Fundador. Junto a él, se busca evaluar los problemas del tiempo según la visión de Dios. Esto, a veces, puede resultarnos difícil, porque, contagiados por el espíritu del tiempo, vemos las cosas de manera superficial y queremos resolverlas rápidamente. Estar vinculado al Padre significa ser, como él, atentos a los signos de los tiempos, dando respuestas desde una perspectiva de fe. Esto exige que nuestra inteligencia penetre cada vez más en las palabras y enseñanzas del Fundador, para analizarlas, reflexionar sobre ellas, comprenderlas y aplicarlas en nuestras vidas.
La voluntad asume los objetivos del Fundador y los transforma en misión personal. Cuanto más profunda sea la unión de la voluntad con el Padre de la Familia de Schoenstatt, más protegidos estaremos contra los impulsos que nos llevan a actuar sin principios y más nos esforzaremos por permanecer fieles a él, en obediencia corresponsable.”
Sin embargo, el P. Menningen nos advierte que no basta con unir la inteligencia y la voluntad si no se llega también a unir el corazón, es decir, por la vía del amor. Necesitamos querer conocerlo, para estimarlo y, finalmente, amarlo como nuestro padre espiritual, que nos dejó la riqueza de la espiritualidad de Schoenstatt como herencia y como misión para realizar al servicio de la Iglesia.
El vínculo con su persona y su carisma
Es importante destacar también que hay diferentes grados de vínculo con el Fundador, y todos son importantes, porque es Dios quien conduce estos vínculos. Como comunidad de guías, la Federación de Familias aspira al vínculo de amor filial, porque está llamada a participar en su carisma, como líderes.

Por último, y lo más importante, necesitamos contar con la acción de la gracia dada por Dios. No se puede obligar a nadie a abrirse a ella y hay que estar dispuesto a recibirla como un don y una misión.
Luiz Antonio Machado, junto con su esposa Cleonice, selló la Alianza Filial en el Santuario Tabor Magnificat, en Curitiba, y comparte: “Para quien nunca ha tenido la oportunidad de conocer o convivir con una figura paterna, es muy difícil llamar ‘padre’ a alguien, aparte de Dios. Por eso, sellar la Alianza Filial con el Padre y Fundador representa superar una barrera personal que me causaba angustia, a pesar de reconocer humildemente que el Fundador fue un instrumento utilizado por la MTA para conquistar corazones para su amado Hijo Jesucristo. Por voluntad de la MTA y por la Gracia Divina, en algún momento de mi camino junto a la Federación de Familias, mi corazón fue profundamente conmovido. Fui liberado de mi ceguera emocional y, con serenidad, hoy puedo afirmar: el P. José Kentenich es mi ‘papá’.”
Para Cleber y Marilsa Lima, de Londrina: “Sellar la Alianza Filial con el Fundador va mucho más allá de aceptar al P. Kentenich como Fundador de la Obra a la que pertenecemos y de reconocer su entrega total a esta Obra. Para nosotros, es la certeza de que tenemos un padre que cuidó de manera única a cada uno de sus hijos espirituales en la tierra y que, en el cielo, intercede por cada uno de nosotros ante el buen Dios. Es también un impulso para luchar por la santidad siguiendo sus ejemplos y enseñanzas. Esta filialidad al Padre y Fundador nos lleva a estar más cerca de Dios y a reconocer sus mensajes en las cosas cotidianas e intensificar la fe práctica en la Divina Providencia.”
Creemos que no podríamos ofrecer mejor regalo a nuestro querido y amado Padre y Fundador por el jubileo de la fundación de la Federación de Familias. Que seamos siempre fieles a esta Alianza Filial sellada, para recorrer el camino de la santidad filial que Schoenstatt nos propone, y entregarnos, llenos de confianza, al amor paterno de Dios que guía nuestra vida, a través de causas segundas. Que nuestro Padre y Fundador siga intercediendo y bendiciendo a nuestra Comunidad.


